epílogo.

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advertencias: último capítulo.

***

—¡A ver, ¿A cuántos de aquí les gusta comer un huevito frito, revuelto o duro?!

—¡A mí, a mí, a mí!

Lisa se rió ante el entusiasmo de los niños, que levantaban sus manos con exaltación infantil. A esas alturas, ya estaba acostumbrada.

—¿Y cómo dice la canción del huevito, niños?

—¡Popular y perfecto, completo en todos sus aspectos! —corearon los pequeños de manera desordenada—. I love egg, egg!

La omega volvió a reírse, encantada y feliz. Al menos, hasta que YuNa habló.

—¡La maestra Lili tiene un huevito en su panza!

En un inicio, se sintió algo confundida por el grito que pegó la niña, pero a los pocos segundos entendió a qué se refería.

—No es un huevito —aclaró, y llevó su mano a su barriga hinchada—, es una bebé.

—¡¿Una bebeeeeeeeeeeeeeeeé?! —gritaron todos.

—Sí, una bebé —Lisa sonrió otra vez, y el timbre que anunciaba el fin de las clases tocó—. ¡Pero bueno! Se los contaré cuando nos veamos el lunes, ¿Qué tal?

Los niños y niñas volvieron a corear que sí, y agarraron sus mochilas mientras Lisa les iba a abrir la puerta de salida. Afuera, en el pasillo, ya les esperaban todos los padres para llevarse a sus hijos a la casa, que no tardaron en salir. A medida que se iban, Lisa les iba chocando las manos y deseándoles un bonito fin de semana.

Comenzó a recoger sus cosas y levantó la cabeza cuando escuchó que alguien tocó la puerta, que seguía abierta.

—¿Interrumpo algo? —preguntó ChaeYoung.

¡Mamiiiiii! —gritó RyuJin, yendo de la mano de la alfa—. ¡Ya vámonos, vámonos!

Lisa cerró su bolso y se lo colgó. Se inclinó ante la pequeña omega que ese día cumplía sus siete años.

—¿No me vas a saludar, RyuRyu? —preguntó.

—¡No me digas así! —chilló RyuJin, avergonzada, pero se estiró y besó la mejilla de Lisa—. Vamos, vamos, ¡Quiero pastel!

La omega le agarró la mano a su cachorrita, que parecía a punto de salir corriendo hacia el auto. ChaeYoung, sin embargo, le retuvo y sólo ignoró los quejidos de la pequeña para sostener a Lisa de la barbilla y darle un beso en la boca. Lisa soltó una risita traviesa.

—¡Puaj, que asco! —gritó RyuJin entremedio de las dos.

—¿Todo bien hoy, bebé? —preguntó ChaeYoung—. ¿Cómo se portó la pequeña Natty?

—Natty estuvo tranquilita hoy —aseguró Lisa, y se puso a caminar, con RyuJin todavía refunfuñando—. ¿Me extrañaste?

—Siempre te extraño. —ChaeYoung le dio otro beso, sólo que en la mejilla, y se rieron al oír el nuevo reclamo de RyuJin.

La semana pasada la omega cumplió los cinco meses de embarazo y no podía estar más feliz con eso. ChaeYoung y ella estaban muy contentas con recibir a una nueva niña dentro de su pequeña familia, ya dispuestas a darle todo el amor posible. Habían estado planificando ese nuevo bebé por al menos seis meses antes de quedar preñada, y es que ahora Lisa contaba con un trabajo estable, RyuJin ya estaba más grandecita y querían expandir su familia.

Tres años atrás había terminado finalmente sus estudios (aunque no se había graduado con honores, ese fue el pesado de JaeHyun), pero no cabía en su felicidad. Y, un año atrás, encontró ese trabajo (un poco apoyado por los contactos de ChaeYoung, sin embargo, qué importaba), y estaba muy cómoda en dicho ambiente laboral. Los niños le encantaban y siempre la hacían reír en todo. Amaba mucho su trabajo.

way back home ଓ chaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora