CAPITULO 18

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—¿Has hablado con tu amigo?

Seungkwan levantó la mirada de su ordenador portátil y la fijó en Mingyu.

Este estaba descansando en el sofá, con los ojos fijos en su teléfono. Seungkwan lo estudió con interés. Desde que habían hablado y limpiado el aire entre ellos hace una semana, Seungkwan se sentía mucho más cómodo en presencia de Mingyu, pero no eran exactamente amigos y todavía no podía conseguir una buena lectura de él.

—¿Qué amigo? —dijo Seungkwan—. Tengo muchos amigos.

—Wonwoo —dijo Mingyu, su tono de voz, tal vez demasiado casual.

Seungkwan lo miró con curiosidad. No estaba ciego: se había dado cuenta de que había algo entre su malhumorado guardaespaldas y Wonwoo. Seungkwan no podía decir que lo aprobara -pensaba que terminaría con Wonwoo llorando- pero, de nuevo, todo el mundo le dijo lo mismo sobre Hansol, y Seungkwan nunca había sido más feliz. Seguro, Hansol no era un hombre fácil de tratar, pero Seungkwan se sentía bien con él. Bien, seguro, y muy enamorado.

Obligándose a dejar de pensar en Hansol, Seungkwan centró su atención en Mingyu.

—Sí —dijo inocentemente, reprimiendo una sonrisa cuando la mandíbula de Mingyu se apretó. El tipo no estaba claramente feliz por la brevedad de su respuesta.

Siete segundos pasaron antes de que Mingyu finalmente hablara de nuevo.

—No ha venido —dijo Mingyu, con los ojos todavía en su teléfono.

—No —confirmó Seungkwan, mirando lejos por un momento para ocultar otra sonrisa—. ¿Esperabas que viniera a menudo? En realidad, no somos esa clase de amigos. Está ocupado con la línea de moda de Jihoon, creo.

Mingyu no dijo nada.

Seungkwan estudió su duro perfil. Aunque Mingyu no lo intimidara más, no podía dejar de notar que había una promesa en espiral de violencia en la línea de su cuerpo. Seungkwan se preguntó qué clase de vida Mingyu habría llevado para que la tensión estuviera tan profundamente arraigada en sus gestos, incluso mientras Mingyu supuestamente estaba relajado y seguro. Mingyu era diferente de Hansol en ese sentido: Hansol era todo poder y dominio controlado, mientras que Mingyu emitía vibraciones tensas, agresivas, como si fuera a explotar en cualquier momento. Habiendo visto lo que Mingyu era capaz de hacer, esto ponía a Seungkwan algo cauteloso, aunque sabía que no le pondría un dedo encima.

—¿Te gusta Wonwoo? —dijo Seungkwan, en contra de su mejor juicio.

Los hombros de Mingyu se pusieron rígidos, incluso la ilusión de relajación había desaparecido. Seungkwan medio esperaba que negara tener ninguna inclinación homosexual, por lo que estaba muy sorprendido cuando Mingyu simplemente dijo:

—No.

Su curiosidad aumentó rápidamente, Seungkwan dijo:

—¿Te olvidaste que los vi a ti y a él besándose?

Una vez más, esperó "No soy un maricón" o algún otro insulto homofóbico.

Mingyu lo sorprendió otra vez.

—Eres un chico —dijo él, sin desprecio—. A ti no te tiene que "gustar" alguien para besarlo.

Seungkwan puso los ojos en blanco. Si tuviera un centavo por cada vez que alguien subestimaba su experiencia o su edad, sería el hombre más rico de la tierra.

—Sabes, yo no estaba exactamente enamorado de Hansol la primera vez que tuvimos sexo —dijo Seungkwan. Cuando Mingyu giró la cabeza hacia él, Seungkwan sonrió, divertido. ¿Realmente pensaste que yo era tan ingenuo? Hansol odiaba a mi padre y yo sabía que me estaba usando —Ladeó la cabeza—. En realidad, comparado con eso, no entiendo por qué tú y Wonwoo no se llevaron bien desde el principio...

[MEANIE; MINWON] SPMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora