CAPITULO 15

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El viaje de regreso a Londres fue tenso y silencioso. Wonwoo encendió la radio mientras Mingyu estaba sentado en el asiento trasero, con gafas de sol ocultando su expresión. Con su traje negro impecable, parecía la definición de un guardaespaldas perfecto. Excepto que el guardaespaldas perfecto no lo jodería y luego pasaría horas en tenso, cargado, silencio. Él y Mingyu no habían intercambiado una sola palabra desde que habían tenido sexo la noche anterior. La mañana fue bastante incómoda con los padres de Wonwoo sonrojándose y evitando mirar a ninguno de ellos. Seulgi solo acabó por suspirar y sacudir la cabeza. El hecho de que no se hubiera burlado de él de alguna manera hizo que Wonwoo se sienta peor... significaba que su hermana estaba realmente preocupada.

Estaba preocupado, también.

Porque incluso ahora, a plena luz del día, sus ojos seguían manteniéndose persistentemente en la línea de la mandíbula cuadrada de Mingyu, que acentuaba sus labios llenos, y su mente seguía evocando pensamientos sucios, como parar el coche, subir a horcajadas entre las piernas de Mingyu y desabrochar lentamente ese traje prístino. Se imaginó arrastrando sus dedos extendidos hacia arriba y abajo de aquel pecho muscular, acariciando el tenso paquete de seis antes de pasar la mano hacia abajo y...

Wonwoo se retorció en el asiento del conductor y ajustó su polla tan sutilmente como pudo.

Deja de actuar tan adolescente, se dijo, frustrado con su excitable cuerpo idiota. Tener sexo con Mingyu parecía haber empeorado el problema, sin mejorar nada.

El sonido del teléfono móvil de Mingyu rompió la tensión en el coche.

Wonwoo echó un vistazo al espejo. Mingyu lo tomó y contestó la llamada.

—Sí —dijo escuetamente Mingyu, agitando su mirada para encontrarse con la de Wonwoo en el espejo. Ambos apartaron sus ojos rápidamente.

—Gracias —dijo Mingyu antes de colgar.

—Era mi contacto en la policía —Mingyu ofreció, para sorpresa de Wonwoo—. Uno de los hombres que te atacaron ayer habló, y la policía logró frenar otro secuestro de alto perfil anoche. Mi contacto dice que no debería pasar mucho antes de atrapar al resto de ellos.

Oh.

—Así que por fin puedo volver a casa —dijo Wonwoo.

—No todo el mundo en el culto ha sido capturado todavía — dijo Mingyu.

—Lo sé, pero son menos peligrosos ahora que su número se ha reducido —dijo Wonwoo. Los matones alimentaban el odio de cada uno y la ira y, más a menudo que no, eran demasiado cobardes para actuar solos.

Mingyu no estaba en desacuerdo, su expresión imposible de leer.

Wonwoo se mordió el labio cuando un nuevo pensamiento se le ocurrió. Si -cuando- regresara a casa, no tendría que aguantar más a Mingyu. De hecho, era poco probable verlo de nuevo salvo que fuera a ver a Seungkwan.

En lugar de hacerlo sentirse aliviado, la idea era... un poco extraña. En poco tiempo se había acostumbrado a la presencia constante de Mingyu, a la pequeña emoción cada vez que lograba irritarlo hasta...

Wonwoo sacudió su cabeza con una mueca. Cuanto más grande fuera la distancia entre ellos mejor. La noche previa demostró que no podía confiar en sí mismo, en lo que a Mingyu concernía: no podía confiar en sí mismo para no terminar de espaldas debajo de Mingyu si este decidía que así lo quería. La idea era humillante y exasperante.

—Me voy a mudar tan pronto como el resto de ellos sea atrapado —dijo Wonwoo.

Mingyu no dijo nada, su cara sin revelar nada. Mirando a la expresión inescrutable de Mingyu ahora, era difícil creer que había estado dentro de este hombre anoche.

[MEANIE; MINWON] SPMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora