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Capítulo 10: El lugar que quiero abandonar (6)

Hena era la única de nosotros que procedía de un entorno plebeyo.

Mi padre, a pesar de su carácter modesto, era innegablemente un noble, ostentando el título de conde.

Aunque no poseía tierras, su apodo "La Espada de Eilencia" era más estimado que las tarjetas de visita de muchos nobles.

Naturalmente, como hijo suyo, yo también era de noble cuna.

Por no mencionar que el linaje directo de Eilencia, Terion y Sirien era irreprochable.

Ninguno de nosotros menospreció jamás a Hena por su estatus social.

Yo había heredado el carácter desenfadado de mi padre y siempre me había llevado bien con los sirvientes, y con los recuerdos de mi época de moderna, no sentía ningún remordimiento por sus orígenes plebeyos.

Sorprendentemente, los hermanos pensaban lo mismo, probablemente debido a su elevadísimo estatus social.

Desde su punto de vista, no había mucha diferencia entre un noble medio y un plebeyo.

Por lo tanto, podían permitirse ser extremadamente arrogantes o extremadamente magnánimos y, afortunadamente, eligieron lo segundo.

Sin embargo, la barrera del estatus social era un muro infranqueable.

En privado, podíamos relacionarnos de forma más informal, pero bajo el escrutinio de los demás, era imprescindible atenerse estrictamente a la jerarquía social.

Esto incluía el tiempo posterior al fin de nuestra vida en la cabaña.

Para mantener su posición de criada en el futuro, Hena tenía que cumplir con sus obligaciones incluso ahora.

Por lo tanto, Hena era siempre la más ocupada de nosotras.

Al principio, su función era servir a Terion, pero había evolucionado hasta atender todas nuestras necesidades.

Sirien, una niña de doce años, requería mucha atención, y Hena tenía mucho trabajo por delante.

'Terion y Sirien están jugando al ajedrez, y a Hena no se la ve por ninguna parte'.

Parecía que Hena estaba trabajando diligentemente en algún sitio, pero no estaba en el camarote.

Como cualquier otra persona, de vez en cuando me acostaba tarde.

Parecía que el cansancio se había acumulado sin darme cuenta.

Era la primera vez que me quedaba dormido aquí y no había nadie que me despertara.

Por eso me desperté mucho más tarde de lo habitual.

El retraso no cambió las tareas del día.

Despertarme tarde significaba que tenía que empezar mis tareas más tarde.

Después de un entrenamiento físico básico, practiqué con mi espada.

Cuando terminé, el sol ya se estaba poniendo, varias horas más tarde de lo habitual.

Así que todo esto fue una coincidencia.

¿Qué? El hombro de esta prenda está roto'.

Fue pura coincidencia que hoy me quedara dormido, provocando un retraso en mis tareas diarias, y de todas las prendas que podría haber elegido, acabara vistiendo una que estaba en mal estado.

También fue pura casualidad que me encontrara entrando en el almacén del sótano, un lugar que normalmente no tenía motivos para visitar.

Al fin y al cabo, Hena era quien elegía nuestra ropa cada mañana.

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⏰ Última actualización: May 17 ⏰

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Me Hice Amigo De La Infancia De La Santa VillanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora