Capítulo 2.

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Pequeño León se quedó mirando con fijeza la peña alta, consciente de que pronto el líder saltaría sobre ella y aullaba el llamado de clan. Desenvaino y envainó las garras sucesivamente con los nervios de punta. Después de un rato vio un destello de pelaje azulado salir de la guarida de Estrella Helada. Era el mismo, su pelo se volvió plateado bajo la luz de la luna y flexionando sus poderosas patas salto sobre la Peña Alta.
Estrella Helada dejó que su mirada glacial recorriera sobre todo el campamento y cuando se posó en Pequeño León entornó los ojos.
El cachorro tragó saliva con nerviosismo, estaba a unos zorros de distancia de la Peña Alta pero pudo sentir el olor de la Estrella Helada delante suyo.
— ¡Que todos los gatos capaces de cazar sus propias presas se reúnan bajo la Peña Alta, para una reunión del clan!
No era necesario llamar pues la mayoría de los felinos ya se encontraban congregados alrededor de la peña con mirada expectante y orejas plantadas. Algunas figuras salieron de las guaridas deslizándose y bizqueando pues estos gatos estaban durmiendo.
El gato sintió que un hocico lo empujaba ansiosamente.
— ¡Pequeño León! Avanza, ya es hora de tu ceremonia. — maullaba una gata, era Flor Caída.—
Avanzó el cachorro a zancadas tiesas y miró con algo de rencor a Flor Caída. Él simplemente no quería estar ahí, quería huir del clan que le recordaba a su madre y a su mejor amigo. Percibió muchos pares de ojos clavados en sí mismo cuando se dirigía al centro. El silencio expectante que guardaba el clan bullía en sus oídos convirtiéndolo en un molesto pitido interminable.
— Espero tener un buen mentor. — el murmulló de Nocturnino entró en sus pensamientos, el pequeño gato estaba hablando solo.—
Pequeño León lo miró con sorpresa, no se había percatado que estaba a su lado. Se preguntó con amargura si el líder del Clan del Trueno menciona algo de que él se había quedado una luna más en la maternidad.
— Hoy nos reunimos para nombrar a dos cachorros que están listos para comenzar su etapa de entrenamiento. — Un firme maullido de Estrella Helada interrumpió sus pensamientos .— Nocturnino, Pequeño León, acérquense más.
El felino dorado dio unos pasos más adelante aunque sin mover mucho su cuerpo. Miro hacia atrás al notar que Nocturnino se había quedado atrás, muy pegado a los guerreros. Al pequeño cachorro le marcaba una expresión de temor y rencor, sus ojos verdes destellaban de odio mientras miraba a Estrella Helada. Pequeño León le hizo una seña con la cola para que avance un poco, no quería quedarse solo, pensando en la culpa que llevaba.
— ¿Nocturnino? — gruño el líder desde la peña.—
El cachorro se paró con agilidad y saltó hasta llegar al lado de Pequeño León, se quedó mirándose las patas.
Estrella Helada dio un suspiro irritado antes de continuar.
— Nocturnino, ahora serás conocido como Zarpa Nocturna, hasta que obtengas tu nombre de guerrero. — sus palabras sonaron muy frías e hizo una pausa larga para mirar a Zarpa Nocturna con dureza.
Pequeño León no pudo evitar mirar atrás, muchas siluetas gatunas de diferentes tamaños formaban una media luna detrás suyo, entonces un gato marrón se acercó con impaciencia.
— Tu mentor será Ojo de Búho. — El gran felino marrón se acercó más a Zarpa Nocturna y asintió levemente.
— Ojo de Búho, confío en que le transmitirán todos los conocimientos necesarios, para hacer de él un gran guerrero.
Pequeño León entornó los ojos examinando a Ojo de Búho, sus ambarinos ojos contemplaban a Zarpa Nocturna con aprobación. Ambos chocaron las narices y el aprendiz se quedó mirando absorto a el guerrero, siguiéndolo hasta incorporarse en las filas.
— Pequeño León. — el cachorro estaba tan sumido en sus reflexiones que aquello le tomó por sorpresa, la voz de Estrella Helada había cambiado a una desinteresada. -- Ahora serás conocido como Zarpa de León....
Nuevamente, el recién nombrado Zarpa de León sintió una abrumadora culpa y un dolor insoportable en todo el cuerpo. La sangre rugió en sus oídos y sintió que todo se desvanecía por un momento. Gritos de batalla llenaron su mente, seguidos de un desgarrador chillido. El aprendiz retrocedió, su pelaje se erizó ante el torrente de recuerdos que lo invadía. Sus ojos se empañaron hasta que, en lo profundo de su memoria, vio dos siluetas felinas. Esas siluetas que le provocaron una rabia excesiva: el gato que había asesinado a Roblecillo y el guerrero que le arrebató a su madre...

— ¿Zarpa de León? — un amigable maullido chocó contra sus recuerdos.—
El nuevo aprendiz volvió a su realidad volteó con sorpresa, un joven gato gris lo miraba interrogativamente. Zarpa de León se quedo paralizado un momento y vio como el guerrero avanzaba hacia él.
— ¡Bien por ti, Plumoso! — un alegre maullido resonó en los oídos del aprendiz.—
Comprendió todo rápidamente, Un guerrero rojizo lo felicitaba con orgullo. Se acercó entonces y tocó delicadamente la nariz de su nuevo mentor. Zarpa de León retrocedió para integrarse a los otros aprendices arrastrando la cola con un aspecto desganado.
Hubo un súbito silencio en la hondonada, luego le siguieron murmullos apenados. El clan estaba recordando lo sucedido con Zarpa de León y el combate de hace lunas. El aprendiz azotó su cola con ira, no quería que le tuvieran pena. Todavía estaba muy impactado por sus recuerdos y ahora todo los felinos lo compadecian.
— No merezco nada, la muerte de Roblecillo y mi mamá es mi culpa. — gruño Zarpa de León con rencor mirando con ojos llameantes a todos los gatos.
Los guerreros del Clan del Trueno enmudecieron en un largo silencio.
— ¡Zarpa Nocturna! ¡Zarpa de León! — surgió de pronto una voz rompiendo la incómoda situación.—
Los otros gatos corearon con voz suave y luego le siguieron el nombre de Zarpa Nocturna. El joven aprendiz se encaminó hacia  la maternidad instintivamente mientras azotaba su cola contra el suelo. Pasó por delante de los otros aprendices y Zarpa Nocturna, escuchó como lo saludaron pero los ignoro.
Estaba a punto de entrar cuando una voz lo sorprendio.

— ¿Zarpa de León? O debería decirte Pequeño León. — dijo risueña una gata, era Corazón de Cuervo, el otro la miró con recelo no olvidando cómo había tratado a Zarpa Nocturna.—
— Ahora debes dormir con los otros aprendices, eres Zarpa de León. — ronroneó delicadamente una felina, Flor Caída.— Yo también tendré que volver a la guarida de los guerreros.
Zarpa de León soltó un suspiro sin decir nada, ambas gatas se pararon al frente suyo, en la entrada espinosa de la maternidad.
— ¿Al menos puedo despedirme de los cachorros? — susurró el aprendiz, se había encariñado de los pequeños durmientes, los únicos que no lo incomodaban con palabras y discursos aburridos de la vida.
— Entra. — maulló Corazón de Cuervo risueña.—
Sintió la mirada de las reinas sobre su lomo mientras se desvanecía en la cálida oscuridad de la maternidad.

Ya estaba instalado en un lecho musgoso de la guarida de los aprendices, encontró una muy al fondo del lugar que por su olor, indicaba que no había sido usado hace mucho tiempo. Aquello no estaba tan mal, podía quedarse en esa cama y nadie le molestaría, aunque no estaba tan protegido y cálido como la maternidad, en la que los gatos pasaban todo el día tumbados. Se descubrió añorando la presencia de los más pequeñines, sus leves respiraciones y a Flor Caída cuidando de ellos, por algo se había despedido de los cachorros. « Apenas han abierto los ojos » pensó Zarpa de León adormilada por el tranquilo ambiente.
Apoyó su cabeza sobre sus patas y cerró los ojos.
— Es hora de entrenar, no de dormir — Un extraño maullido lo alertó.— Vamos, Zarpa de León, hoy te enseñaré el territorio.
Una delgada cabeza gris se asomaba, era su mentor, Plumoso.
« Cierto, ahora soy aprendiz, todo cambiará.»
Y se dispusó a seguir a su mentor fuera del campamento.

Nota de Kae: Espero que les gussteee, intentare avanzar más rapido y pronto pondre las filiaciones! Además ando avanzo unos cuentosss

LA SENDA DEL GUERRERO -  LOS GATOS GUERREROS FANFICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora