Katherine no es mas que otra víctima de la malvada señora Fregoso, sus días están llenos de tristeza y depresión pura, aun así su alma y personalidad se mantienen intactas e inocentes y dulces. Pero para Willy no era igual
Willy llegó con un sueño...
Después de tanto insistir, Louis finalmente consiguió una salida con Katherine, sacando a escondidas a la joven para llevarla al zoológico, algo que ella adoraba
La esperaba pacientemente afuera de el abandonado castillo de la lavandería Fregoso, entonces ahí estaba, Katherine salió de la ventana y cruzó por escaleras y ladrillos ágilmente, sin importarle que era una dama
Su cabello recogido meticulosamente con un broche hecho a mano en forma de chocolate, su cara completamente limpia a excepción de el ligero brillo labial en sus labios, pero lo que más le llamó la atención a Louis, fue el vestido que ella llevaba, el mismo vestido que Wonka le había regalado días antes, Louis se tragó sus palabras cuando la joven estaba finalmente frente a él
—Escúchame bien, tenemos tres horas contando desde ahora antes de que Willy regrese de vender sus chocolates y no me encuentre...—. Su voz sonaba preocupada, preocupada por los sentimientos de su fiel compañero chocolatero
—¿Como podría yo dejar a una dama como tú regresar tarde a su hogar?—. El respondió con un tono juguetón, sus profundos ojos perforaban a Katherine lentamente
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—Como sea, vámonos—. Ella dijo avergonzada, no pudo ocultar el ligero rubor rojo en sus mejillas morenas cuando el la miro fijamente
Entonces ambos caminaron juntos por todo el pueblo hasta llegar al zoológico donde Louis se aseguró de no despegar la vista de Katherine, ella acababa de convertirse en una niña pequeña al ver a las jirafas
—¿Sabias que las jirafas tienen un corazón pesado que les permite bombear sangre hasta su cabeza? Sus corazones pueden pesar hasta once kilos...—. Dijo sin despegar los ojos de las jirafas frente a ellos, mientras tanto Louis no despegaba los ojos de ella
—No lo sabía, vaya que eres una cosita inteligente, ¿no?—. Se rió levemente al verla tan emocionada por un animal tan simple
—Tal vez, son animales tan inteligentes pero tan incomprendidos—. Ladeó la cabeza ligeramente, de dio la vuelta para mirarlo y de nuevo la diferencia de altura la golpeó como un bat
Tener que levantar constantemente la cabeza para mirar a Louis a los ojos hacia que ella se acordara de Willy, con quien repetía este mismo gesto más comúnmente que con Louis...
«¿Por que me persigues a donde quiera que voy?»
Katherine y Louis caminaron por el gigantesco zoológico, deteniéndose ocasionalmente para ver los animales y platicar sobre las curiosidades de estos
Cuando la noche finalmente cayó en el pequeño pueblo, Katherine tomó suavemente la mano de Louis, no le tomó la mano, quería ver la hora desde su reloj
—¿Huh? —. El se sonrojó levemente y bajo la mirada hacia ella, notando su mirada curiosa posada en su reloj
—Santo cielo... Willy va a matarme—. Ella se alejó de él de un salto, levantó la vista hacia Louis
—¿Matarte?—. Arqueó una ceja, curioso
—¡No hay tiempo! Debo irme Louis...—. Ella musitó suavemente
Sin siquiera tener tiempo para reaccionar, de repente Katherine ya se había ido, corriendo apresurada hacia la lavandería de nuevo, Louis se quedó decepcionado y frustrado a la vez, ella aún creía que el solo quería su amistad , esta chica iba a ser difícil...
Katherine se deslizó por el tubo de lavandería de nuevo, aterrizó cuidadosamente en el pasillo y finalmente llegó a su habitación que compartía con Willy debido al poco espacio entre los cautivos. Ella abrió lenta y cuidadosamente la puerta esperando no despertar a Willy pero justo cuando ella cerró la puerta, de pronto la luz se prendió y Willy estaba cernido frente a ella
Katherine dejó escapar un pequeño chillido de sorpresa, dio un pequeño paso hacia atrás
—¿Donde estabas? —. Ni siquiera se molestó en esconder el creciente enojo en su rasposa y masculina voz
Katherine estaba nerviosa pero era incapaz de mentir, era una chica noble. —Louis me invitó al zoológico—.
—¿Te besó?—. Su rostro era estoico y completamente inexpresivo, su mandíbula apretada como una roca
—No... jamás he besado a nadie, no planeo hacerlo pronto.—. Ella se paró frente a él, sus manos detrás de su espalda y la mirada baja, como un cachorro regañado
Willy estaba muriendo de celos, a pesar de ser un chico calmado y sereno, no podía controlar sus impulsos
En un instante el la empujó contra la puerta, no la lastimó, simplemente no podía controlarse, el agarró su mandíbula suavemente y la obligó a mirarlo
Katherine no tuvo el tiempo suficiente para reaccionar, soltó un pequeño lloriqueo de sorpresa pero su agarre era increíblemente suave y gentil, un atisbo de miedo cruzó sus grandes ojos cafés.
Willy notó el pequeño atisbo de miedo cruzar los ojos de Katherine, de pronto reaccionó y la dejó ir, dando dos pasos hacia atrás el se sentó en la cama y hundió su cabeza entre sus manos, frustrado y confundido
Ella ladeó suavemente la cabeza al verlo así, se sentó a su lado y su mano frotaba suavemente su espalda tratando de consolarlo
—Jamás te voy a abandonar ¿me escuchas? Eres todo lo que existe para mi, te amo más que a mi misma, Wonka—. Su dulce voz habló firmemente, ella siguió frotando su espalda mientras lo miraba
Sus palabras parecían haber reanimado algo dentro de él, Willy sabía que ella era sincera y noble. Lentamente bajó las manos de su rostro y se lanzó hacia ella, abrazándola con fuerza y recostándose en su pecho
—Siempre estaré aquí para ti, eres tú y nadie más, mi dulce chico... —. Murmuró suavemente mientras acariciaba su cabello, su mano seguía frotando amablemente su espalda
Willy no decía nada pero su corazón era un festival de emociones, cerró los ojos permitiéndose disfrutar el suave tacto y el reconfortante consuelo que ella le brindaba, su amor era puro y noble, incluso cuando ambos tenían que seguir demostrándolo sutilmente.
Su amor era más fuerte que nada en este universo, pero ambos estaban yendo demasiado lento, sus labios jamás habían siquiera rozado los del otro, solo eran dos pobres almas enamoradas de la manera más pura existente.
