"Animal Espiritual"
Cada persona nace con un animal espiritual el cual está caracterizado como su alma gemela.
Yo tengo el mío.
Un lobo/coyote negro con tonalidades grises, que al parecer solo le gustaba mi compañía. Podía ser muy meloso pero solo conmigo, ya que otros podía llegar a ser muy territorial.
Vivo sola en una casa que mi padres tenían en Beacon Hills, cuando mis padre decidieron irse por una propuesta de trabajo yo no quería dejar mi hogar.
Prácticamente tenía toda mi vida aquí. Así que ellos decidieron dejarme aquí, y cada cierto tiempo los visitaba o ellos a mi.
Esta vez me toco a mí visitarlos, así que había estado fuera del pueblo y acababa de llegar hace unos días.
Hoy había reunión de manada y me rencontraría con todos.
También conocería al nuevo miembro de la manada. Theo. Sabía algunas cosas de él por que la manada me mantenía al tanto pero no lo conocía en persona.
......
Ya estaba lista así que subí a mi auto y me dirigí a la mansión Hale, la cual había sido reconstruida hace tiempo.
Al llegar pude divisar los autos de los chicos. Como el característico Jeep, o el Camaro Negro.
Cuando baje de mi auto la primera persona que pude ver fue a Derek. Me había llamado hace unos minuto preguntando si tardaría.
Me acerque a él seguida por mi lobo/coyote el cual le gruño al pequeño zorro que estaba junto a Derek para que se alejara, y como respuesta obtuvo a un zorro bastante dispuesto a darle frente.
Abracé a Derek.
-Hola -lo abrazo y deposite un beso en su mejilla- te extrañe
-Yo no -dijo con disgusto-
-Claro que lo hiciste, soy tu favorita -reclame dandole un leve golpe-
-Okey okey lo acepto -me abrazo con fuerza y deposito un beso en mi frente- pero si se lo dices a alguien te arrancare la garganta...
-Con mis dientes -lo interrumpí imitando su voz para poder decir la típica amenaza que le decía a Stiles , en un tono divertido-
-Vamos todos están adentro solo te esperábamos, excepto por Theo pero dijo que tardaría unos minutos
Cuando entramos pude divisar a toda la manada sentado en la sala.
Y cuando me acerque a saludarlo a todos, mi lobo/coyote desapareció de mi lado unos minutos más tarde.
Cuando salí a buscarlo, lo encontré jugueteando con una bella loba de pelaje blanco.
Nunca la había visto. Ni sabia de quién era.
Pero lo que si sabia era que pertenecía a mi alma gemela.
Lo confirme cuando una especie de tatuaje apareció en mi muñeca.
Estaba feliz, pero la duda crecía en mi.
-Max! -Lo llame mientras me acercaba a ellos-
Ambos se acercaron a mí mientras corrían alrededor mío.
Reí al verlos tan felices.
-Hola -escuche una voz a mis espaldas-
Voltee y me encontré con él. Lo vi a los ojos y fue como si me atraparan.
-Hola -le sonreí-
-Soy Theo tu debes ser dueña de él -dijo en un tono divertido mientras se acercaba a mi
-Sii, es Max
-Bueno ella es Luna -cada vez se acercaba más a mi-
Caminaba a paso lento hacia mi sin dejarme de ver a los ojos. Era como si fuéramos solo él y yo.
Cuando estuvo frente a mi, tomo delicadamente mi mano mientras su otra mano se dirigía a mi cintura.
Una de mis manos estaba sobre su pecho y la otra sobre su brazo.
De manera tímida pero atrevida acercó su cara hacia en hueco en mi cuello, aspirando el aroma.
-Hueles tan bien -murmuró-
Al sentir su respiración solo pude cerrar mis ojos dejándome llevar por el momento.
No me sentía incómoda de hecho me sentía en confianza. Creo que también era parte del saber que era mi alma gemela.
Duramos un buen rato así hasta que volvió a su posición inicial. Quedando nuestra caras frente a frente.
-Tendremos una cita
-Si claro -soltó un leve risa debido aun a la emoción -
-No era una pregunta linda -sonrió de manera egocéntrica-
-Bueno eso suena mejor -bromeé de manera coqueta-
Ahora él soltó una risa.
-Que tal si entramos?
Tomo mi mano para así dirigirnos hacia los chicos, junto con nuestros animales espirituales. Los cuales nos hicieron soltar una risa.
Ya que la bella loba de pelaje blanco caminaba de manera muy decidida y coqueta, mientras que el coyote/lobo lo hacía de manera territorial e intimidante, tras ella.
-Si... creo que esos somos nosotros -dijo Theo de una manera divertida-
Solté una carcajada.
Esto sería una locura. Una hermosa locura que no cambiaria por nada en el mundo.