|| Sim, La, Re ||

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Se formaron las grietas en mi cristal... Y en un instante lo supe
Que no soy tan vacal...

Tu mente estaba en blanco, tanto como el color de aquel techo y paredes que te rodeaban... El sonido de un monitor te causaba un punzante dolor de cabeza, pero había otro ruido, una voz...

- ¿____...? - Era una voz masculina. - ¿Me escuchas?

Abriste los ojos por completo topandote con lo que parecía ser la sala de un hospital, al moverte el dolor de cabeza volvió, hiciste una mueca de dolor. Él no supo que más decirte, se limito a darte tu espacio para que pudieras despertar. Aunque estaba desesperado por escuchar tu voz, se moría por que le dijeras que estabas bien.

Lentamente te inclinaste en la cama, llevaste tu mano a tu cabeza al sentir un marco... Todo te era tan confuso, y tan pronto te diste cuenta que no podías recordar nada, literalmente no tenías idea de como habías llegado a ese lugar, tu último recuerdo era borroso, la confusión le dio paso al pánico.

- ¿Dónde estoy...? - Sentiste un vuelco en el estómago, tener la mente tan estática se sentía fatal, demasiado. Incluso José creyó al instante que sufrirías un ataque de pánico justo allí. - ¿Qué hago aquí? ¿Qué está pasando...?

Antes de que él dijera algo más, no quiso empeorar las cosas y decidió mejor que no era el más indicado para explicarte o siquiera calmarte... Por más que deseara hacerlo, se levantó y se apresuro a buscar una enfermera.

Aunque esto también te dejo más asustada, también te sirvió un poco... Cuando dos enfermeras llegaron y lograron calmarte, te dieron agua y después te hicieron un par de preguntas.

Te aclararon como habías terminado en ese lugar... Aunque no te dieron respuesta a porque no podías recordar nada más allá del rato que llevabas despierta y tus memorias hasta cierto punto de tu vida.

- No podemos hacer más por ti, esto lo tendrá que determinar un médico. Lo lamento cariño. - Asentiste con la cabeza más tranquila.

- Gracias. - Dijiste en voz baja, tomando otro trago del vaso que te dieron, tenías la garganta seca.

Y bueno, te dijeron también que pasaste una semana entera más inconsciente que despierta, no habías tenido las fuerzas para inclinarte en la cama hasta ese día, así que te dieron comida finalmente.

- Si necesitas algo más, solo avisanos linda. - Asentiste con la cabeza. - Oh, hay un hombre fuera.

- ¿Ah...? - Era él, José. Un buen amigo tuyo.

- Ha estado aquí desde lo del accidente... Cada que tiene la oportunidad de estar contigo lo hace, está muy atento y se va a su casa muy poco. - Por lo que tú recordabas, él era tu amigo.

Bien, eras la editora de la banda, ayudabas con las mezclas y tras haber tomado un par de años de cursos de cinematografía incluso dirigiste uno de sus videos. Siempre tuviste una muy buena relación con José, eras una amiga muy cercana para él, aunque también con los demás, ¿no? Más con él, pero te preguntaste porque la enfermera lo hizo tanto énfasis.

- También te ha visitado tu mamá y tus amigos, pero este chico parece un poco paranoico, si fuera por él ni saldría del hospital ¿sabes? - Dijo entre una risita medio apenada.

- ¿Pepe...?

- Ajá, ese mero. Bueno, lo dejaré pasar cuando yo salga... Si algo se te ofrece solo aprieta el botón, te veo más tarde. - Se despidió con un gesto con la mano.

El Cielo Fue Conocerte - José Madero Vizcaíno Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora