Celos

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Ruberto se sonrojó y escondió rápido el cuaderno en el que estaba escrito el número del pelirrojo, Claudio lo vió y, a fuerzas, le sacó el cuaderno. Su expresión cambió cuando vió el número del mayor en ese pedazo de papel. Sonrío, se lo devolvió, se quedó mirando a la nada.

—Está todo bien? —notó esa sonrisa en la cara del mayor, esa que solo usaba para sacarse fotos con las  chicas del salón. Entonces el chaqueño decidió contestar.

—Te dije, gustabas de él, tenía razón. —dijo Claudio, mirando al frente de nuevo, sonriendo, fingiendo que miraba las calles que ya conocía de memoria.

—No me gust- —intentó negar, Claudio no se lo permitió, interrumpiendo a Agus, el cual se quedó con las palabras en la boca.

—Estás todo rojo, amigo… —el chaqueño chasqueó la boca antes de hablar de nuevo —Es obvio que te gusta, ya está. —Agustin no se pensaba quedar callado, así que con un tono un poco más alto, respondió.

—¿Qué querés decir con “ya está”? —Claudio quedó notablemente callado, esos silencios que hacés cuando sabés que la cagaste.

—Nada, Tín, nada.

Notó como después de eso Claudio se quedó mirando a la nada, ya no le habló más hasta que se bajó en su casa, despidiéndose, con una sonrisa falsa, esa que usaba cuando recibía a un familiar que no conocía de nada.

—Chau, Tín, suerte. —dijo pasándole la mano, fría, con callos por las veces que iba al gimnasio a la semana. Y no sabe por qué ese saludo sonó demasiado como una despedida, pero le dejó un gusto amargo en la boca.

En el camino a casa, tomó su celular, agendó el número de Jabes y le escribió. Guardó su celular cuando su papá le preguntó algo sobre sus nuevos amigos, lo cual contestó con una sonrisa, falsa, como la que Claudio le dedicó antes de irse. Cuando llegaron a la casa saludó a su mamá y hermanos, además de eso se acercó a su mamá.

—Ma, hoy no como… —dijo el menor mirando a la mujer, la cual lo miró con reclamo.

—¿Por qué no? —respondió su mamá, a lo que él sonrío por la cara que puso.

—Nah, por nada, ando medio cansado nomás… —Agus sonrió y abrazó a su mamá para después decir “buen provecho” e irse a la habitación que compartía con Benja, su hermano.

Cuando llegó se tiró en su cama, mirando al  techo mientras dejó su celular a un lado, se puso a pensar. Suspiró, y agarró su teléfono, un mensaje de Claudio. ¿Qué quería? Si lo trató re mal hace segundos, ahora se hace el desentendido seguro.

Diabli💗
Mañana no voy al ensayo gato
Tengo que acompañar a Meli a danza.

Agus respondió con el emoji de una mano levantando el pulgar, Agustín usualmente no era tan seco, excepto con esas chicas que mucha veces le responden las historias pensando que él podría darles bola. Sonrío con ese pensamiento, y en ese momento su celular vibró, Jabes había contestado.

Agus
Holii, todo bien?

Jabes
holaa, todo bien
te fijaste si te gusta lo que añadí? Creo que queda bien con el tema.

Agustín sonrió, otra vez recordando el interludio del tema que hizo Jabes, agarró su cuaderno, leyó de nuevo esa parte que el pelirrojo había escrito mientras él no miraba. Tomó de nuevo su celular y le respondió.

Agus
Sisi, buenísimo.

Jabes
mañana venís?
Ian no viene, está por salir con su mejor amigo.

Puede Ser [Agustín Ruberto x Claudio Echeverri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora