Katarina, una adolescente que ha superado un pasado doloroso, se encuentra envuelta en una serie de eventos sobrenaturales debido a la llegada de los hermanos Salvatore. Su corazón late ahora al ritmo de su pasado y los peligros que enfrenta. Sin em...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
2009 - 13 años
me encontraba caminando por los pasillos del orfanato en busca de tranquilidad. En ese momento, Jared me llamó desde el balcón y me invitó a acompañarlo. Asentí y me acerqué para sentarme a su lado.
— ¿Qué haces? — le pregunté a Jared al ver que tenía un cigarro en la mano.
— Fumar. ¿Quieres un poco? — dijo, acercándome el cigarro con un olor extraño.
— La Sra. Forbes dice que eso no es bueno — respondí, negándome. Él soltó una risa burlona.
— Es mentira. Esto es lo mejor que encontrarás; te llevará a un mundo diferente — insistió, colocando el cigarro entre mis dedos.
— Solo una probada — dijo, y yo negué mientras fruncía los ojos. Él me quitó el cigarro y fumó de él.
Se acercó a mí y soltó el humo en mi cara, embriagándome con su fuerte olor. — Te gustará.
Finalmente, me rendí y llevé el cigarro a mis labios para fumar. El humo me hizo toser y ahogarme.
— Con el tiempo aprenderás — dijo, guiñándome el ojo.
— 🌷 —
Actualidad...
Stefan me dejó en mi habitación, exhausta después de un largo día. Me recosté en la cama, sintiendo el cansancio en el cuerpo . La habitación estaba sumida en un silencio que me envolvía suavemente.
Traté de conciliar el sueño, pero mi mente seguía reviviendo los eventos de mi pasado. Los rostros de los demás huérfanos, las palabras de Jared que se mantenían vivas , todo se mezclaba en un torbellino de emociones.
Finalmente, decidí salir al pasillo. La luz de la luna se filtraba entre la oscuridad , pintando el suelo de un azul . Allí, me encontré con Klaus, sentado afuera de mi habitación. Su mirada estaba perdida , como si estuviera sumido en sus propios pensamientos.
— ¿Qué haces aquí? — le pregunté, y él se volteó para mirarme.
— Cuidándote — respondió, su voz grave y llena de significado. Se acercó a mí, y su presencia me envolvió como una manta cálida en una noche fría.
— No es necesario y por favor deja de mentirte a ti mismo. No soy importante para ti — dije, con más dureza de la que pretendía. — Y estoy casi segura de que si no fuéramos almas gemelas, ya te habrías deshecho de mí.
Klaus frunció el ceño, como si mis palabras le generaran rabia o ¿tristeza? . Pero antes de que pudiera responder, me atrajo hacia él. Sus brazos rodearon mi cintura, y su mirada se juntó con la mía.
— Pero lo eres. Eres mi alma gemela — susurro y su aliento choco con el mío . — Y me importas más de lo que puedo expresar.
¿Cómo podía ser cierto? ¿Cómo podía alguien como él sentir algo por mí?
— Basta, Klaus. No hagas esto — pedí, alejándome de su agarre. Pero él rápidamente tomó mi brazo y me atrajo hacia él. Nuestros cuerpos estaban tan cerca que podía sentir el calor de su piel.
De repente, sentí los labios de Klaus sobre los míos. Una chispa que nunca antes había experimentado recorrió mi piel. Rodeé su cuello con mis brazos, acercándolo aún más a mí.
Cuando nos separamos, Klaus me miró fijamente.
— Katarina... — dijo, aún con las manos en mi cadera.
— No — lo interrumpí. — Lo admito, me importas. Fuiste un hallazgo inesperado pero valioso. Ahora me aterra perderte. Ni siquiera te busqué, y tú apareciste para poner mi mundo de cabeza, creando una tormenta en mi mente y corazón. Sentir esto me aterra, Klaus.
Él sonrió. — Tranquila, Katie. No tengas miedo. Nunca te lastimaría. Siempre te protegeré y haré todo lo que esté a mi alcance para que estés bien.
Sus palabras me dieron algo de tranquilidad, aunque no sabía si debía creerlas por completo. Pero en ese momento, no quería pensar en el futuro.
— ¿Quieres dormir conmigo? — le pregunté con una sonrisa, y él alzó las cejas y asintió.
Entramos en mi habitación y nos recostamos en la cama, hablando casi toda la noche.