Ana se encontraba acurrucada entre los brazos del rubio, su corazón latía con mucha fuerza en su pecho.
Cuando Luke entro por las puertas del hospital, Ann corrio hacia sus brazos, el rubio sé sorprendió pero después se dio cuenta de que era Ann. Su amiga, la chica a la que había querido conocer desde hace tiempo. No era muy alta, 1.66 de estatura, piel blanca, ojos grandes y redondos, con un color hazel, cabello castaño claro y ondulado, y una sonrisa adornada con dos tiernos hoyuelos. Ella era Ann, más hermosa de lo que se había imaginado. Su corazón estaba demasiado acelerado, y en ese momento Luke se dio cuenta que la espera habia valido la pena. La abrazó por la cintura, y sintió un escalofrío recorrer por su columna.
-Estás aquí, por fin. -murmuro Ann, con una voz apenas audible.
-Sí, ya era hora. -Sonrió
