El 𝐀𝐌𝐎𝐑 fue creado para las personas valientes.
Porque debes tener valentía para aprender a luchar no solo contra tus propios demonios, sino también contra los de la persona a la que amas, especialmente cuando esa persona es, literalmente, uno...
Las preguntas flotaban en el aire, cargadas de incertidumbre y expectación. Cada una de ellas era una puerta hacia lo desconocido, invitándome a explorar nuevos caminos y descubrir respuestas ocultas.
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||POV (____)||
Al día siguiente, me desperté en mi futón, sintiendo el primer rayo de sol filtrarse por la ventana. Me estiré lentamente, y mis huesos crujieron en respuesta. Con la mente todavía adormecida, me quedé unos minutos contemplando el techo. Fue entonces cuando noté una sensación extraña en mi cabeza.
Llevé la mano a mi cabello y, para mi sorpresa, encontré un sombrero. Lo tomé y lo examiné, reconociéndolo de inmediato. Sabía perfectamente a quién pertenecía, y una sonrisa se dibujó en mi rostro. Esto solo podía significar una cosa: él me había visitado durante la madrugada. Probablemente había llegado sigilosamente y, al encontrarme durmiendo profundamente, decidió dejar su sombrero como una señal de su presencia.
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Después de unos minutos, me levanté del futón. Era demasiado temprano, pero ya había salido el sol, inundando la habitación con su luz dorada. Apenas puse un pie en el suelo, sentí un fuerte dolor de cabeza y un mareo repentino que me hizo tambalear. Mis manos instintivamente buscaron apoyo en la pared mientras luchaba por mantener el equilibrio. El dolor palpitante en mi cabeza parecía empeorar con cada latido de mi corazón, y una sensación de náuseas amenazaba con subir desde el fondo de mi estómago.
Cuando de repente, una presencia indescriptible llenó la habitación, como una ráfaga de viento helado que cortaba hasta los huesos. Mis sentidos se agudizaron, y al levantar la cabeza, me encontré cara a cara con él: el hombre cuyas apariciones misteriosas me habían intrigado durante tanto tiempo. Su figura era imponente, envuelta en sombras, pero sus ojos irradiaban una calma sobrenatural que contrastaba con mi agitación interna. Con la respiración entrecortada, lo observé, preguntándome qué mensaje traería esta vez.
