2. DE MAL EN PEOR

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Cami

Ahora toca recreo, por fin. Media horita para descansar, charlar con mis amigas, y tratar de estar tranquila y relajarme.

Nos vamos directas a la mesa de siempre, hay merenderos esparcidos por el patio y desde que empezó el curso, uno de ellos es nuestro pequeño escondite. Nos dimos cuenta de que podíamos moverlos así que lo llevamos a un lugar más apartado, donde no suele haber mucha gente ya que cerca está el pabellón y los gritos que vienen de dentro, de gente jugando deportes, suelen "molestar", pero para mi es el lugar perfecto donde estar junto a ellas sin nadie más; nosotras escucharemos los gritos de los deportistas pero ellos no nos escuchan, es lo mejor... - Espera, ¿y Blaine?

- Chicas, ¿dónde está Blaine? - Tengo que dejar de verme tan afectada cuando ella no está, voy a parecer una loca obsesionada o peor, el resto podrían descubrir que... Bueno, que me gusta.

- Fue al baño, seguro que se la ha tragado el váter - Ahí está la graciosilla de turno otra vez.

- Pues que no se vaya a quejar porque no la esperamos para comer. - Doy el primer bocado al desayuno. - Eah, por tardona. - Bromeo riéndome, es mejor seguirle las bromas a Addi sino luego son peores, en el fondo la quiero.

- Hablando de la Reina de Roma... - Ari señala, aún no he mirado pero siento un pellizco en el pecho al ver su cara de tristeza camuflada con una sonrisa al decirlo, la conozco y sé que no me va a gustar lo que viene ahora.

Prepárate para una buena.

Y exacto, ahí está, con él, de la mano, los dos sonriendo, como la mira, como ella le mira a él... Se quieren de verdad, tengo que olvidarme de mis sentimientos y ser buena amiga, tengo que ser capaz de alegrarme por ella sin importar nada más, tengo que superar que entre yo y ella jamás habrá nada.

Su voz me saca de mis pensamientos y me hace volver a la realidad, a la cruel y dura realidad.

- Chicas... El es Bryan... - Sé lo que va a decir, no lo digas, no lo digas, no lo digas por favor. - Mi novio.

Y sí, lo dijo.

- AAAAH, Holaaa, soy Addison, pero puedes llamarme Addi. Blaine nos ha hablado mucho de ti. - Addi le estrecha la mano divertida.

Ahora que lo pienso. No. Blaine no nos ha hablado mucho de él, a no ser que ellas lo supieran de antes...

Genial. Sobrepensar. De nuevo.

- Yo soy Ari, encantada. - Ella es más discreta, sabe que esto no me sienta bien y al saberlo, trata el tema y las circunstancias de otra manera, cosa que le agradezco, no sé qué haría sin ella.

- Ah, eres tú... su... - Esto está doliendo. - ...novio. Encantada. - Finjo una sonrisa.

Nos llevamos un rato hablando, pero con alguien más, con ese alguien, ya no siento cómo nuestro este lugar. Procedo a levantarme y a alejarme de allí.

- Chicas, voy al baño, luego vuelvo. - Mientras me levanto le hago una señal con los ojos a Ari para que venga conmigo.

- Cami espera, voy contigo. - Otra vez, Ari salvandome, es la mejor.

Me alegra ver que ha entendido mi mirada y que sepa lo que necesito. Me encantaría contarles lo ocurrido al resto pero, no puedo. Aunque seamos un grupo de 4, yo tengo más confianza con Ari y Addi con Blaine, si decidiera contárselo solo a ella, sé que tarde o temprano, con sus bromas quizá Blaine se acabaría enterando. No la culpo, a Addi las bromas le salen espontáneas y sé que no lo haría queriendo ni por asomo, pero prefiero no arriesgarme.

- Ehh, Cami, me sabe fatal todo esto. - Noto cierta delicadeza y preocupación en su voz.

- Solo necesito despejarme, de verdad no te preocupes, - lo digo en serio, se que podré. - cuando lo asuma todo estaré bien de nuevo. - fuerzo una sonrisa.

- No es justo para ti Cam - me abraza - pero... sabes que tampoco lo es para Blaine.

- Lo sé, Lo sé, y... ojalá poder hacer algo para que, no sé... todo fuera distinto. - Y entonces, me rompo.

Ari siempre me mira con tristeza, cómo si tuviera miedo de que vuelva a tocar fondo. - La última vez, ella estuvo ahí para mí y es consciente de que cuando ocurre, no salgo de mi cama por semanas. - En cierto punto la entiendo, pero no tiene por qué preocuparse, al menos por ahora lo tengo todo bajo control.

El único problema es que todo ha venido de sopetón.

- ¿Necesitas estar sola?

- Creo que voy a irme a casa, llamaré a mi madre a ver si puede dar permiso para irme sola.

~~~

Ya en secretaría, llamo a mamá y firma por correo electrónico un permiso para que pueda marcharme sola a casa. Mamá es consciente de que algo no va bien y aunque ella siga en Seattle y yo esté viviendo en Irlanda con mi tía, le gusta encargarse ella de todos los cargos del instituto y demás. Al igual que, aunque estemos lejos, es mi mayor apoyo día a día.

Al llegar a casa, tía Liv me recibe en la entrada, ella trabaja desde casa, así que normalmente suele estar.

- ¿Cómo te ha ido el día Cam? - Amo que siempre que me ve, me pregunte cómo me ha ido o cómo estoy, - lo hace desde que tengo memoria - y ahora, aunque me vea todos los días, lo sigue haciendo.

- ¿Por qué crees que estoy aquí? - Bromeo para no crearme a mí misma una situación incómoda, aunque con tía Liv, jamás se me hace incomodo hablar sobre algo.

- Ay Cami, ¿qué pasó?

- ¿Te acuerdas de Blaine?, - Ella asiente con la cabeza - la chica que me gustaba - de todas formas lo aclaro por si acaso.

Miro hacia arriba para impedir que las lágrimas caigan. Y prosigo hablando.

- Ha empezado a salir con alguien. Con un chico. Ahora más que nunca voy a tener que olvidarme de ella.

- Eyyy, no estés mal, podrás con ello, conseguirás verla como una amiga y si cuesta, quizás debas hablarlo con ella, a lo mejor así te quitarías las dudas.

Hasta que llegaste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora