Mente atrofiada

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Pensar, ¿cómo hacerlo con la mente agotada?,
suspiros a cada instante me acompañan.
Por donde quiera que miro veo rostros cansados,
cuerpos empujados por el aire ligero.

Tristes miradas, bajas palabras pronunciadas,
los estómagos a medio llenar, otros vacíos.
Con la desesperanza en los hombros vagan
en busca de un milagro, de soluciones verdaderas.

Pasan los días, la oscuridad me persigue.
No importa si amanece o anochece,
dentro de mi hogar o fuera, busco la claridad
que me dan solo por pocas horas cuando les place.

Sin poder reclamar, sin expresar lo que siento,
presa en la calle me encuentro sola, acompañada.
¿Pensar?,  no es necesario, la mente se atrofia
encadenada sin garrotes visibles a los ojos del mundo.


Versos del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora