No hay nada más duro que tener que esconder quién eres realmente y vivir bajo una mentira, tener que fingir que estás bien cuando obviamente no lo estás. Y eso es lo que me paso a mí. Hola soy Tristán Liones y esta es la historia de cómo tuve que pa...
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Isolda corrió lo más rápido que pudo para alejarse de la sala de reuniones, no podía con el dolor de su corazón, el saber que su amor por su príncipe nunca sería correspondido, corrió hasta llegar a los jardines del castillo donde sus piernas no dieron más y callo sentada en una de las bancas de piedra que había en los jardines, hay sentada intentando controlar sus lágrimas, pues ella es un caballero Sacro y no debería llorar por eso ella sabía perfectamente que aún que su (ahora) princesa conociera sus sentimientos no tenía ninguna garantía de que él/ella los aceptara.
- ¡¡¡ISOLDA!!! – El grito de Jade interrumpió sus pensamientos y al ver que esté se acercaba Isolda limpio apresuradamente las lágrimas que se le avían escapado – Al fin te encuentro, yo… - Jade se quedó mudo, pues a pesar de los esfuerzos de Isolda se podía ver que estaba llorando.
- ¿Qué quieres Jade? – Su intensión no es ser grosera con Jade, pero dada su situación, ella no estaba de humor para hablar con alguien.
- Yo… - ¿Qué podría decir? *Oye, no te preocupes, solo acabas de descubrir que el chico del que has estado enamorada desde que tenías 10 años resultó ser una mujer y posiblemente nunca te mire de la misma manera que tú quieres que te vea*, No eso definitivamente sonaba muy mal, aunque pensándolo bien, no hay una manera de hacer que esta situación se vea bien, Jade respiro profundo y se sentó junto a la chica – Escucha, no voy a mentir y decir que se por lo que estás pasando, por qué no es así, no creo que haya nadie que lo entienda pero, se que eres fuerte y lo superarás. Además, ahora que sabemos la verdad no quiere decir que tengas que rendirte, que él príncipe sea una mujer no significa que no pueda corresponder–
- Jade, no lo entiendes, no estoy llorando por eso – Isolda interrumpió a Jade, esté la miró muy confundido – La verdad es que, yo ya sabía que la princesa Tristán era una mujer – La cara de Jade se volvió un poema.
- ¿¡¡¡QUE!!!? – Jade no pudo evitar el grito de sorpresa. Y justo detrás de los matorrales que estaban detrás de la pareja, se podía ver a un sorprendido Chion, que a duras penas alcanzó a taparse la boca para evitar ser descubierto por sus amigos, pues él como el chismoso que era quería saber si su amigo de la infancia sería capaz de confesar por fin sus sentimientos por Isolda, pero al parecer terminará por descubrir algo más interesante.
- Isolda, ¿A qué te refieres con que tú ya lo sabías, cuando fue que él prínci- la princesa te lo dijo? – Isolda bajo la mirada hacia sus zapatos como si fueran la cosa más interesante del mundo, pero aún así contestó.
- No es que la princesa me lo halla dicho, más bien yo lo descubrí por accidente, sucedió el verano del año pasado.
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