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Harry Potter (Parte 2)

Al día siguiente, en la mañana Harry no llego al gran comedor, Larisa contuvo una risa en sus adentros al imaginarse la resaca que debía estar teniendo Harry en estos momentos, apiadándose de él, tomo un plato de comida y camino a la su habitación.

Harry estaba en su cama, bajo las sábanas, con la cabeza tapada completamente de sábanas que le cubrían hasta la coronilla. Sentía una horrible resaca, no recordaba prácticamente nada de la noche pasada, sentía que iba a morir.

Harry ni siquiera se movió cuando la puerta de su habitación fue abierta. Larisa dejo el plato de comida en el escritorio de Harry, estándose en la orilla de la cama, destapo la cabeza de Harry.

—Harry, despierta —hablo suavemente acariciando su mejilla.

Harry apenas escuchó una voz llamándolo, abrió sus ojos lentamente, no tenía idea de qué hora era, pero estaba bastante seguro de que aún era temprano por la luz solar que entraba en su cuarto, sin mover la cabeza mucho levanto la mirada y vio a Larisa, cerró sus ojos ligeramente y se giró tratando de seguir durmiendo.

—Harry? —lo llamo otra vez, para después soltar una risa—. Vamos dormilón levántate, sigues con la ropa de ayer. —Larisa acaricio su cabello inclinándose para besar su mejilla.

Harry estaba bastante confundido por la repentina invasión a su cuarto, pero luego de escuchar a Larisa mencionar la ropa de ayer, abrió uno de sus ojos sorprendido y se sentó en la cama de golpe haciendo sobresaltar a Larisa. Harry inmediatamente se lamentó, su cabeza le dolía mucho y sentía un horrible mareo. Miró a Larisa mientras aún estaba en shock, mientras flashbacks comenzaron a aparecer en su mente recordando todo lo que paso anoche.

Recordó lo que le había pedido, luego lo que fue su reacción, luego los besos y finalmente lo que sucedió después, cerró sus ojos y dejó escapar un pequeño gemido, mientras colocaba las manos en su cabeza, tratando de calmar un poco el dolor que sentía.

Se quedó en silencio por un momento y luego levantó la vista, vio la comida en su escritorio y luego volvió a mirar a Larisa.

—Gracias... —dijo débilmente.

Larisa sonrió, levantándose de la cama, para ir por el plato de comida, dejándolo en el regazo de Harry.

Harry miró el plato de comida, aún sentía un poco de nauseas, pero aun así comenzó a comer, no se dio cuenta lo hambriento que estaba, hasta el punto de que empezó a comer más rápido y de una forma bastante desordenada.

— ¿Qué hora es? —preguntó él con la boca llena, sin dejar de comer.

—las 12 de la tarde. —respondió entregándole un vaso con agua—. Necesitas bañarte y cambiarte de ropa Harry.

Harry se quedó un poco asombrado, aún estaba bastante adormilado, pero ahora estaba completamente seguro de que era de día por la Luz que entraba por la ventana.

Harry dejó el plato en el regazo una vez más luego de comer bastante, se quedó callado durante un momento para recuperarse mientras bebía agua. Después de unos segundos dejó el vaso a un lado, y se quedó viendo la ropa que llevaba.

—Sí, creo que tienes razón —dijo finalmente.

Al levantarse de la cama, Harry se tambaleó un poco, se quedó parado un momento sosteniéndose del mueble de su cama, cerró los ojos un momento y llevó las manos a su frente, sintiendo que todo le daba vueltas y que se quería caer.