Cosas de omegas | Colombia x Venezuela

5. Embarazo

━━Los embarazos. ━━sonrió y suspiró tranquilo, pues ese era un tema que, por extraño que parezca, siempre le gustó, ya que soñaba con la idea de ser padre, aunque claro, la economía no se lo permitía ━━Es aquel proceso donde una pareja tienen relaciones y en el vientre de uno se comienza a gestar un bebé.

━━¿Por qué dices ¨tienen relaciones¨?. ━━preguntó Venezuela sentado, sin quitarle la vista al celular.

━━¿Qué tiene de malo decirlo así?.

━━Sólo se directo y di que hay que tener sexo para eso.

━━Shuuu ¡Mis videos lo pueden ver niños!. ━━comentó con algo de exaltación, tapando con la mano rápidamente el lente de la cámara. 

━━¿Lo ven niños?.

━━No sé, pero prefiero prevenir que lamentar.

El venezolano rodó los ojos, ignorando a su pareja y siguiendo en lo suyo.

Colombia suspiró, ahora más calmado y quitando lentamente su mano del lente ━━Ejem. ━━fingió toser ━━Bueno, siguiendo con el tema. . . Este proceso dura nueva meses en el que el feto se desarrolla, a veces menos pero eso depende de si existe algún problema, pero bueno, durante dicha etapa el omega comienza a tener cierto síntomas productos del embarazo, aclaro que las mujer betas y alfas también pueden llegar a embarazarse, pero sólo las mujeres, los hombres no; entre los síntomas más típicos están los vómitos, mareos, cambios de humor y crecimiento de panza. ━━posó con diversión la vista de la cámara hacia el venezolano  ━━No se preocupen por él, la panza que tiene es por comer, no está embarazo.

Ante el comentario Venezuela fijó y afiló su mirada hacia el colombiano, haciendo que este temblará un poco y se arrepintiese automáticamente por su comentario.

━━Bueno. . . Yo me lo busqué. ━━hablo solo, mirando el techo, acostado, y apretando sus labios; ahora por su chiste le tocó dormir en el sofá.

Suspiró frustrado una vez más, intentando moverse por ese reducirlo lugar e intentando encontrar una posición cómoda para descansar, aunque, claro, aquello se le dificultaría un poco.

Ya eran las tres de la mañana y el colombiano estaba completamente dormido en el sofá, no se le veía cómodo, pero no podría quejarse.

El venezolano, con pasos silenciosos para no despertar a su pareja, bajó lentamente las escaleras hasta donde se encontraba su marido, una vez ahí sonrió con algo de pena; con leve fuerza estiró la sabana extra que le había traído para arroparlo, tomó la almohada que a Colombia se le había caído y la colocó cuidadosamente por debajo de la cabeza del mayor; para culminar, se agachó un poco para besar la frente de este. 

Sonrió con ternura una última vez y se despidió de él para volver a su habitación y dormir un poco más.