𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙓𝙓𝙓𝙄𝙄𝙄 - | 𝙐𝙣𝙖 𝙨𝙚𝙢𝙖𝙣𝙖 𝙘𝙤𝙣 𝘽𝙤𝙘𝙘𝙝𝙞 𝙄𝙄𝙄 : 𝘾𝙪𝙖𝙧𝙩𝙤 𝙘𝙞𝙧𝙘𝙪𝙡𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤 |

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"Para llegar a ser sabio es preciso experimentar ciertas vivencias, a menudo peligrosas".

—Friedrich Nietzsche—

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| 2017 – Rumania / Bucarest |

Cuando cumplí los diecisiete años solo hubo tres personas quienes se acordaron de esa fecha, que eran Mi madre Lucy, Víctor y Ania, mi madre no podía salir por la hospitalización, pero iba con ella casi todos los días, me quedaba horas, a veces no quería irme, pero me obligaba ella a salir y las enfermeras, que ya eran amigas de mi mama, mentiría si digo que no me dolía al partir, pero no podía romperme en llanto, no podía rendirme aún.

Para ser honesto realmente no me importaba celebrar mi cumpleaños, sí... siento que es una celebración medio estúpida, el único mérito que tiene es llegar al otro año sin haberse muerto, o que la tierra le dio una vuelta al sol y bueno... yo pienso así, realmente porque... siento que no hay nada que festejar, un año adquiero y uno me quitan... pero... este año si quiero celebrar mi cumpleaños, porque... fue un año especial para mí, y creo que merezco tener un reconocimiento, porque ha sido... disputada mi existencia, me han querido bajar en lo alto de donde estaba y no pudieron, mi madre tuvo una buena tasa de probabilidades para vencer su cáncer y están planeando una cirugía, lo cual me genera mucha felicidad, porque ya estará otra vez en casa, Víctor obtuvo varios contratos para vender sus instrumentos y Ania con ayuda de todos mejoro en sus clases obteniendo buenas calificaciones en la universidad, creo que en este momento donde me acompañan las personas que más importan, es una celebración para todos y no solo para mí.

Fue la típica celebración cumpleañera, un pastel enorme con mi nombre y una guitarra dibujada en el pastel, mi tía tenía una sonrisa que en lo personal me daba miedo, y los otros dos seguían diciendo pura estupidez como siempre.

"¡Es momento de los regalos!" Ania grito con bastante ánimo.

"Carajo es verdad, esperen lo deje en mi despacho ahora vuelvo"

"¿Porque no me sorprende?" Solo mire como se fue mi madre Lucy hacia arriba, caminando un poco rápido.

"¡Primero Víctor!"

"¿Eh? ¿por qué carajos no comienzas tú?"

"Se caballeroso animal, además es tu amigo, oh como lo llamas, tu hermano"

"Ten, esto mi estimado amigo del alma, para que veas cuanto te quiero, te amo, te valoro, te idolatro, te venero, esto que te voy a dar es el santo grial, es obra pura y de la buena y no esa mierda de PlayStation que juegas maldito derechista capitalista, Halo: The master chief collection, esto es toda la saga del jefe papacito maestro ¡Baby!, prepárate para un viaje orgásmico" Vick saco una caja con el logo del juego, muy bien presentada a decir verdad, una versión coleccionista, realmente me gustó mucho el regalo, pero solo fallaba por un mínimo detalle.

"Gracias Víctor, aprecio mucho el regalo, ojalá tuviera Xbox One"

"¡Oh⁓...! Jejejeje... mi error"

"Vaya, hasta para dar regalos sí que eres malo carajo"

"Mira ahora vamos a comprar la consola y ya ¡¿está bien?!, te digo hermano para todo hace drama, mujeres"

"¡Mira quien habla!"

"Soy yo y lo digo, lo repito, lo recalco y te la encargo, ¿Qué te parece?" Se acerco a ella, con cara burlona y engreída mientras que yo me acorde una canción.

"Un ser deprimido y una extraña rockera". (T/N X  ¡Bocchi the rock!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora