EXTRA: ONLY JUNGKOOK

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(La noche en que mataron a Taemin)


Taehyung no hizo caso de los gritos de Jungkook mientras se dirigía a su auto. Cuando Jimin los hizo salir a todos de la habitación, siguió al chico hasta la cocina y aunque se había prometido a si mismo dejar de insistir con él, no podía obviar los moretones que Jungkook llevaba en la cara. No sabía si era porque se había metido en una pelea con Taemin o si había sido otra cosa. No sabía el margen de tiempo entre que había dejado el loft y había llegado a la casa.

La parte dentro de Taehyung que le daba un cierto sentido de conciencia por los desprotegidos le gritaba a la otra parte, la que vivía enamorada de Jungkook, que averiguara lo que había pasado y le diera consuelo. Si Jungkook iba a seguir impidiendo que Taehyung se acercara a él, entonces tendría que al menos hacer un intento de acercarse como una especie de amigo. Supuso que podría llamarlo así.

Jimin estaba con Yoongi y Yoongi era el mejor amigo de Jungkook, al igual que Taehyung era el de Jimin. Una amistad por extensión, tal vez.

Lo que fuera. Taehyung quería, necesitaba saber.

—Jungkook. —Llamó desde la puerta de la cocina.

Taehyung vio el estremecimiento en su espalda y un momento después miró su rostro. Un ojo morado, una mejilla escocida y el labio inferior partido. La rabia de Taehyung fue instantánea, como una tetera llena de agua hirviendo.

—Jungkook —dijo de nuevo— ¿Quién te hizo eso? ¿Intentaste pelear con Taemin? ¿Cómo siquiera llégate aquí en el momento menos idóneo?

—No fue ese bastardo y no vine aquí esperando encontrarme con que el idiota le disparara a mi hyung. Vine porque no quería estar en otro lugar. Cuando estaba a una cuadra, miré un auto que no era el de Jimin y di la vuelta para llegar a la parte trasera de la casa. Escuché las voces arriba y lo único que se me ocurrió fue tomar la sartén y subir.

—Eso fue arriesgado, tonto y peligroso —le reprendió Taehyung, al escuchar la explicación del por qué estaba él allí esa noche.

—Y le salvó la vida a Yoongi hyung y a Jimin.

Taehyung suspiró. Su conejito era realmente una cosa. Siempre inoportuno o lo contrario para el caso.

Que fuera tan impredecible como un huracán y explosivo como una granada solo lo hacía más encantador a los ojos de Taehyung, pero todavía estaba el hecho de que los golpes habían llegado de algún lado y necesitaba saber de dónde.

—¿Por qué no te quedaste en el apartamento cómo se te dijo?

—Ni Jimin, ni tú, ni nadie me dice lo que tengo que hacer.

Era tan lindo cuando renegaba de esa manera. Un lindo conejito asustado, pero valiente como un lobo.

—Okey. Pero quiero que me digas cómo obtuviste los golpes. Si no fue Taemin, alguien más lo hizo cuando saliste del departamento de Jimin y supongo que fue mucho antes de que llegaras aquí.

Jungkook no dijo nada y Taehyung resopló. No quería perder la paciencia, pero la necesidad de encontrar al pedazo de mierda que lo lastimó se hacía cada vez más grande.

—Jungkook, responde.

La mirada de Kook se desvió a un punto cualquiera sobre el hombro de Taehyung, evitando el contacto visual.

—Fue mi padre.

Ni una palabra más era necesaria para Taehyung. Si antes estaba ardiendo de enojo, ahora iba a reventar por la ira casi líquida que le recorría las venas. Debió matar al viejo pedo cuando lo conoció antes. El maldito imbécil, abusador y homofóbico. Taehyung no necesitaba demasiadas neuronas para darse cuenta de que la forma de ser de Jungkook era culpa del jodido que se decía su padre.

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