INTERESES |YM|

EXTRA: QUICK AND DIRTY

Jungkook estaba detrás de la cortina plástica del almacén.

Taehyung tenía una entrega y tan obstinado cómo era, Jungkook no quiso quedarse solo en el departamento que compartían desde hacía un par de semanas. Siempre con la excusa de que era aburrido pasar el día entero sin hacer nada, aún si era más que bienvenido al loft de Jimin y Yoongi a compartir con la señora YoungMi.

Lo cierto era que Jungkook secretamente disfrutaba de ver a Taehyung actuar como el mafioso que era. Le resultaba sexy verlo manejar transacciones de armas y a veces... otras cosas que a él realmente no le importaba saber. La fascinación de Jungkook venía de la seguridad y confianza que emanaba Tae al hablar con otros tipos tan peligrosos como él, amenazar a quien fuera realmente estúpido para negarse a pagar e incluso apuntar su arma a la cara de otros más idiotas que intentaban intimidarlo.

—¿Todo bien, conejito?

Escuchó a Tae preguntar en voz baja.

Realmente no estaba asustado. No cuando sabía que su ahora novio se encontraba lo suficientemente cerca para protegerlo, como lo había hecho una vez frente al bastardo de su padre y como estuvo dispuesto a hacerlo por segunda vez semanas atrás, antes de encontrar al viejo, muerto en la sala de su casa. No estaba detrás de la cortina por miedo, sino porque Taehyung había insistido en que no revelara su presencia mientras él hacía la transacción.

Jungkook no contestó a la pregunta. Sabía que Taehyung solo estaba tratando de hacerlo sentir seguro y Jungkook se sentía seguro tan solo con escuchar su voz.

¿Quién diría que después de negarse a sí mismo lo que era, después de haber sido mordaz y boca suelta con Jimin e incluso con ese chico -Hoseok-, terminaría de ese modo? Él en una relación con otro hombre, sintiéndose más auténtico que nunca en su vida y deseando al magnífico, caliente y sexy hombre más de lo que alguna vez deseó a alguna de las mujeres con las que estuvo.

Y Jungkook lo deseaba.

Joder. Que solo mirarlo de pie, actuando misterioso, seguro de sí mismo y sexy como la mierda, Jungkook se excitaba hasta rozar el dolor. El dolor en su polla, en sus bolas y en su agujero.

Lástima que el dueño de sus deseos haya decidido tomarse las cosas con calma, alegando que Jungkook no estaba listo aún para dar el paso, que debía estar completamente seguro de que realmente quería llegar hasta el final después de haber aceptado su propia naturaleza.

Y una mierda. Jungkook estaba listo, más que listo. Estaba deseoso y necesitado y era un jodido masoquista adolorido porque ver a Taehyung en su ambiente, en su habitad, como un tigre en la sabana, acechando como el depredador que era, ponía a Jungkook tan duro que realmente dolía.

Cómo justo en ese momento, cuando por la puerta lateral del almacén entró un tipo cubierto con una gabardina barata que le llegaba hasta los pies y guantes negros de cuero en una pobre imitación de un Don... Jimin se veía más como uno, era realmente uno y su Tae lucía más sexy en sus trajes y abrigos de diseñador que ese sujeto que se acercaba con un paso presumido y una cara arrogante.

Taehyung se enderezó en un gesto de confianza ante el misterioso hombre y la polla de Jungkook hizo lo mismo. Endureciéndose en sus pantalones en el momento en que Taehyung se puso en modo mafioso. En silencio, detrás de la sucia cortina, observando desarrollarse la escena.

—Pero si es V —dijo el hombre con sorna—. Pensé que ya habrías alzado vuelo y dejado de ser el empleado de Park, pero veo que sigues siendo el mismo mediocre de siempre.

Jungkook se puso rígido. El tipo conocía a Taehyung, aparentemente.

—Mis ambiciones no son como las tuyas —respondió Taehyung y Jungkook observó detenidamente su cara, notando el disgusto en su mirada—. Sin embargo, es fácil darse cuenta de que me encuentro mejor que tú. Cuando Jimin me dijo que el cliente de esta noche había negociado el precio, no imaginé que fueras tú. Tratando de conseguir la mercancía más barata de lo que realmente podría ser.