𝐆𝐇𝐎𝐒𝐓 𝐆𝐈𝐑𝐋, jughead jones ｡

026. 𝘶𝘯 𝘤𝘰𝘶𝘱 𝘥𝘦 𝘧𝘦𝘶. 𝘶𝘯 𝘤𝘢𝘮𝘣𝘳𝘪𝘰𝘭𝘢𝘨𝘦

❪ chapter twenty six =͟͟͞ ⟭⟬ ❫
UN DISPARO. ¿UN ROBO?

𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐓𝐑𝐀𝐈𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄𝐒𝐆𝐀𝐑𝐑𝐎́ su adolorido corazón, provocándole un vacío enorme en todo su cuerpo. Cuando observó la horrible grabación y vió el nombre de su madre todo a su alrededor se silenció, dándole una mortal calma por tan solo tres segundos. Había sentido como si una mano invisible la hubiera atravesado, arrebatándole algo vital e irreemplazable. Su madre no solo fue capaz de ser la primera persona en romperle el corazón. Fue quien la consoló y dejó que llorara en sus hombros sobre la desaparición de su mejor amigo, aún siendo ella cómplice de esto.

Aún cuando ella sabía que en realidad estaba con un disparo en la cabeza metido en un congelador del lado sur. Le endulzó los oídos con palabras de aliento cuando en realidad ella era uno de los villanos en la historia. Su madre causó una herida incomparable en su corazón y alma. Un dolor y herida que la acompañaría por el resto de su vida. Y junto en ese momento, alguien que adoraba con todo su ser acaba de añadir otra herida más en su órgano más vital.

Hace cinco segundos, Kaylee Anderson había abierto sus hermosos ojos. Solo para observar con la vista desenfocada la dichosa escena que desgarró aún más su corazón. En ese preciso momento su vista continuaba algo desenfocada, impidiendo lograr ver correctamente. Se sentía desorientada, como si hubiera estado flotando en una espesa niebla durante mucho tiempo. Su mente era un remolino de confusión, luchando por recordar como había llegado ahí. Lo último que recordaba era estar en el cálido pecho de Jughead Jones tras ver la trágica grabación.

Poco a poco, los recuerdos comenzaron a regresar en fragmentos borrosos. El ataque de asma, la sensación horrorosa de no poder respirar, el Jones pidiéndole que permaneciera con él. Recordó el miedo que la invadió al no poder llenar sus pulmones de aire y luego nada. Solo una oscuridad que transmitía paz.

—¿Jones?

Su voz salió en un hilo, rasposa y débil. Sus hermosos ojos se encontraban llenos de lágrimas que luego caían por sus pálidas mejillas. Ahí, frente a ella, estaba el Jones besándose con Betty Cooper. Una oleada de emociones la estaba golpeando con la fuerza de un desastre natural. Traición, confusión, dolor, todo se arremolinó dentro de ella de manera abrumadora. ¿Cómo era posible que de tantas personas él fuera quien añadiera más heridas a su corazón? ¿Por qué frente a su miserable presencia?

El sureño de inmediato se apartó de la rubia, dándole un pequeño empujón para observarla con sorpresa. Ésta no se inmutó ante su reacción, solo lo miró con una profunda tristeza y dolor. Había roto su corazón.

—Kaylee. . .—musitó sin poder creer que estuviera despierta después de siete días—. N-no, n-no es lo que piensas. Yo no quería. . .es un mal entendido, ¿si?