Capítulo 09

1.2K 193 5
                                    

—¿A quién estamos esperando, alteza? —preguntó Rosé

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿A quién estamos esperando, alteza? —preguntó Rosé.

—Tú, no sé, yo estoy esperando a Lisa —respondió con simpleza.

La mayordomo quiso reírse, la princesa seguía molesta por sus tantas interrupciones cuando estaba con la omega, pero mantuvo la compostura.

Y como si Jennie la hubiese invocado, Lisa apareció por las puertas del castillo. La mirada de la castaña se iluminó y fue hasta la chica, quien sonrió al verla.

—Princesa Kim, buenos días —hizo una pequeña reverencia como saludo.

La alfa la abrazó, tomándola por sorpresa.

—Bienvenida otra vez al palacio, Lisa.

—Ay, no lo digas así, parece que llevo años sin venir —le dijo mientras le veía divertida.

—Me tuteaste —susurró bajito.

—¿Ah?

Jennie sonrió, Lisa la miraba confundida, ¿qué animal le había picado?

—Me acabas de tutear.

La omega abrió su boca en forma de "o", no se había dado cuenta de aquel detalle.

—Oh, lo... l-lo siento, no me había dado cuenta.

—No, no, al contrario —tomó sus manos—. Si lo hiciste porque significa que me tienes más confianza, eso me alegra.

—¿No le molesta que la trate de... tú?

La mayor negó.

—Puedes hacerlo, no quisiera que mi futura novia me siga tratando de usted.

Maldita alfa, haces que cada vez caiga más a ti, pensó Lisa.

—Lo tomaré en cuenta, ya me tengo que ir.

—¿A dónde? —le preguntó en un tono infantil.

—¿Cómo que a dónde? Tengo que trabajar, iré a la cocina a avisarle a la señora Goeun que ya regresé y luego me cambiaré.

—Quédate conmigo.

La omega la miró en desacuerdo, y juntó sus manos con las de la coreana.

—Mi princesa, me gusta estar contigo, créame. Tanto mi loba como yo amamos tenerla cerca —confesó con las mejillas sonrojadas—. Pero, como le he dicho anteriormente, usted tiene responsabilidades que cumplir y no puede no hacerlas solo por mí.

—Sí puedo.

—No puedes —insistió—. Y si pudieras, yo tengo trabajo que hacer de todas formas, sino ¿cómo me gano el dinero?

—¿Y si te pago para que estés conmigo? ¡Claro! Así las dos salimos ganando y pasamos tiempo juntas.

Lisa rió, sin poder tomar enserio lo que había dicho la alfa.

—En serio me tengo que ir —se acercó a ella y dejó un besito en su mejilla—. Nos vemos más tarde, Jennie.

Ahora fue el turno de la alfa de quedarse estupefacta mientras veía cómo la omega se iba de allí.

Ahora fue el turno de la alfa de quedarse estupefacta mientras veía cómo la omega se iba de allí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Gracias por leer!
📜

La princesa y la sirvienta | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora