Tu otra vez

𝐎𝐜𝐡𝐨 𝐇𝐚𝐫𝐠𝐫𝐞𝐯𝐞𝐞𝐬

El mundo se acaba en ocho días.

Esa era la bomba que cinco me había estado ocultando desde que desperté, sabía que algo estaba mal, y en realidad espere todo menos esa confesión y si solo se lo estaba contando a Vania por ser ordinaria. significaba que él intuía que alguno de nuestros hermanos sería el causante, o al menos algo tendría que ver.

Mi mirada estaba estática en los ojos de cinco mientras escuchaba la cafetera de Vania trabajar en la cocina, sus verdes ojos de los que estaba enamorada mostraban algo que nunca había visto antes "miedo" y aquello revivió aquel día que había enterrado tan profundo en mi mente, para mi mala suerte recordaba cada maldito detalle, del día que el me dejo.

El vinilo de uno de los autores favoritos de papá sonaba ya en el comedor cuando mamá hizo sonar la tan conocida campana, anunciando el inicio de la cena, todos nos apresuramos a bajar ,como siempre Vania enfrente de mí y yo al final. Todos nos acomodamos en nuestros respectivos lugares, esperando a papá, de un lado de la mesa se encontraban Cinco, Luther, Diego y Klaus, en ese orden, mientras que en el otro lado nos encontrábamos yo, Alisson, Ben y Vania. Papá solía acomodarnos según nuestro desempeño en el entrenamiento y aquel día habíamos sido Cinco y yo los mejores.

Cuando papá entró al comedor y en una orden clara y seca -siéntense-,todos ya estábamos acatando la orden, y empezamos a comer con regularidad, todos menos Cinco, observe a mis hermanos alrededor, Luther se lanzaba sonrisas con Alisson, Diego tallaba algo en la silla con sus cuchillos, Klaus armaba un porro, Ben leía un libro y Vania veía fijamente a Cinco, cuando me percate de esto ultimo tambien volví mi mirada a el, quien solo veía atentamente a papa.

Y de repente...

¡¡Pumm!!

El fuerte sonido de Cinco clavando el cuchillo en la mesa justo enfrente de papá logró que todos pusieran su atención en él, incluido papá, y aquello era extraño ya que si no se trataba del entrenamiento no prestaba mucha atención a nada sobre nosotros, éramos sus ratas de laboratorio al final de cuentas.

-¡Número cinco!-Papa siquiera se veía molesto, simplemente tenía que llamarle la atención.

-Tengo una pregunta-Respondió Cinco.

-El conocimiento es un objetivo admirable, pero conocen las reglas-Cuando terminó de responder, continuó cortando su trozo de carne-No hablen durante la cena. Estas interrumpiendo Herr Carlson-Esto último si lo acentúo.

-Quiero viajar en el tiempo-Admitió por fin.

-No.

-Pero estoy listo-Hizo su silla hacia atrás y yo aguante la respiración mientras lo veía levantarse-He practicado mis saltos espaciales, como dijiste-Todos los demás ya habían regresado a su propia comida, vi a Cinco desaparecer de frente mío para luego aparecer a mi lado, y a lado de papa.-¿vez?

-Un salto espacial es trivial comparado con las incógnitas del viaje en el tiempo-Papá levantó su copa de vino-Uno es como deslizarse por el hielo, el otro es como descender a ciegas a las profundidades del agua helada, y reaparecer como una botella-Finalizó para luego darle un sorbo a su vino.

-Pues no lo entiendo.

-Y es por eso que no estás listo.

Cinco volteo a ver a Vania, acción que repetí, ella le estaba diciendo que no con la cabeza, supongo que ella ya sabía que estaba por hacer, ¿Por que no me lo había contado a mi?

-No me da miedo.

-No es la cuestión, los efectos que tendría en tu cuerpo y en tu mente son impredecibles, escucha-Papá por fin tuvo una reacción al problema frente a él y aventó los cubiertos a la mesa-Te prohíbo que vuelvas a hablar de esto-Tomó los cubiertos nuevamente y siguió cortando la carne frente a él.

Y como desearía que aquella discusión hubiera terminado ahí, pero no fue así y lo siguiente que supe es que vi que Cinco corría fuera de la academia, para ya nunca volver.

-Número Cinco, no te autorice a irte-Esa fue la última vez que escuche su nombre, hasta que papá me congelo.

Recuerdo que le pregunté a los árboles que había pasado, pero después de un invierno los árboles dejaron de contestarme, hasta donde se el corrió por la acera muchos años, él corrió lejos de mi.