Encerrado con un psicopata|Minjeong

Capítulo # 1

Con apenas 20 años. Lee Minho se encuentra capturado y encerrado en una habitación sin ventanas , con apenas una cama y un pequeño sofá. Las paredes son de concreto gris y frio. Una única puerta de metal que siempre está cerrada. Lleva aproximadamente un mes y medio en ese lugar y no recuerda nada desde el día que alguien agarró su brazo en medio de la calle. A su mente solo viene vestigios de información inútil que no le ayudará a escapar de este lugar.

Se despierta con un fuerte dolor de cabeza, sin tener muy claro que está pasando, sin siquiera saber qué día o hora es, sin  un reloj o una venta no se puede saber nada con certeza. El chirrido de la puerta siendo abierta desde afuera lo hace sobresaltar y por los siguientes momentos ni siquiera se atreve a respirar.

-¿Ya estás despierto?. ¿Te sientes un poco mejor?. ¡Entonces, cenemos!.-La voz cantarina del hombre lo hace mirar hacia arriba. Parado en la puerta, vestido con una sudadera vieja, y sonriendo con ojos de zorro se encuentra su única compañía, en sus manos dos platos de comida.-Hoy te atraje algo nuevo. Espero que te guste.

En esa habitación que solo tiene una cama, un sofá y un baño. El único medio que tiene para saber aproximadamente el paso del tiempo, es esa basura de comida enlatada que le trae tres veces al día.

El hombre se acerca colocando el platillo a la orilla de la cama sin invadir su espacio y se sienta en el sillón al frente. Maíz, zanahorias, frijoles y alguna especie de pasta, todo frío y pegajoso, como si solo hubiera abierto al lata y derramado todo junto.

El chico parece menor que él, con el pelo por debajo de la orejas y sobre su frente casi tapando sus ojos, que en si, son lo que más destaca en su apariciencia. Come en silencio, y se relame los labios como si realmente lo disfrutara, lo mira e inclina la cabeza hacia un lado con expresión confundida al ver que Minho no se acerca a tomar su plato.

-Hyung, ¿por qué no comes?. ¿Esto tampoco te gusta?.-Se remueve nervioso en su asiento, pareciendo ansioso por encontrar una solución.-Oh, tú, ¿tú aún estás enojado?. Yo...

-¿Hablas en serio?.- Minho estalla, lanzado el plato de comida al hombre, que rápidamente se encoge en sí mismo para evitar el golpe.-¿¡Qué es lo que quieres!?.¡¿Encierras a la gente en un lugar como este, como si fueran animales, y esperas que charlen contigo!?.

-Yo, yo quiero charlar contigo, Hyung.- dice, aún encorvado en si mismo con las manos juntas, moviendo los dedos nerviosamente y las mejillas sonrojadas como si tuviera vergüenza. Sus ojos de zorro brillan mientras se asoma una sonrisa tímida en sus labios.

-"Este maldito hijo de puta".-piensa Minho mientras recoge el tenedor que había rebotado hasta los pies de la cama.-¡Voy a matarte!.-grita, pero incluso antes de que pueda abalanzarse contra el hombre, este lo derriba sobre la cama, subiéndose encima suyo y presionando sus brazos sobre sus muñecas.

-No puedes hacer eso.- dice, su rostro cerca del otro, pero mientras los ojos de Minho están llenos de ira, el chico parece casi angustiado.-Te dije que era peligroso.-El cuerpo de Minho tiembla de ira, miedo e impotencia.- Lamento lo que pasó anteayer. Hyung dijo que quería caminar así que intenté tomar unas muletas del hospital cercano a escondidas, pero resultó que había más gente persiguiéndome de lo que pensaba.- Anteayer cuando el chico salió, Minho por un momento se sintió aliviado, pero luego por primera vez desde que había despertado en ese lugar las luces se apagaron. Realmente pensó que iba a morir. Cuando la puerta volvió a abrirse después de una horas Minho aún se encontraba en una esquina de la habitación gritando.-Fue por eso que tarde tanto, si hubiera sabido que se iba a cortar la electricidad en la habitación habría intentado llegar más rápido, ¿me perdonas?.

-¡Quítate de encima!.- grita, deslizándose del agarre en sus manos y golpeando, el hombre mira hacia abajo acariciando el área donde fue golpeado.

-"¿En serio cree que no me doy cuenta de esa mentira obvia?"- Piensa mientras lo ve limpiar el suelo con un puchero.-" Piensa que no sé que es solo un truco para hacer que dependa de él?."

-Ten, puedes comer el mío. Si cenas bien, te recuperarás más rápido.-dice extendido su plato a medio comer.

-Tú...-murmura Minho.-¿Qué quieres hacer conmigo?.

-¿Qué quiero hacer?.-pregunta inocentemente, para luego sonreír con emoción.-Quiero hablar mucho y conocernos mejor. Cuando Hyung se sienta mejor quiero jugar a la pelota y eh... uhm... Me gustaría que Hyung me llamara por mi nombre. Que me llame Jeongin o Innie, como prefieras, y, y también que comamos juntos.-Minho lo mira incrédulo mientras Jeongin continúa contando con sus dedos, señalando cada una de las cosas con la ilusión de un niño.-Que juguemos videojuegos y quiero...-se detiene un momento mientras se sienta junto a él a orilla de la cama y se inclina.-Que estés conmigo para siempre por el resto de tu vida...Min,-lo llamá, quizás esta se la primera vez que no usa la palabra Hyung, enterrado su cabeza en el cuello de Minho, mientras este se queda inmóvil, demasiado aterrorizado como para moverse.-¿Puedo dormir contigo en la cama esta noche?.-pregunta casi en un suspiro. Minho hace una mueca de asco, mientras suelta un gruñido y lo avienta de la cama.

-¿¡Por qué demonios debería dormir contigo!?.-grita, con Jeongin en el suelo.-¡Estás loco! ¡No quiero!. iNo quiero ser tu amigo, tampoco quiero toda la basura que traes contigo!. ¡Me da asco que incluso finjas ser mi amigo!. ¡Me da ganas de vomitar solo ver tu pelo esmarañado!. ¡Suéltame o lárgate!.-Cuando termina su descargar se cubre rápidamente con las sábanas haciéndose un ovillo debajo de ellas.

Una pared gris sin una sola ventana, comida insípida y un psicopata. Minho piensa que se volverá loco.  Siente la orilla de la cama hundirse una vez más y la voz de Jeongin hablándole en un susurro dulcemente.

-Hyung, ¿te duele, te duele mucho la pierna, quieres que te traiga medicina?.

Minho no recuerda casi nada de antes de despertar aquí, pero sí recuerda una cosa, fue el mismo hijo de puta que esta a su lado quien cortó su pierna y lo encerró en este lugar.