"Debes dejar que se relacione. Ya está bastante aislada del mundo." El hombre le habló a la mujer de cuernos.
"Un mundo que no es nuestro." Le recordó.
"Ella debe de ser feliz mi señora." La mujer gruño.
"No con una humana." Agitó su mano haciendo que el hombre se convirtiera en un gran oso. "Ve y asustala."
El oso miró a su dueña antes de asentir a su pesar.
Mal extendió sus alas y salió volando, Twyla sonrió al ver como daba vueltas y llegaba hasta el cielo.
Un rugido la alertó, miró hacia atrás suya y sus ojos se abrieron de puro terror cuando vio un enorme oso allí, en frente suya.
Ella cubrió su rostro con sus brazos para protegerse del temido animal. Sus ojos se abrieron cuando notó que no oía los rugidos.
Miró hacia el frente mientras bajaba los brazos lentamente deslumbrando a una mujer idéntica a Mal.
La mujer se abalanzó hacia ella y le agarró el brazo derecho con fuerza, está gimió cuando sintió como lo apretaba más.
Alguien bajó desde el cielo aterrizando en el suelo con fuerza levantando así una pequeña capa de tierra.
"Madre detente." Habló mientras soltaba la mano de au amiga del agarre de su madre.
"¿Como te hiciste eso?" Señaló su muñeca. Mal la levantó con cuidado antes de ponerla detrás suya. "Respondeme humana."
Mal notó como Twyla se estremeció ante su voz.
"¡Madre!" La mujer la miró a los ojos cuando escuchó su grito.
"¿Es tu madre?" Consiguió reunir el coraje y las palabras mientras miraba a la mujer.
"Lo es y es más amable de lo que aparenta ahora." Mal le gruño a su madre.
"Solo quiero saber como te hiciste lo de la muñeca." Twyla se miró la mano derecha.
"¿Te refieres a esto?" Señaló lo que parecía ser una especie de estrella. La mujer asintió. "Es una marca de nacimiento." Ella no dejó de mirarla.
"Madre por favor." Ella desvió su mirada a su hija.
"Sabes que no debes de verte con humanos" Le recordó.
"Por favor madre, ella es diferente a los demás." Su madre entrecerró los ojos hacia la muchacha.
"¿Cuál es tu nombre?" La niña tragó fuertemente.
"Twyla Arsomia, señora." Ella enarcó una ceja.
"¿Edad?" Twyla miró a Mal, está se encogió de hombros.
"15." Mal cogió la mano de la niña. "¿Y usted? ¿Como se llama?" Preguntó lentamente.
"Mi nombre es Maléfica." Las tres se giraron al escuchar un rugido. La mujer puso los ojos en blanco antes de mover la mano y convertirlo nuevamente en humano. "Y este es Diaval."
"Encantada de conocerla señorita Arsomia." Ella asintió asombrada.
"¿Es...?" Mal la miró.
"Es mi tio Diaval." Twyla la miró también.
Maléfica volvió a convertirlo en cuervo, este salió volando lejos de las tres.
"¿Por que odias tanto a los humanos? Entiendo que la mayoría os temería hasta el punto de acabar con vosotros, pero no todos somos iguales." La mujer resopló.
Antes de que respondiera el cuervo volvió hacia ellas y de un movimiento la mujer lo convirtió en humano.
"Señora, se acercan humanos." Ella lo miró.
"¡Twyla!" Ambas niñas se miraron.
"Mierda, es mi madre. Tenéis que iros ya." Mal asintió saliendo volando de allí.
Maléfica la observó durante unos segundos antes de echar a volar, Diaval se convirtió de nuevo en cuervo y se alejó.
Su madre apareció segundos después mirandola con furia, Twyla recogió sus cosas y se acercó a ella.
Agachó su cabeza para no mirarla a la cara sabiendo perfectamente que estaba cabreada con ella por faltar a clases.
Ambas caminaron de regreso a casa, en el camino la madre la miró antes de empezar a hablar.
"¡¿Por que te saltaste las clases?!" Gritó furiosa. Ella se encogió un poco al escuchar la voz elevada.
"Mama, yo..." Su madre la interrumpió.
"Y encima te encuentro en el bosque comiendo hay como si no pasara nada." Twyla agarró con más fuerza las correas de su mochila.
"Tuve nuevamente la misma pesadilla y quería alejarme de todo." Mintió en parte.
"Deja ya de meter esa escusa en todo Twyla, debes de superarlo en algún momento." Sus pies se detuvieron al escuchar esas palabras.
Apretó fuertemente los puños enterrando sus uñas en la carne. Su respiración se volvió erratica intentando calmarse.
Sus ojos se cerraron al no poder calmarse y corrió el pequeño tramo que le quedaba hasta la casa, dejando a su madre atrás.
Corrió hasta su cuarto y cerró la puerta detrás suya, soltando las lágrimas que estaba reteniendo se acostó en la cama y sollozo.
Detuvo sus sollozos cuando escuchó un golpe en la ventana, se levantó y abrió la puerta que daba al balcón, allí se encontraba Mal con las alas recogidas y una pequeña sonrisa triste.
Ella se limpio las lágrimas mientras la joven pasaba al interior.
"¿Que haces aquí?" Ella preguntó con la voz apagada.
"Te escuché a ti y a tu madre discutir y luego vi como corrias hasta aquí. Estaba preocupada." Twyla la miró.
Sin previo aviso se lanzó a sus brazos mientras sollozaba nuevamente, Mal la guió hasta la cama y la rodeó con su ala mientras la consolaba.
Twyla levantó la cabeza, Mal la miró cuando sintió el movimiento. Ambas se mirarnos a los ojos, hasta que la pelirroja se acercó a los labios de la otra sin apartar la mirada de ella.
Le dio un pequeño pero dulce beso en sus labios carnosos, Mal cerró los ojos ante el calido sentimiento y le devolvió el beso al sentir que ella se alejaba.
Ambas se separaron y juntaron sus frentes mientras se sonreían mutuamente.
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CIÉNAGAS //COMPLETA// ✔
FantasyTwyla y su madre se mudan a un pequeño pueblo de Francia después de un accidente trágico. Ellos se alejan lo más posible para volver a rehacer sus vidas. Sin embargo Twyla descubrirá que este pueblo no es tan tranquilo como se pensaba. •••••• *Todos...