CAPÍTULO 11 (LOS MOROS)

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Twyla se despertó soltando un gritó ensordecedor. Las tres mujeres que se encontraban en su cuarto se despertaron sobresaltadas.

Regina corrió a su lado de inmediato.

"¿Como te encuentras?" Sus ojos aún mostraba puro terror.

"Ah, estoy bien." Dijo sin entender.

"¿Estás segura? Has sido atravesada por una flecha, cariño." Twyla enarcó una ceja, no recordaba eso.

Oh. Espera, eso no era cierto. Se acordaba perfectamente de como se puso delante de Mal recibiendo así el golpe por ella.

"Oh, eso." Ella se sentó pero su rostro se contrajo de dolor. "Duele, pero estoy bien. ¿Cuanto tiempo llevo dormida?"

"Dos días." Le respondió mientras la ayudaba a ponerse de pie.

Sus ojos se abrieron de sorpresa.

"¿Tanto?" Ella asintió. "¿Pero que pasa con los hombres que atacaron a Mal y su madre?" Regina miró a su amiga.

"Estamos en la casa que ellas tienen improvisada." Le dijo. "Aún no nos han encontrado pero no se cansan de buscarnos." Twyla comprendió.

"Pues debéis de iros ya antes de que sea demasiado tarde." Mal se acercó a ella.

"Pero el portal está roto y aún así no os dejaríamos aquí, sois de nuestro mundo." Le cogió las manos.

Los ojos de Twyla miraron a su novia y la mujer mayor antes de dirigir su mirada a su madre.

Su madre la miró preocupada cuando algunas lágrimas escaparon manchando sus mejillas.

"¿Que pasa cariño?" Su pulgar secó una lágrima perdida.

"Lo recuerdo todo mama." Empezó a sollozar. "Es mi culpa." Ella se echó a los brazos de su madre.

"No te entiendo cariño, ¿que quieres decir?" Ella la miró a los ojos.

"Fui yo quien mató a papa." Regina se apartó de ella cuando escuchó sus palabras. "Fui yo quien lo empujó hacia el vacio del acantilado." 

Regina la sostuvo fuertemente mientras sollozaba incontroladamente.

"Se lo que pasó cariño y no te culpo por lo ocurrido." Le susurró.

Ella se apartó de su abrazo y la miró interrogante.

"¿Como es que ya lo sabías?" La pelinegra suspiró.

"Lo vi todo." Empezó. "Intentaste que papa no disparara contra unos seres mágicos que habían entrado a este mundo. Hay fue la primera vez que usaste tu magia." Explicó.

"¿La primera vez que usé magia?" Ella asintió.

"Si. Sin ser consciente usaste tus poderes haciendo que papa saliera despedido hacia el vacio. Lo hiciste para proteger a esos seres, pero el te agarró y te hizo caer junto a el. Creí que te perdía." Ella suspiró pesadamente.

"¿Por que dispararía a seres magicos?" Esa pregunta salió de Mal.

"Por que era un cazador de seres mágicos, por eso nunca le dije que era una hechicera y por eso nunca te conte nada sobre tu verdadera herencia." Ella apartó la mirada.

"Pero me mentiste respecto a su muerte." Su voz sonaba furiosa.

"Lo hice para protegerte, si fuera a decirte lo que en verdad ocurrió te habría puesto en peligro." Intentó razonar.

"Quizás allá alguna forma de regresar." Interrumpió.

"¿Cuál?" Mal habló emocionada.

"Twyla puede usar sus dones para intentar abrirlo." La niña la miró.

CIÉNAGAS //COMPLETA// ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora