𝓤𝓷𝓪 𝓬𝓸𝓻𝓽𝓮 𝓭𝓮 𝓼𝓸𝓶𝓫𝓻𝓪𝓼 𝔂 𝓵𝓾𝔃

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𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪 𝓝𝓲𝓬𝓸

—¿Entonces no puedes ir conmigo al absurdo baile de máscaras Will?

—Lo lamentó mucho Nico, pero debo estar aquí, va a haber captura la bandera y significa muchos heridos.

Me crucé de brazos mientras me apoyaba en una de las ventanas de la enfermería.
Me puse a pensar que no quería ir solo a ese absurdo baile.

—¿Te molesta si invito a Cassandra? —Vi como el trago grueso.—Es mi mejor amiga después de todo y es tu hermana Will.

—Claro, invítala Nico.

Me acerqué a mi novio dejando un pequeño beso en sus labios, salí de la enfermería directo a la cabaña de Apolo por mi mejor amiga.

—Hola Nico, ¿me mandaste llamar?

Ella aunque sabía que yo no le devolvía el saludo tan afectivamente, me dejó un beso en mi mejilla.

—Si, Cassi necesito tu ayuda.

—Dime, ¿para que soy buena?

Yo creo que saqué una sonrisa, ella siempre tenía ese humor y esa actitud positiva ante todo.

—Mi padre hará una mascarada en el inframundo, con unos invitados especiales y obviamente debo estar presente....trate de invitar a Will, pero el no puede entonces...

—Claro que iré contigo a la mascarada Nico.

Suspire sintiéndome mucho mejor.

—Gracias, eres la mejor amiga del mundo.—La tome de los hombros para decirle.—Te dejare un vestido, zapatos, joyas y máscara para el baile que es esta noche en tu cama.

Ella me sonrió con ternura como siempre lo hace.

—Tranquilo Di Angelo, no es necesario.

—Me estás salvando claro que lo es.

—Gracias Nico.

***

Esperaba afuera de la cabaña de Apolo, parecía un tonto con mi traje de gala y una máscara en la mano. Algunas chicas de Afrodita se me quedaron viendo, por Hades yo se que soy apuesto pero que disimulen un poco. Como si nunca hubieran visto un hombre en traje.

Las mujeres porque son tan lentas organizándose, pensé mientras veía el reloj de oro en mi muñeca.

—Cassandra llegaremos tarde si no sales ahora.—Le grité a la puerta con fuerza mientras la tocaba.

A los minutos salió mi mejor amiga, con todo lo que dejé en su cama, con la diferencia de que ella si tenía su máscara puesta. Nuestros ojos se encontraron y ella sonrió, algo que debía reconocer era que Cassandra tenía una belleza natural, no era como otras chias del campa,e to, que se esforzaban por verse hermosas, Cassandra ya era hermosa. Y debo reconocerlo me gusta mucho verla con esa corona en su cabeza.