Capítulo Piloto

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Eran las nueve de la noche, y un tal Uzumaki Naruto, chico de doce años, rubio de ojos azules, piel bronceada naturalmente y unas adorables marquitas asemejando bigotes animales, caminaba por las calles de Konohagakure algo aburrido.

Y os preguntaréis qué hará un menor a estas altas horas de la noche en la calle.
Retrocediendo un poco en el tiempo...
Sus vecinos estaban de juerga en casa y él no podía dormir. Por lo que, dejando el placer de dormitar para otro momento, decidió dar un paseo por las apacibles calles de su querida aldea.

Volviendo al presente, nos encontramos con el mismo rubio, esta vez escondiéndose detrás de algunos cubos de basura en un callejón. Asomándose un poco se puede ver cómo dos hombres de mediana edad y bastante ebrios pasan por delante.
Luego, Naruto escucha un sonido, y cuando giró lentamente la cabeza para saber qué era lo que producía ese ruido, se encontró con alguien entrenando.

Se acercó con algo de sigilo y, algo sorprendido, decidió cuestionarle a quien se encontraba allí.

+Sasuke, ¿qué haces entrenando a estas horas? +Uchiha Sasuke se detuvo, pudiendo escuchar como el rubio se dirigía hacia él.

+Entreno todos los fines de semana hasta las diez, ¿crees que el ser un genio es de nacimiento? Si tu también te esforzaras tanto, a lo mejor serías tan bueno como yo. Aunque claro, lo usuratonkachi no se te va a quitar. +Jadeando por el gran esfuerzo antes ejercido, contestaba a la pregunta del de ojos azules, quien se molestaba por el comentario añadido al final de su respuesta.

+¡Bueno, entonces entrenemos juntos! Si tan bueno te crees, intenta vencerme esta vez. Aunque seguro que tienes miedo de enfrentarte a mí. +Señalaba su pecho con el pulgar sonriendo decidido a ganar si el pelinegro aceptaba el desafío.

+Pues vale, de todas formas no me ganarías ni entrenando cada cinco minutos con el mejor ninja del planeta. +Confiado aceptaba el reto, el cual estaba seguro de ganar.

Ambos confiaban en si mismos, y cuando estuvieron en posición, empezaron a pelear.
Esquivaban los golpes del otro, y así estuvieron un rato, a veces recibían algo de daño de su contrario, pero se mantenían prácticamente ilesos.

En algún momento, Naruto fue lanzado hacia atrás de un golpe en el estómago. Por la conmoción, no se movió del lugar pronto.
Y Sasuke, ya harto de tanta resistencia, aprovechó para lanzarse hacia él, habiendo preparado segundos previos una técnica que su maestro le había enseñado unas semanas antes.

Naruto abrió los ojos, y para cuando se quiso dar cuenta, evitaba una luz cegadora.
Escuchando por milisegundos unos chillidos.
Cayó al suelo de nuevo, esta vez por el dolor de cabeza que traía. Le dolía todo, pero el dolor se empezó a concentrar en sus ojos y oídos.

Sasuke se detuvo delante de él, sonriendo con superioridad, pero después se le borró la sonrisa.
Notando que a Naruto le sangraban ambos oídos.
Y cuando dirigió la mirada hacia los azules ojos de Naruto, este parecía perdido, como si ni siquiera pudiera ver en dónde se encontraban. Y sus pupilas se veían cada vez más dilatadas, como si quisieran captar aunque sólo fuera un poco más de luz, como si no pudiera ver nada.

Pronto, sus ojos honraron su color, y se llenaron de gotas tan saladas como el mar. Y enseguida, el cielo que se podía contemplar siempre en aquel rostro, comenzó a derramar agua, como si los dioses estuvieran tan tristes que lo mandaran llorar en asemejanza a la lluvia.
Y cuando se quiso dar cuenta de lo que pasaba, Sasuke reaccionó, se agachó delante del rubio y, desesperado por saber su verdadero estado, le preguntó.

+S-... ¿Sasuke...? ¿P-por qué no veo nada? ¿Y p-por qué siento el oído lleno de agua...? +Su voz era entrecortada y prácticamente se escuchaba rota. Pero él no escuchaba nada de lo que le decía el mayor. +Sasuke había acercado el chidori a la cara de Naruto lo suficiente como para dejar tanto ciego como sordo al chico. El chidori emitía una luz muy intensa y el sonido que producía hacía que cualquiera tuviera que taparse los oídos incluso a una larga distancia.

+Naruto... +En su rostro, su preocupación iba a más por segundos, y decidió lo único que se le ocurrió entre toda la abrumación.

En el hospital, ya amaneciendo, se encontraban una mujer rubia peinada en dos coletas y ambos niños esperando los resultados de varias pruebas antes hechas por la mayor al joven rubio.

+Naruto ha quedado sordo y ciego por completo, ni ve ni oye en este momento nada de su alrededor. +Con pesar, suspiraba y explicaba la situación del rubio al pelinegro, quien parecía estar perdido en sus pensmientos.

+Sasuke... ¿Dónde estamos exactamente...? ¿Y por qué no puedo ver ni escuchar nada...? ¿Qué está pasando...? +Susurraba mientras apretaba la mano magullada del contrario. Minutos después, Sasuke reaccionó.

Sasuke soltó la mano de Naruto, y dirigió ambas hacía los ojos de este, como si quisiera cerrarlos, para después, dirigir cada una a ambos oídos, y taparlos algo fuerte. Segundos después, Naruto pareció entenderlo y comenzó a llorar de nuevo.

+Yo cuidaré de él. Después de todo, es por mi culpa que esté así. ¿Es temporal o...? +Miró a la rubia mujer, algo seria desvío a la mirada y cerró los ojos.

+No tengo idea... Por ahora digamos que es temporal, el chidori estuvo cerca de él durante tanto tiempo como para maltratar su vista y sus oídos lo suficiente como para que ni yo misma pueda saberlo. Por el momento, tendremos que esperar. Pero es preocupantemente posible que sea permanente. +Y con esto dicho, se marchó de la habitación, dejando a ambos chicos con un nudo en la garganta.

+Sasuke... ¿Qué me va a pasar? +Volvió a susurrar, esta vez un poco más bajo que antes, casi inaudiblemente.

Sasuke le dió dos toquecitos en los labios, y como si ese fuera su nuevo idioma, Naruto volvió a preguntar, esta vez entendiendo que lo dijera otra vez, pero algo más alto para que el Uchiha pudiera escuchar bien.
Sasuke le dió dos toques de nuevo, esta vez en el hombro, para después, coger la mano derecha del rubio, extenderla y tocar con ella su pecho, para después hacer que de igual manera toque el del otro. Naruto pareció entender, y empezó a llorar más fuerte y a repetir las palabras vale y gracias en voz baja.
Sasuke, unos minutos después de consolar a su amigo, le dió dos toques en la espalda alta, cerca de la nuca. Cuando Naruto se reincorporó, movió ligeramente la cabeza para un lado mientras se secaba las lágrimas aún presentes en su rostro. Sasuke, cogió su mano, hizo que señalara con el índice su propio pecho y después, le dibujó una casa en la mano, para que luego con dos dedos, hiciera como si alguien caminara en la mano del rubio. Naruto asintió convencido y, de la mano, se dirigieron a la casa del ahora sordo-ciego, en dónde Sasuke se encargó de que desayunara algo, y se fuera un rato a dormir. Él cogió una silla y la puso al lado de la cama de este, viéndolo dormir sin que el otro se diera cuenta, arrepintiendose de haber aceptado ese tonto duelo que le costó tanto a su amigo.

+Sasuke... +Un susurro casi inaudible para el mencionado se pudo escuchar en la habitación, el rubio había murmurado entre sueños su nombre, y eso solo hizo que se deprimiera y preocupara más dándole la mano, y empezando a derramar alguna que otra lagrimilla. Porque en el fondo temía que le guardara rencor por lo hecho, y no se imaginaba la frustración y abrumación que el menor sentiría en ese momento.

Pero Sasuke, con rostro de convicción, apretó más su agarre. Parecía decidido a encargarse él de cuidar al rubio durante el resto de su sordoceguera, y tal vez del resto de su vida.

☆࿐ཽ༵༆༒༒༆࿐ཽ༵☆

¡Capitulo piloto, completado!
¡Un saludo!

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