დ .•*""*• 𝑆𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜 𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 •*""*•.დ

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Esto ya es un lema.
Nuevo día, nueva aventura.
El rubio no podría volver a ver ni escuchar a sus amigos, pero sí quería convivir con ellos.
Tenía miedo de cómo reaccionarían pero Sasuke, quien se sintió mal por él, lo convenció de intentar quedar con Shikamaru, el más razonable y el más apegado a Naruto, pues en el fondo era como su primer verdadero amigo. Nunca habían tenido la mejor de las relaciones, no se sabía bien si eran amigos o no, pero eran bastante unidos y ambos se conocían bien, era posible quedar con él el primero.
Dos horas después, cuando desayunaron y entrenaron un poco teniendo en cuenta la discapacidad audiovisual del menor, fueron a buscar al campo de entrenamiento del equipo diez al chico.

+¡Nara! ¿Puedes venir? +Sasuke lo llamó a lo lejos, el rubio se escondía algo nervioso detrás de él viéndose solo la mitad de su cuerpo.

+¿Qué quieres tú, Uchiha? ¿Y qué le pasa a Naruto? +En Shikamaru, crecía la curiosidad, el Uzumaki nunca había sido tímido, y cuando se dice nunca es por algo. Algo iba mal, o eso creía el de peinado de piña.

+Por un accidente que yo provoqué... Ha perdido la visión y la audición. Lo he dejado sordo-ciego, quería quedar contigo y con los demás paquetes. Pero tenía miedo de si ibáis a rechazarlo ahora que no puede ni ver ni oír. Por ahora es temporal pero... Es posible que llegue a ser permanente. +A Shikamaru se le levantaron un poco las cejas, pero enseguida pareció... ¿Enfadado? Nhaa, solo estaba pensando. Segundos después, Shikamaru posó su mano izquierda en la cabeza rubia. Quien pareció sorprenderse un poco, aunque después se le salió una que otra lagrimilla, haciendo sentir fatal al Uchiha.

+P-per-perdón... +Su voz era entrecortada, y casi parecía tiritar. Shikamaru se sorprendió un poco, al ver tan vulnerable al rubio por primera vez, era algo bastante anormal. A Sasuke... Bueno, a él se le rompía el corazón cada vez en más cachitos. La culpa era el peor sentimiento para él ahora mismo. Shikamaru decidió abrazarlo, separándolo un poco de Sasuke, quien se sentía peor por este gesto, como si significara que el rubio, ahora que estaba con un verdadero amigo, lo odiara. El menor de los tres solo podía oler, sentir y saborear. Pero no significaba que no podría imaginar. Después de estar unos segundos en los brazos de su amigo más inteligente, movió la cabeza hacía varios lados como si buscara con la mirada. Como ya se ha dicho, Shikamaru era muy avispado, y por tanto, se dió cuenta rápidamente de a quién buscaba.

+Chouji e Ino están entrenando, pero puedo llamarles y explicárselo si quieres. Sería un coñazo pero... No me importará mucho hacerlo. +Hizo lo que pudo por hacérselo entender por medio de gestos un tanto rarunos, y poco después, algo avergonzado por haberse ofrecido a ayudarle, posó con un ligero sonrojo una mano en su cadera, mientras que con la otra se rascaba la nuca. Sin darse cuenta, Sasuke se iba alejando cada vez más y más.

+Ah-... No, busco a Sasuke...+Le costó entender al principio, pero haber practicado tantos gestos, ya fueran rarunos o no, con Sasuke el día anterior, consiguió entender las palabras más importantes dándole sentido a la frase poco a poco.

+¡Sasuke-kun! +Interrumpidos fueron sus pasos por el agudo grito de la fémina del equipo 10, quién se tiró a los brazos del amado Uchiha.

+Hola... +Con cara de querer morir, el antes gritado saludó intentando mantener la cortesía, no era maleducado, eso se sabría. Pero a unos pocos metros, Naruto saludaba algo decaído a Chouji, otro de sus amigos, quien se había acercado a saludar también.

Al final, por una cosa u otra, ambos chicos que al principio no podían separarse por "causas personales", acabaron completamente separados. Naruto había sido convencido por Chouji de que fueran a Ichiraku Ramen a comer. Shikamaru los seguiría y por tanto no habría problemas. Ino secuestró a Sasuke, quien no podía tratar mal a la chica y tuvo que seguirle el rollo, sabiendo que Naruto estaba en buenas manos. A pesar de eso, las preocupaciones en ambos corazones se escuchaban hasta el país del Sonido, cosa que en parte era irónica tratándose de ese país.
Horas más tarde, ya era casi de noche, el trío conformado por El Tragón, El Ramen-lover y El Qué Fastidio se encontraron con los equipos de Kiba y Neji, acabando pasando el rato juntos, ya que a fin de cuentas, todos se caían medianamente bien.

+Shikamaru... ¿Qué hora es? ¿No debería volver ya a casa? ¿Dónde está Sasuke? +El nerviosismo en sus palabras era preocupante para el mayor, como pudo le escribió la hora en la mano y le informó sobre Sasuke y su "escapada" con la rubia.

+Mhm... ¿Crees que podrías llevarme a casa? Sé que soy pesado, pero si alguien se enterara de mi estado actual ya estaría más que muerto. +El Nara lo sabía bien, desde hace unos años atrás había presenciado cómo lo rechazaban una y otra vez con mucha agresividad. No quería que le pasara nada así que accedió pronto y se despidieron del resto. Una vez allí, Naruto le dió la llave y entraron.

Sasuke aún no había llegado, el mayor le informó de esto y se marchó a su propia casa algo inquieto. Naruto le había echado porque creía y quería ser totalmente autosuficiente. Se las arregló como pudo para hacer ramen instantáneo y, aunque le había costado había conseguido cenar. Entonces, se duchó confundiendo el gel corporal por el champú más de una vez, se cambió después de haberse embarcado en la búsqueda del tesoro llamado pijama y se sentó en el salón esperando y confiando que Sasuke regresaría en algún momento.

Estaba claro, era muy difícil vivir así.
Pero era mucho más difícil vivirlo solo y sin poder escuhar ni ver nada ni a nadie acabaría desquiciado.

Empezaba a extrañar los trinos de los pájaros que tanto le molestaban por las mañanas.

Empezaba a extrañar ver las inquietantes sombras acechándolo en su cuarto cuando la luna reflejaba la luz prestada hacia su ventana en mitad de la penumbra de la noche.

Incluso empezaba a extrañar los bordes rechazos de los aldeanos.
Ya fueran auditivos o visuales...
Los empezaba a extrañar.
Sabía perfectamente que no debía extrañar algo tan cruel que en tantos trozos le partió el corazón desde su nacimiento.
Pero era una tortura no poder escuchar nada más que sus pensamientos, cosa que también empezaba a desaparecer y por tanto a extrañar también.
Por lo que intentó levantarse para andar un poco tropezándose y cayendo al suelo un poco alejado, según él, del sofá.

Ya había perdido su norte.
No sabía en dónde se encontraba.
Pero ni siquiera con una brújula podría ubicarse en el mapa.
Estaba pérdido de verdad.
Y se empezaba a asustar.
Tiritaba y temblaba, las lágrimas caían por sus mejillas enteras.
Todo él empezaba a ser un desastre.
Pero sintió una calidez invadir su cuerpo.
No se adentraba en él, lo abrazaba y protegía.
Y de alguna forma sentía que le decía que todo estaba bien.
Pero seguía sin oír, por lo que solo se sumergió en esa calidez y se dejó querer.

Pasaron horas, la luna estaba en su prime, en la cima del cielo, era medianoche.
Naruto seguía siendo un desastre, pero ahora era un desastre en silencio, había quedado dormido. Aquella calidez lo había acurrucado en su cama. Lo arropaba cuando se movía y lo volvía a abrazar por la cintura y a acariciar su espalda y cabeza si tenía alguna pesadilla.
Era extraño, pero ya nada dolía, y eso era más que suficiente.
La noche siguió andando, el tiempo prefería pasar de ella e ir volando. Cada uno a su bola, pero ambos cambiando la hora.
A pesar de ello, la calidez aquella no se movía, no dormía, se concentraba en servir a lo que alguna vez fue su más preciada luz, que ahora sólo dormitaba bajo las sabanas transformándose en un bulto azul.

Ambos seres, abrazaban al contrario, esperando y rezando...
Que aquello nunca se diera por acabado.

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¡Segundo capítulo, completado!
¡Un saludo!

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