დ .•*""*• 𝐶𝑢𝑎𝑟𝑡𝑜 𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 •*""*•.დ

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Un nuevo día empezaba a transcurrir.
Esta vez, un milagro, Naruto había resurgido a la vida antes que Sasuke. Quien aún seguía dormido.
Al parecer el Uchiha estaba bastante cansado, y no es de extrañar, se había esforzado bastante en alegrar y cuidar al rubio. Por tanto este día, él se lo agradecería.

Cuando Sasuke se despertó, no encontrándose con el Uzumaki a su lado, al principio se asustó bastante, pero cuando fue al salón, pudo ver cómo este dejaba un gran plato de tortitas en bastante buen estado. El chico, vestido ahora con un delantal por encima de su ropa naranja y azul habitual, había estado preparando el desayuno, aunque le había costado algún que otro intento. Esto se podía corroborar fácilmente, al lado del plato de tortitas que había dejado en ese momento, se encontraban otros cuantos de lo mismo. Algunos chamuscados a más no poder, otros simplemente quemados por ambos lados, otros demasiado crudos...

El último plato, que aún estaba caliente, era perfecto. Se fué detrás del de menor estatura para encontrarse con la cocina hecha un desastre. A pesar de eso, lo único que le importó fue ver cómo la mano del chico se dirigía peligrosamente al fuego, en aparente intento de apagarlo y un aparente intento de suicidio a los ojos del azabache.

+Sasuke... Te has despertado, buenos días. +Calmado, giró su cabeza en la dirección del nombrado y sonrió como si de un angel se tratara.

+Te habrá sorprendido un poco todo esto... Pero verás, mi sentido del olfato a mejorado un montón, así que cuando te has acercado lo suficiente, pude olerte y ubicarte. Tienes un aroma muy especial y que conozco bien, no te preocupes, te sabré identificar bien si me pusieran dobles tuyos. Quería agradecerte por todo haciéndote el desayuno, he tardado un poco, ¡pero el esfuerzo ha valido la pena! +Sonriente al diez mil millones por ciento, daba pequeños saltos de alegría. Sasuke apagó el fuego y lo abrazó, sintiéndose así algo más seguro. Le dió un beso en la frente y lo sentó en la mesa. Ya se había esforzado bastante, y su sola presencia alegraba mucho al mayor, por lo que no hacía falta agradecerle de esa manera.

+Sasuke-teme. +Inflando un poco los mofletes, desvió la mirada intentando que el otro no le mirara directamente a pesar de su ceguera. Al otro le sorprendió un poco este acto, pero muy pronto comenzó a reírse dulcemente. Cogió la mano del otro medio desprevenidamente y la besó, justo en el mismo lugar en el que lo besó pidiéndole ser novios. El sonrojo en el rubio creció rápidamente, incluso él notaba la cara ardiendo. Esto sólo le parecía más adorable a Sasuke.

+Oye... Teme tonto, te mereces un descanso después de todo lo que haces por mí... ¿Huh? +En su cara apareció la sorpresa inmediata. El Uchiha seguía intentando impedir su risa.

+¿Sasuke...? +Este cogió su mano e hizo que acariciara su mejilla, apreciándolo enseguida con una sonrisa tan sincera que parecía bendita.

+Sasuke me ha parecido oírte reír... +Aquella sonrisa desapareció, cambiándole la cara por una de sorpresa. Enseguida desayunaron y fueron al hospital en donde Tsunade les atendió en cuanto pudo después de saberse el porqué de su visita al centro.

+¿Y bien? ¿Ha recuperado la audición o no? +Un Sasuke un tanto ansioso preguntaba combinándolo con algo desesperación, Tsunade se había retrasado un poco, y parecía confundida con los resultados de las pruebas que le volvió a hacer al rubio.

+No... Es posible que solo lo imaginara. Pero no hay porqué rendirnos. Tal vez tus cuidados sean una gran ayuda después de todo. Sigue dándole tu apoyo, le vendrá bien. +En cuanto supo de estas palabras, las esperanzas del azabache se desplomaron. Le destrozaba el corazón pensar que el chico no pudiera ni ver ni oír nunca más, ya era una situación fatálica, pero es que encima, él era el culpable de todo eso. Se llevó la mano del de ropas naranjas a la cabeza, y el otro, quien en parte ya sabía lo que les dirían, prefirió callar y abrazar al aturdido azabache, como si fuera al revés y él consolara al Uchiha por todo el asunto. A pesar de eso, siguieron adelante.

Volvieron a casa, ambos estaban algo cansados después del subidón de adrenalina que les había dado el poder pensar en la posibilidad de que el Uzumaki recuperara al menos uno de sus dos sentidos perdidos. Una vez en el sofá del salón, ya habiendo recogido la cocina y el comedor, el de hebras doradas comenzó a llorar.
El otro lo abrazó casi instintivamente, y él se acurrucó en sus brazos, intentando amenar su llanto.

+Echo de menos tu voz... Y el color de tus ojos... Es como si no estuviera contigo, joder... No puedo más, Sasuke... Y tú no tiene la culpa de nada, ¿me oyes? Te lo prometo. Pero es que todo esto me supera... ¿Qué hago? Y yo queriendo ser Hokage... Jajaja... Si hubiera sabido de que haría el idiota de esta manera y que me iba a quedar así no hubiera pensado en algo tan estúpido. Probablemente me hubiera dejado matar por la altura aquel día...+A pesar del shock de haber dicho algo tan deprimente como el considerar dejarse morir y de sus intentos desesperados por calmarse, esto último no lo conseguía. Sus ojos derramaban lágrimas como cascadas llenas de tristeza y soledad, pero la situación era entendible.

Sasuke, en vez de intentar calmarlo, lo consolaba de una forma especial, entendiendo sus problemas como si él mismo los viviera, empatizando totalmente con él para que en vez de sentirse tan sólo, pudiera saber que él nunca lo dejaría de lado. Acompañándolo y llorando con él, porque él no podría soportar todo el sufrimiento solo y sin nadie a su lado, porque era humano y necesitaba de alguien más para soportar las tragedias y los problemas que afrontaría a lo largo de toda su vida.

Aquella noche pasó muy rápido, volvían a lamentarse por sus problemas, pero ahora como la pareja que eran.
Estando juntos y sintiéndose menos solos.
Antes de que llegara medianoche, ya habían compartido su vida entera el uno al otro.
Que si la Masacre Uchiha, que si el rechazo de la aldea...
También sus sueños a futuro.
Que si ser Hokage, que si matar a cierto tipo...
Cuando llegaron a eso, empezaron a especular su futuro como pareja.
Que si se casarán, que si adoptarán niños, que si mascotas, que si Sasuke se convertiría en Anbu y Naruto trabajaría en alguna pastelería cocinando...
Aunque no sabían bien como iban a conseguir lo último.
Al final consiguieron quedarse dormidos después de varias horas en vela.

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¡Capítulo cuatro, completado!
¡Un saludo!

El amor como lenguaje. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora