დ .•*""*• 𝑆𝑒𝑥𝑡𝑜 𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 •*""*•.დ

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Los trinos de los pájaros se escuchaban de Nueva cuenta, pero esta vez con menos volumen en sus cánticos.
Naruto despertaba en su cama, algo molesto por sus expresiones.
Sasuke andaba por la casa pensando y farfullando sin parar.

+¡Agh, malditos pájaros, hasta sordo los oigo en mi cabeza a los asquerosos! +Naruto, esta vez despierto del todo, abría los ojos con un gran disgusto. Sasuke se acercaba a él, dándole un beso en la mejilla.

+Sasuke-teme, ¿te puedes creer que ni sordo me dejan los malditos pájaros dormir en paz? ¡Los puedo oir en mi cabeza, como si me estuviera volviendo loco! +Agitaba las manos en el aire, algo escandalizado, Sasuke reía por lo bajo, ambos fueron al comedor y desayunaron.

+Teme, ¿crees que pueda ser ninja aún con mi discpacidad? Últimamente mis otros sentidos se han agudizado tanto que... Bueno, he vuelto a tener algo de esperanza. +Y en sus ojos, aunque blindados por una fina capa de ceguera, se le notaba la tristeza desde lejos.

Sasuke algo angustiado por la situación en la que se encontraban, decidió decir la verdad.
Posó una de sus manos, la que más cerca estaba del rubio siendo la izquierda, en el muslo derecho del chico y con una sonrisa dejó que Naruto le acariciara la mejilla suavemente.

Se fundieron en un abrazo y, olvidándose unos segundos sobre la pérdida de audición de su novio, le susurró un 'no lo sé, tal vez' sin querer que perdiera su ilusión.
Después, Sasuke se separó un poco y le dió un piquito en los labios, Naruto seguía sorprendido, no se sabía porqué, pero tal vez se le había ocurrido algo grandioso que pronto le explicaría con toda su ilusión.

+¿Has dicho algo...? Tal vez me esté volviendo realmente loco, pero me ha parecido escuchar... Un murmullo con el tono de tu voz. ¿Has dicho algo, Sasuke? +La sorpresa era contagiosa, aunque no era de extrañar teniendo en cuenta a lo que se debía.

Después de desayunar, sin querer ir al hospital por si acaso, se seguraron de que Naruto realmente había escuchado algo.
Estuvieron haciendo pruebas de sonido, sonidos fuertes y sonidos suaves, sonidos graves y sonidos agudos.
Algunos los oía bien, otros mal, y cuando repetían desde el principio, los oía cada vez más.

Era como si ejercitara su oído, y pronto, pudo oir claramente un 'te amo' con la voz de cierto Uchiha. Sus lágrimas brotaron enseguida, y con la voz rota encontró la fuerza para decirle 'yo a tí más'.

Fueron al hospital, en donde Tsunade, algo aburrida pero comprendiendo su desesperación, volvía a hacerle las pruebas.

+Me siento bastante eufórica, la verdad. Las pruebas han dado positivo, estás recuperando la audición, Naruto. +Gritaba con una gran sonrisa y apretando los papeles en dónde se veían los resultados con una fuerza inmensa.

Cuando Naruto sonrió y comenzó a llorar de nuevo, supieron que lo había escuchado y los tres se abrazaron. La alegría era infinita en ese momento, pronto se veían ambos jóvenes en casa, practicando y practicando, volvían a comprobar una y otra vez el oído del menor.
Ambos temblaban de felicidad.

La noche llegó pronto, dejaron de lado los ejercicios de escucha y fueron a Ichiraku Ramen a celebrar. No era una victoria completa, tampoco sabían si era de verdad una victoria, pero lo que sí sabían era que tenían que celebrarlo por todo lo alto.

A la mañana siguiente, cuando despertaron, Naruto prefirió comer en el balcón, escuchando por primera vez con una sonrisa, los sonidos y las melodías que le ofrecía la naturaleza. Su sonrisa era de felicidad pura, porque, mientras escuchaba la naturaleza, escuchaba también la voz del chico que amaba, a quien le había pedido que le hablara de lo que fuera, incluso si era algo que ya sabía o que le repetiría, solo quería escuchar su voz. Y el azabache, encantado, accedió a repetirle una y otra vez lo mucho que lo quería y lo mucho que se alegraba, lo mucho que se arrepintió en el pasado, y lo mucho que lloró por lo ocurrido.

Luego, fueron a ver a todos los demás equipos, con quienes habían quedado para darles todas y cada una de las noticias.
Eran novios, algunas se decepcionaron y otras se alegraron.
Naruto volvía a poder escuchar, todos gritaron de felicidad.
En el fondo, muy en el fondo, todos se alegraban de que el rubio volviera a sonreír de esa manera, pues aunque no muchos se habían dado cuenta... Hasta hace poco, su sonrisa ya no era lo que fue alguna vez. Sasuke se había encargado de devolverla, y al que antes todos conocían por "el Solecito", volvía a brillar tanto como antes o incluso más.

Volvieron a entrenar junto a su sensei y compañera, aunque seguían sin ser los mismos entrenamientos, al menos podían escuchar lo que debían cuando entrenaban. También podían preguntar y recibir consejos al Jōnin que los entrenaba, cosa que al rubio le hacía mucha ilusión.

Poco a poco recuperaba el oído, las cosas volvían casi a la normalidad.
Y aunque aún faltaran muchas cosas a mejorar, la felicidad había recobrado su lugar.

Sasuke se esforzaba cada vez más en los entrenamientos, logrando pasar el examen de chunnin y conseguir un gran apodo por ello.
'Sasuke-san" para la mayoría. "Emoninja", para los amigos.
Naruto, por su parte, cada día se esforzaba más en aprender a vivir sin la vista que seguía sin recuperar, aunque eso le importaba poco, porque siempre andaba en la cocina o dando vueltas por cualquier lugar. También aprendió muchas recetas, le salía un ramen especial de tomate buenísimo, el cual Sasuke disfrutaba cenar cada ciertos días por no abusar.

A veces, sufrían complicaciones, como cuando Naruto volvió a reincorporarse a las misiones y más de una vez se caía o chocaba con algo o alguien buscándole, sin querer, problemas al equipo.
O como cuando Sasuke lo invitó a cenar en un restaurante de los finos y tuvo tanta prisa por ir al baño, que se confundió y entró al de mujeres, montaron todas un pollo y las tuvieron que maniatar en varias sillas para poder explicarles que lo sentían y que el pobre rubio era ciego por completo.

Sin duda, la vida seguía sin ser fácil, pero ni era fácil ni imposible, así pues, nunca se rendían y seguían riéndose de todos sus problemas. Contando todo como anécdotas.
Sonriendole a la vida, ya sin importar si esta les veía.

☆࿐ཽ༵༆༒༒༆࿐ཽ༵☆

¡Capitulo seis, completado!
¡Un saludo!

El amor como lenguaje. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora