1- Sentimientos Ocultos

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El sol se filtraba por las ventanas del estudio mientras Lesslie ajustaba la cámara para el próximo video. La atmósfera estaba llena de risas y bromas, como siempre ocurría cuando los Polinesios se reunían para grabar. Sin embargo, hoy, Lesslie sentía una punzada de tristeza que no podía sacudirse.

Desde hace algún tiempo, Bryan había estado pasando mucho tiempo con Carolina, una chica encantadora y carismática que habían conocido recientemente. Aunque Bryan y Carolina aún no eran novios, Lesslie no podía evitar sentirse celosa cada vez que los veía juntos. Cada sonrisa y gesto de cariño entre ellos era una herida en su corazón, pero se mantenía firme, decidida a no dejar que sus emociones afectaran la dinámica del grupo.

—¿Todo listo? —preguntó Bryan, acercándose a Lesslie con su típica sonrisa despreocupada.

—Sí, todo listo —respondió ella, devolviéndole la sonrisa aunque sus ojos no pudieran ocultar por completo la melancolía.

Durante la grabación, Lesslie se esforzó por mantenerse concentrada y divertida, como siempre. La sesión transcurrió sin problemas, llena de chistes y ocurrencias, pero en el fondo, ella no podía evitar que su mente volviera una y otra vez a los recuerdos de todos los momentos compartidos con Bryan. Los días de risas, confidencias y complicidad que ahora parecían tan lejanos.

Cada broma de Bryan dirigida a Carolina, cada mirada cómplice, le pesaban a Lesslie. Intentaba convencerse de que era feliz por él, que la alegría de su amigo debería ser suficiente para ella. Pero había noches en que la soledad y el dolor se apoderaban de ella, noches en las que deseaba ser ella quien recibiera esas sonrisas y miradas de Bryan.

Al finalizar la sesión, Rafa, siempre el observador, notó la tensión en el aire. Se acercó a Lesslie mientras Bryan se despedía para encontrarse con Carolina.

—¿Estás bien, Less? —preguntó Rafa con suavidad, su mirada llena de preocupación.

—Sí, solo estoy un poco cansada —respondió ella, intentando sonar convincente. Sabía que Rafa la conocía demasiado bien para tragarse esa mentira, pero esperaba que no insistiera.

Rafa no pareció convencido, pero decidió no presionar más. Sabía que su hermana necesitaba tiempo para procesar sus sentimientos. Lesslie le agradeció con una sonrisa y se dirigió a su casa, sintiéndose más sola que nunca.

Más tarde, mientras caminaba sola por el parque, Lesslie reflexionaba sobre todo lo que estaba pasando. Sentía que su corazón estaba atrapado en un torbellino de emociones. Ver a Bryan con Carolina la destrozaba, pero también sabía que no podía hacer nada al respecto. No quería arruinar su amistad ni la armonía del grupo. Cada paso que daba en el parque la ayudaba a poner en orden sus pensamientos, aunque no encontraba respuestas que la consolaran.

De repente, el sonido de su teléfono la sacó de sus pensamientos. Un mensaje de Bryan iluminó la pantalla.

—"Less, ¿puedes pasar por mi casa mañana? Quiero hablar contigo de algo importante" —decía el mensaje.

El corazón de Lesslie dio un vuelco. No tenía idea de qué quería hablar Bryan, pero esperaba que no fuera algo que la lastimara más. Decidida a enfrentar sus sentimientos y ser la amiga que siempre había sido, respondió:

—"Claro, estaré ahí. Nos vemos mañana."

Con ese mensaje, Lesslie sintió una mezcla de anticipación y temor. Pasó el resto del día tratando de mantenerse ocupada, pero sus pensamientos seguían volviendo a Bryan. ¿Qué sería tan importante que necesitaba decírselo en persona? Esa noche, mientras intentaba dormir, las dudas y los miedos se arremolinaban en su mente. ¿Y si Bryan había notado sus sentimientos y quería aclarar las cosas? ¿Y si Carolina estaba involucrada de alguna manera? Lesslie no podía dejar de pensar en todas las posibles razones detrás de la invitación de Bryan.

A la mañana siguiente, se levantó temprano, con una mezcla de nervios y curiosidad por lo que Bryan quería decirle. Después de desayunar y tratar de calmar sus pensamientos, se dirigió a la casa de Bryan. El camino le pareció más largo de lo habitual, cada paso resonando con la incertidumbre de lo que estaba por venir.

Al llegar, Bryan la recibió con una sonrisa, pero había algo en su mirada que la hizo sentir una inquietud. La invitó a pasar y se dirigieron a la sala, donde Bryan había preparado un té. Lesslie se sentó en el sofá, sintiendo que el tiempo se ralentizaba.

—Gracias por venir, Less —dijo Bryan, sentándose frente a ella.

—Claro, Bryan. ¿Qué pasa? —preguntó Lesslie, intentando sonar despreocupada.

Bryan suspiró, tomando un sorbo de su té antes de hablar. Parecía estar buscando las palabras correctas.

—He estado pensando mucho últimamente. Sobre nosotros, el grupo... y sobre Carolina —comenzó, mirando a Lesslie directamente a los ojos.

El corazón de Lesslie latía con fuerza, temiendo lo que podría escuchar. No sabía si estaba preparada para lo que Bryan iba a decir, pero estaba decidida a enfrentarlo, sin importar el resultado.

—Carolina es genial, y me he dado cuenta de que me gusta —confesó Bryan, desviando la mirada por un momento—. Quiero pedirle que sea mi novia, pero no sé cómo hacerlo. Pensé que tal vez podrías ayudarme.

Las palabras de Bryan resonaron en la mente de Lesslie como un eco doloroso. Sentía que el mundo se detenía, que todo a su alrededor se desmoronaba. Intentó mantener la compostura, aunque su corazón se rompía en mil pedazos.

—¿Quieres que te ayude a pedirle ser tu novia? —preguntó, su voz apenas un susurro.

—Sí, confío en tu opinión y sé que eres buena en estas cosas. Además, eres mi mejor amiga —dijo Bryan, sonriendo con sinceridad.

Lesslie sintió una punzada de dolor aún más profunda. "Mejor amiga." Esa era la etiqueta que siempre había tenido, y ahora sentía que se clavaba en su corazón como una daga.

—Claro, Bryan. Puedo ayudarte —respondió, forzando una sonrisa—. ¿Qué tienes en mente?

Bryan comenzó a explicarle sus ideas, entusiasmado con la perspectiva de hacer algo especial para Carolina. Lesslie lo escuchaba atentamente, asintiendo y sugiriendo pequeños detalles para mejorar el plan. Cada palabra que decía le costaba un esfuerzo enorme, pero sabía que no podía mostrar su dolor.

Al terminar de planificar, Bryan la abrazó con gratitud.

—Eres la mejor, Less. No sé qué haría sin ti —dijo, soltándola y sonriendo.

—De nada, Bryan. Me alegra poder ayudarte —respondió Lesslie, su voz un poco temblorosa.

Con el plan en marcha, Lesslie se despidió de Bryan y salió de su casa. Caminó lentamente por las calles, sintiendo que cada paso era más difícil que el anterior. Lo que había empezado como un día lleno de incertidumbre había terminado con una confesión que la dejaba destrozada. Ahora, tenía que lidiar con el hecho de que Bryan, el chico que amaba, estaba a punto de declararse a otra persona.

Mientras el sol comenzaba a ponerse, Lesslie se sentó en un banco del parque y miró el horizonte. Sabía que los próximos días serían difíciles, pero también sabía que tenía que ser fuerte. No quería arruinar su amistad con Bryan ni la armonía del grupo. Se limpió una lágrima que rodaba por su mejilla y respiró hondo.

—Puedo hacerlo. Seré feliz por él —se dijo a sí misma en voz baja, intentando convencerse.

Con la resolución de seguir adelante, Lesslie se levantó del banco y comenzó a caminar de regreso a su casa. Sabía que el camino sería duro, pero también sabía que, de alguna manera, encontraría la fuerza para superarlo.

Lo Que Nunca FueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora