Ocean Eyes. LEANDRO PAREDES

04

Eran las seis de la tarde, hace unos treinta minutos habíamos llegado a casa; Mavi fue al colegio y yo tuve que ir de urgencia a capital para resolver un asunto del hotel. Ambas estábamos en el living, ella coloreaba sobre una hoja blanca y yo tomaba mates.

Cuando salió del colegio estaba desanimada, le pregunté que le sucedía y no me respondió, así que estoy dándole su tiempo; se que cuando ella esté lista me va a hablar, y así fue.

-Perdón ma.- fue lo primero que dijo.

-Está bien, amor. Me gustaría que me cuentes que pasó.- la ansiedad me carcomía por saber que había sucedido para que mi hija esté triste.

-Un compañero dijo cosas feas.- habló mientras dibujaba.

-¿Te dijo algo a vos?.- fruncí el ceño.

-Sip. La maestra hablaba del día de la familia... y que íbamos a invitar a nuestros papás.- su voz se quebró.- yo dije que papá no podía ir, pero que mamá sí. Entonces el nene dijo que papá no iba a ir porque no tengo.

Una angustia se instaló en mi pecho, las lagrimas amenazaban con salir.

-Yo dije que la cigüeña me llevó con mamá, porque mamá estaba triste y necesitaba felicidad.- su labio hizo un pequeño puchero, derritiendo por completo mi corazón.

-Vení, amor.- pedí que se sentara sobre mis piernas y eso hizo.- Es verdad que vos llegaste para darme felicidad, y vos te convertiste en todo lo que mas amo en este mundo.

-Yo también te amo, mami... ¿pero papá me ama?.- sus ojitos grandes miraban fijamente los míos.

-Hija...- ella se largó a llorar y se alejó de mi.

-Quiero a papá.

-Mavi, amor, tranquilízate.- me levanté del sofá para poder correr tras ella.

Fue tan rápida que salió por la puerta, directo al jardín. Antes de ir en busca de ella, agarré una camperita rosa de ella, para poder cubrirla del frío.

Sabía que había ido al banquito de madera, que estaba rodeada por flores. A lo lejos la vi, sus piecitos colgaban del banco y se movían con impaciencia. Me senté a su lado y le puse la campera encima de sus hombros.

-Perdón Mavi. A veces mamá no sabe tomar buenas decisiones, tampoco tengo las respuestas a todas tu preguntas.- miré su perfil. Ella ni me miraba, tenía su atención puesta en los arboles.- No quiero pelear con vos, sabes que nos ponemos tristes si peleamos con quienes amamos.

-Te perdono, mamá.- ella saltó a mis brazos, adueñándose de mi cuello.

-Gracias, hija.- disfruté de su cálido abrazo y la sostuve con fuerza para comenzar a caminar hacia la casa.- vamos a tomar un chocolate caliente, ¿queres?

-¡Sí!.- gritó en mi oído.

La dejé en el living para que siguiera dibujando, a la vez que agarré el celular para llamar a Julieta.

-Hola bestie.- habló la rubia al contestar.

-Hola amiga.- dije secamente, producto a mi animo.

-Uh, ¿qué pasó?.

-Alerta roja.- nombré el código que usábamos para referirnos al tema de Mavi y su padre; ¿por qué lo decíamos? fácil, para que se aleje de Paulo si es que está cerca de él.

A través de la videollamada vi como se trasladaba de lugar, parecía estar en un baño.

-Ahora sí, ¿qué pasó?.

Observé como mi hija estaba entretenida con los dibujos.

-Mavi lloró por su padre. Resulta que se acerca el día de la familia y el instituto quiere que vayan los padres... un compañerito dijo algo con respecto a su padre y ahora quiere al padre.

-Vicky, te amo y sos la mejor persona que existe en este mundo, pero tu hija tiene derecho a conocer al padre.

-Lo sé. ¿Te pensas que no pienso en decírselo? pero Leandro tiene otra vida, Juli. ¿Cómo hago para decirle que tiene una hija de cuatro años?.

-Entiendo que no sea fácil. Leandro no es un mal tipo y Mavi tiene el derecho a conocerlo; no le quites esa oportunidad a tu hija.

-¿Y si él no quiere saber nada?.- pregunté esperanzada a que ella tenga la respuesta.

-Primero inténtalo, cuando lo hagas vas a tener las respuestas para todo. Tengo que irme porque Paulo quiere jugar a la play.- rodeó los ojos ante la mención de la maquina.- saluda a mi ahijadita de mi parte.

¿Hay destino a Italia?

Como siempre:
con mucho amor, Josefina 🎀