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Mavi caminaba al lado mío, tomándome de la mano. De vez en cuando pegaba saltitos al ver cosas que le gustaban.

-Mira mami, el peluche.- señaló la vidriera.

Habían demasiados peluches de caballos y otros animales de granja.

-Quiero uno.- me miró esperando una respuesta.

-Amor, ya tenes peluches de caballos.- le recordé.

-Uno más no hace mal.- sonrío dulcemente tratando de convencerme.

-Está bien.- suspiré ante mi derrota.

Entramos al local y terminó eligiendo como cinco peluches. Me dolió tanto darle la tarjeta a la empleada.

-Gracias mami.- agradeció una vez que salimos del lugar.

-De nada, amor. Vamos a lo de tu tía de sorpresa.

-SÍ.- gritó felizmente.

Tuvimos que tomarnos un taxi para ir hasta la casa de Juli y Paulo; me acordaba a la perfección la dirección por las veces en que mi amiga me lo repitió. El viaje fue bastante estresado porque el hombre me sacaba conversación y mi italiano es muy básico; mientras tanto Mavi se reía por mi intento de italiano.

 El viaje fue bastante estresado porque el hombre me sacaba conversación y mi italiano es muy básico; mientras tanto Mavi se reía por mi intento de italiano

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-Merci.- dijo mi hija al chofer, con una mala pronunciación.

-Eso es francés, Mavi.

-¿Cómo se dice "gracias", mami?.

-Grazie.

-Grazie, señor.- le agradeció antes de que yo cierre la puerta.

Caminamos hasta una puerta grande de color gris y tocamos timbre, esperando a que mi amiga atendiera. Mavi se abrazaba a mis piernas, hace eso cuando está nerviosa, busca seguridad en mi.

-¿Hola?.- se escuchó la voz de mi amiga a través del aparato.

-MADRINA.- gritó alegremente mi hija.

-¿Mavi?.- preguntó confundida.

-¿Podes abrir de una vez, Julieta?.- hablé.

Al instante se escuchó como la puerta se destrabó automáticamente y pudimos entrar, encontrándonos con la casita de mis amigos. Mi amiga salió corriendo hacia nosotras y nos abrazó con mucha fuerza.

-Aire, madrina.- se quejó mi hija que estaba entre nosotras dos.

-Perdón mi amor. Entren, justo estaba por hacerme unos galletas de avena.- nos comentó mientras entramos a la casa.

Fuimos directamente a la cocina; yo dejé la cartera sobre una de las sillas y Mavi seguía a su madrina para ayudarla a cocinar.

-No puedo creer que estén acá. ¿Por qué no me dijeron?.- preguntó a la vez que ayudaba a Mavi a ponerse un delantal.

-Sorpresa, madrina.- respondió Mavi.

-Sorpresa.- dije sonriendo y mi amiga me miró con desconfianza.

Cocinaros esas galletas de avena y mi hija al finalizar se fue al baño para lavarse las manos, yo la acompañé porque todavía no aprendió a lavárselas correctamente. Volvió corriendo con su madrina. Aproveché el momento que Mavi estaba distraída para hablar con Juli a lo lejos.

-Vine para hablar con Leandro.- dije antes de que ella pueda preguntarme el motivo de la "sorpresa".

-¿Qué?.- susurró a lo bajo.

-Lo decidí el fin de semana, por eso saqué pasajes para el primer vuelo.

-¿Se lo pensas decir hoy?.

-¿Hoy? no me preparé mentalmente; pensaba hablarlo con vos primero, para que me ayudes a controlar los nervios.

-Pensé que ya lo habías planeado.- volvió a susurrar.

-No. ¿Cómo se lo digo?.

-Igual por mas que lo planees, en el momento te va a salir diferente. Puedo organizar una cena para el viernes y lo invito a él.

-Te lo agradecería mucho, amiga.- dije mientras ambas nos quedamos mirando a Mavi.

-¿Ve los partidos de la selección?.- me preguntó.- ¿conoce a Leandro?

-Solo conoce a Paulo, Messi y Julián.

-Bueno... va a conocer a Paredes.

Y espero que salga bien.

















Como siempre:con mucho amor, Josefina🎀

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Como siempre:
con mucho amor, Josefina🎀

Ocean Eyes. LEANDRO PAREDESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora