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Viernes llegó y mi cabeza ya me estaba jugando en contra. Hoy iba a volver a ver a Leandro después de más de cuatro años.

¿Cómo se debía que iba a sacarle tema de conversación? esa pregunta tendría que ser respondida en otro momento, ya que Mavi estaba histérica por no saber que ropa ponerse.

-Hija, cualquier cosa te queda bien.- dije para calmar su entusiasmo.

-Pero va a estar Messi, mami.- dijo.

-¿Quién te dijo eso, Mavi?.- pregunté confundida porque no sabía nada con respecto a los invitados.

-Tío Paulo.

¿Lionel está en Italia? Pensé que iba a hacer una cena entre los jugadores más cercanos de Paulo.

-Dale mami, peiname.- movió el peine de un lado para otro.

-¿Queres dos trencitas?

-SI.- respondió con una sonrisa en su rostro.

Amaba peinar a Mavi, aunque tiene sus días; a veces quiere hacerse todos los peinados juntos, y otras veces llora antes de que le toque un pelo. Esta vez salió exitoso el desafío de hacerle las trenzas, quedaron lindas y prolijas ya que no se movió para nada.

-Gracias mami.- me abrazó por las piernas.

-De nada, amor. Anda a ver la tele un ratito si queres, yo voy a cambiarme.

-Pero no entiendo que dice la tele.- claro, me olvidé que los canales son italianos.

-Bueno... aprende.- respondí y ella infló sus cachetes.

-¡MAMÁ!.- reprendió.

Me reí de su actitud y ella se fue resignada. Ahora mi atención estaba en los tres vestidos distintos que había sobre la cama. Decidí optar por vestido porque hace mucho calor, pero no estoy segura que justo los que tengo sean para la ocasión, así que le mandé fotos a Juli y me ayudó a escoger uno.

Una vez ya lista me reencontré con mi hija, su expresión facial fue sonreír con total franqueza.

-Estás muy linda.- elogió alargando la ultima vocal de la frase.

-Gracias, amor.- agradecí.- vos también estás muy linda.

Ella dio una vueltita en su lugar, haciendo lucir su outfit; aquello provocó tanta ternura en mi que impulsé mi cuerpo al suyo para darle besos en toda la cara.

-Tu brillito labial, mami.- se quejó entre risas.- tiene olorcito a fresa.

-Frutilla.- corregí.

-Frutilla.- repitió y yo asentí con la cabeza.

Cuando me incorporé, acomodé mi vestido y le limpie la cara a mi hija. El celular comenzó a sonar y Mavi fue a atender.

-Holis.- dijo.-Aja... está acá....bueno....yo digo a mami...bye.

La miré atentamente porque sabía que era Julieta, tenía un tono distinto su llamada.

-Ma, tía Juli dijo que es tarde.- comunicó y yo miré la hora en el reloj de pared.

La puta madre.

-Se hizo tarde, anda a buscar tu mochilita, que voy a pedir un taxi.- le ordené mientras buscaba la app que Paulo me recomendó. Supuestamente en unos pocos minutos estaría acá, así que aproveché a revisar el bolso, para no olvidarme nada.

Salimos del edificio una vez que ya teníamos todo, esperamos al taxi en la puerta y cuando lo vimos, nos subimos. Al darle la dirección él comenzó a conducir. No puedo creer que se me pasó tanto la hora, estábamos llegando una hora y media tarde.

Ocean Eyes. LEANDRO PAREDESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora