En la larga y angustiante trayectoria de mi ser, he conocido esa sensación envolvente de estremecimiento ambiguo. Con honestidad, no sé qué sentir; no sé si soy quien decide o si soy una ficha más de este vasto universo, cuyas finas y delgadas hebras parecen conducir todo de forma intencionada. Cada día que pasa, siento que soy guiada y enredada por un cauce ya trazado.