XIV

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"Oh Señor, sálvame. Mi droga es mi chico. Lo usaré por el resto de mi vida.

Mi nombre es el que tú decidas, yo solo voy a llamarte Mío"

Don't blame me- Taylor Swift. 

"No tienes de qué preocuparte, yo me encargaré de todo" dijo

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"No tienes de qué preocuparte, yo me encargaré de todo" dijo.

Y Yoongi fue un ingenuo, porque, aunque él sí sabía que pago debía dar a cambio de lo que el hombre le prometió, no se imaginó hasta donde escalarían las consecuencias de confiar en alguien como Choi Taek.

Lo conocía de prácticamente toda su vida y lo consolaba cada vez que lo hacían sentir inútil por ser un doncel, sobre todo cuando era su padre quién lo hacía. Pero ahora reconoce que era demasiado menor como para dejarse llevar por el palabrerío de un hombre de casi la misma edad de su progenitor.

A sus diecisiete años ya había comenzado a experimentar con su propia sexualidad, a besarse con uno que otro chico, a sentirse bonito y a coquetear. Y a pesar de ser un chiquillo siempre sintió esa atracción hacia los hombres mayores que él, sobre todo si le daban atención. Taek fue uno de ellos, amigo de la familia, soltero, bien posicionado y socio inversionista en la empresa de su padre.

Ahora reconoce que era demasiado inocente como para dejarse arrastrar hasta esa situación.

La noche que escapó de casa todavía ronda sus pensamientos de vez en cuando. Y puede verlo todo tan claro, desde la habitación de hotel que pagó con ayuda de Taek, el clima de la mañana nublada cuando tomó sus maletas y el tren hacia Daegu, donde, en planes iniciales, solamente viviría un tiempo escondido de su familia hasta que estos razonaran y lo dejaran continuar en la universidad, que olvidaran esa estupidez de intentar comprometerlo a salir y quizá desposar al hijo menor de uno de los socios de la empresa, pero no fue así.

Yoongi cayó en cuenta de que no lo buscarían cuando pasaron tres meses y sus ahorros se fueron, el dinero que robó se fue y tenía que pedir ayuda. No había nadie más.

Nadie.

Y todo sigue ahí, muy profundo.

"Vamos muñeco, relájate"

Si cierra los ojos con fuerza aún puede recordar el dolor de su primera vez, el dolor físico y emocional, porque no fue lo que alguna vez se imaginó lo que sería y porque el hombre que prometió que lo cuidaría no lo hizo.

"Duele"

"Si te relajas dejara de doler"

El aliento sobre sus mejillas, las manos grandes abriendo sus muslos y el dolor, dolor. También se puede recordar a sí mismo llorando bajo el flujo de agua caliente de la ducha, con rastros de sangre correr entre sus piernas pálidas llenas de moretones.

GUILTY -[KSJ&MYG]-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora