GUILTY -[KSJ&MYG]-

XXVII

"Deja que esto sea nuestra lección de amor, deja que esta sea la manera en que nos recordemos"

All I ask - Adele

Las luces parpadeaban en varios colores, o al menos eso era lo que Yoongi percibía.

El olor a limpió le invadió los sentidos y supo dónde se encontraba incluso antes de abrir los ojos. Otra vez.

En un hospital y conectado a máquinas, justo como la vez anterior. Pero con más dolor físico, es decir; esta vez su cuerpo se sentía más resentido.

Y aún así, significaba un mayor dolor saber que despertó. Que de nuevo tiene que volver a comenzar.

Que la muerte lo había vuelto a ignorar aunque esta vez la llamase con mayor fuerza. Con actos contundentes y con todo, ella había hecho ojos ciegos.

Intentó mover las manos pero le fue imposible, una mascarilla de oxígeno le cubría la mayor parte de la cara y lo único que sus débiles ojos captaban cuando al fin pudo abrirlos, fue la imagen en blanco del techo y las paredes.

El sonido de las palpitaciones de su propio ritmo cardíaco a través de una máquina se le punzó en los oídos, un chillido tan desquiciante que se alteró con violencia al sentirse desesperado.

La imagen de una persona cerca suyo le trajo de vuelta a donde estaba, donde no quería estar y no podía determinar si era un hombre o una mujer quién le llamaba, pero regulaba algo que quizá fuesen medicamentos a la vez que monitoreaba sus signos vitales, lo llamaba por su nombre y aunque Yoongi no hablase, le seguía con sus pequeños ojos nublados hasta que algo pesado le hizo volver a cerrarlos.

La siguiente vez que abrió los ojos miró todo más claro y esta vez no estaba ese sonido irritante cerca, tampoco pudo mover ninguna parte de su cuerpo pero se mantuvo así hasta que alguien entró a su campo de visión. Una chica que le miraba preocupada y le repetía su nombre con calma una y otra vez.

Hasta que asintió despacio, dando a entender que la escuchaba, pues hacer salir su voz le resultó imposible.

Ella sonrió conforme y salió del lugar no sin antes monitorear algo en una de las máquinas cercanas a la camilla.

Y esta vez, Yoongi luchó por mantenerse despierto más tiempo.

Aunque no lo logró, se quedó dormido una vez más. Pero no por mucho tiempo porque su nombre fue vuelto a decir una y otra vez, una y otra vez, aunque ahora por una voz masculina que no reconocía para nada.

Varias personas se acumularon a su alrededor y lo único que él sintió fue que el oxígeno que desprendía la máquina no era suficiente, que quería desaparecer y la desesperación se hizo tan palpable que no volvió a saber nada más de sí mismo hasta la próxima vez que despertó.