Solo había pasado un mes...solo un mes donde conoció lo que era la felicidad, solo un mes donde todo pareció que por fin dejaria su vida de miserias...pero todo cambio en tan solo una noche hace tres dias y ahora no sabía qué hacer, solo estaba en shock, estaba temerosa pero más que nada estaba...enojada.
–!MALDICION!– un fuerte grito se escuchó en el aire, toda la casa se quedó en silencio cuando la pared fue golpeada y termino agrietada, solo podía sentirse molesta, irracional pero sobre todo, deseosa de venganza.
–!YAMATO, CALMA TÉ!–el grito de un hombre se presentó de igual manera, pero el suyo era más de autoridad que otra cosa, aún que se escuchaba un leve miedo que lo acompaña.
–!NO, NO ERES NADIE PARA DECIRME QUE ME CALME, ESTAMOS EN EL MISMO MUNDO SABO? LUFFY DESAPARECIO Y NO SABEMOS NADA–estaba furiosa, triste, angustiada, desesperada, temerosa, todo dentro de ella recorriendo todo su cuerpo como si fuera su misma sangre.
–!pero enojarte no arreglará nada, no te ayudará en nada, solo por favor, cálmate, inténtalo!– la intención de calmar la situación era algo casi imposible en este momento, él estaba tan asustado como ella pero sabía que no podía forzarla a luchar contra algo que ella misma no podía controlar.
–!ME CALMARE CUANDO YO QUIE– sus palabras fueron interrumpidas cuando el hombre rubio le coloco delante de ella su objeto más preciado, su peluche, su primer regalo.
Con manos temblorosas la chica agarro al gato afelpado y lo abrazó contra su pecho mientras una oleada de lágrimas se empezaron a manifestar.
–sabo...snif lo extraño, que pasa si no regresa...que pasa si regreso a ser un snif a...a...!a ser un monstruo!–rompiendo en llanto la chica empezó a soltar todo su miedo en forma de lágrimas cada una cargada con un peso de dolor en ella mientras sus piernas sucumbieron al peso cayendo de rodillas sin poder controlarse
–...Yamato–fue lo único que pudo pronunciar aquel chico rubio mirando como aquella mujer, conocida por ser alguien que solo expresa molestia, irritación, odio, y nunca mostraba alguna otra emoción fuera del espectro del enojo, estaba sucumbiendo ante la desesperación y el miedo.
En estas situaciones, normalmente el sería el encargado de ayudar a cualquier otra persona pero...como rayos de calma una oni? O mejor dicho, como logra calmar a alguien que tiene un requisito específico como Yamato? Sabo se lamentó por no poder ayudar, pero en esta situación solo había una persona que podía ayudar y ese era luffy, en donde sea que esté espera y este bien.
En otro lugar.
–a sí que, esta es la supuesta persona de Yamato?–diria una mujer oni mientras tenía una copa de vino en su mano, mirando a su actual rehén que...parece muy calmado para esta situación.
–conoces a Yamato? Eres su amiga?– pregunto el chico de cabello negro mientras miraba a las personas frente de el siendo ignorante de toda su situación.
–no, yo diría que me odia, y mucho–diria la mujer con naturalidad, no era estúpida y sabía lo mucho que hija la odiaba pero eso no le impedirá convertirla en un arma.
–por que te odia? Ella es muy buena y me agrada– el chico dijo muy contento de recordar a Yamato, se la pasa genia junto con ella.
–...buena? Yamato, buena? Jajajaja, que clase de chiste es ese, yo le di la vida a Yamato para que sea un arma, la verdadera fuerza de los Onís, no una chica buena– diría la mujer con una sonrisa burlona, su hija, la que desde niña a sido un monstruo, buena? Ja, que gran chiste.
–le diste la vida a Yamato? Eres su mamá?–
–oh, al parecer no eres tan tonto como tú cara lo aparenta, soy shuko, es un gusto conocerte, monkey D luffy–
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lo unico que me clama
RandomYamato,el nombre de una chica hermosa pero con problemas de ira,nunca encontro como calmarse pero un dia que tubo que hacer un proyecto con uno de sus compañeros,conocio a alguien que puede calmar su enojo