23 - Viaje y destino

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¿Prestas atención y te lamentas de cada obstáculo que encuentras en el camino, o lo único que importa es llegar a tu destino?

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La gente de la calle se apartaba para dejarle de lado mientras se dirigía a su destino. Los susurros y las miradas furtivas le seguían como su propia sombra, y aunque no podía oír explícitamente lo que se decía (aunque tenía varias conjeturas), tampoco le importaba demasiado.

Uchiha Sasuke sólo se centraba en el camino que tenía por delante y en el destino al final, no en las distracciones que jalonaban el camino, y ese destino se llamaba Uchiha Itachi.

Por desgracia, aún parecía estar muy lejos de alcanzar a su hermano, y tras años de entrenamiento para superarle, ese conocimiento le irritaba. No ayudaba que Naruto, el mismo Naruto incompetente que se había visto obligado a soportar durante meses, le hubiera vencido en una pelea. Aquella derrota hizo que su objetivo pareciera aún más lejano.

Al principio se había enfadado al despertar de la inconsciencia a la que le habían sometido, y con razón. Que su antiguo compañero de equipo, el payaso de la clase, se las hubiera arreglado para superarle en combate -sin importar que no pudiera utilizar el Chidori u otros ataques debilitadores para ir a por la muerte- era más que irritante. Demostró que Sasuke no había entrenado lo suficiente en los años transcurridos desde que Kakashi le había tomado bajo su protección, y eso sólo le hizo desear redoblar sus esfuerzos y romper todos los límites que el Jōnin de pelo plateado había intentado imponerle.

Pero mientras pensaba en ello -fumaba, si era sincero-, había llegado a la conclusión de que su derrota a manos de Naruto tenía un lado positivo. Por un lado, el rubio luchaba de forma poco convencional, con venenos y artimañas como principales bazas, en lugar del taijutsu o el ninjutsu llamativo que constituían el arsenal principal de otros shinobi (e incluso de Sasuke). Por todo lo que había estudiado en el dossier de Itachi, así como por su propia experiencia personal, sabía que su hermano luchaba de forma similar. Quizá no con venenos, pero el genjutsu era una habilidad igual de sutil y peligrosa, y entre el Sharingan y su aguda mente, Itachi era un maestro artesano. Aunque Itachi y Naruto no tuvieran un estilo de lucha exactamente comparable, la derrota de Sasuke a manos de su antiguo compañero de equipo también le había enseñado que no podía predecirlo todo, además de reforzar el mantra de Kakashi de mirar por debajo.

La otra buena noticia era mucho más sencilla: las mejoras de Naruto eran tan impresionantes que Sasuke sabía que algún día podría superar a su hermano. Si el que había sido el último de su clase podía mejorar lo suficiente como para derrotar al mejor novato, eso significaba que el Uchiha aún tenía mucho margen para mejorar y, finalmente, vengarse de su clan. Tal vez tardaría más de lo esperado, y su impaciencia podría vencerle durante ese tiempo, pero aún había esperanza para el futuro.

Por el momento, eso era suficiente.

Era una lástima que Naruto hubiera muerto. Sasuke había supervisado desde lejos el grabado del nombre del rubio en la Piedra Conmemorativa, sin querer interrumpir el duelo de los pocos amigos que habían acudido a presentar sus respetos. Aunque no habían estado ni siquiera cerca, le habría gustado tener la oportunidad de volver a enfrentarse al Uzumaki en el futuro y utilizarlo como vara de medir para prepararse para Itachi.

Controló la sonrisa divertida que se había abierto paso en sus labios ante la ironía del cambio de papeles -él buscando al rubio en lugar de cómo se habían comportado en su juventud- mientras entraba en el despacho del Hokage, presentándose ante el líder de la aldea con su estoicismo habitual. Kakashi, Gai y Neji permanecían de pie en diversos lugares de la sala; Sasuke meditó en privado que aquello para lo que le habían convocado debía de ser grave para que su maestro hubiera llegado a tiempo. "Hokage-sama".

Naruto - Abogado del Diablo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora