Capitulo 5

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TIME




En tic toc, tic toc de un reloj lo despertó, era el sonido como un canto que te llama a lo lejos y te cautiva como el flautista de Hamelin. Recordó aquel cuento que leyó de niño muchas veces, era un tic toc, repetitivo que lo arrastró lentamente hasta su conciencia. Cuando se despertó su primera sensación fue dolor, e intentó volver a dormir, dio varias vueltas en su cama tratando de acomodarse pero era imposible. Así permaneció casi hasta el amanecer y cuando por fin sus párpados empezaban a pesar por el cansancio ese sonido nuevamente se hizo presente. Quiso taparse los oídos para tratar de ignorar el sonido. Molesto decidió pararse y tomar un baño, era mejor bajar a desayunar muy temprano antes de que empezaran a servir el brunch en el hotel.

Eran las seis de la mañana entró al gran comedor del majestuoso hotel Palm Beach y vio a gente ya trabajando para tener todo listo. Se sentó en la barra del bar y uno de los mozos lo saludó.

—Buenos días señor Lagan.

—Qué tal Ben —respondió con un tono de voz cansado.

—Quiere que pida en la cocina le preparen algo.

—Si estaría bien, pero sabes que antes necesito un whiskey.

—Que sean dos —escuchó una voz a sus espaldas y volteó—. ¿Qué haces aquí Terry? y tan temprano aún no está abierto el comedor.

—Lo sé, es solo que no pude dormir, quise venir a ordenar un té, pero creo que ese whiskey tal vez haga efecto y lejos de despertarme me de sueño.

—Ya veo. Siéntate —lo invitó. Terry tomó asiento al lado de Neal en el bar, y se animó a preguntar:

—¿Todos los días estás aquí a esta hora trabajando?

—No, en realidad sólo supervisó todo el hotel y llevó su administración, el desayuno es a las ocho de la mañana, pero es que no pude dormir.

—Yo sé lo que es eso, aunque llegara de las funciones de teatro agotado el insomnio me mata, después de un tiempo descubrí que era preocupación, ¿estás bien? —se animó a preguntar—. Sé que tú y yo tenemos una larga historia de diferencias en el Colegio San Pablo, pero claramente ya no somos esos chiquillos y ayer te veías muy alterado.

Neil se quedó pensando en los tiempos del colegio y recordó lo estupido que fue en su manera de comportarse con Candy, jugándole crueles bromas y tal vez era hora de que la vida le cobrara lo hecho; bien había escuchado muchas veces  "Lo que siembras eso cosecharás"

—Tal vez todo lo que me pasa, me lo merezco y si vas a reclamar algo por lo que le hice a Candy, créeme hace tiempo le pedí disculpas por el daño que le causé y después por querer obligarla a casarse conmigo.

—¡Que! Tu eras el supuesto prometido de Candy de aquella noticia hace cuatro años. —mencionó muy sorprendido. —Sintió celos al imaginar que Neil y Candy.

—No tienes ni que pensarlo —declaró Neil al ver su ceño fruncido—. Entre ella y yo no pasó absolutamente nada, fui yo el tonto que se ilusionó cuando me salvo de aquellos delincuentes.

—¡Te salvo!

El mozo trajo el desayuno para ambos al igual que dos whiskey. —Me tomé el atrevimiento de traer a su amigo el desayuno.

—Gracias  —le dijo Terry—. Pero como que te salvo —preguntó a Neil.

—Te contaré la historia, ella estaba trabajando  en el hospital Santa Juana de Chicago un día pasaba por ahí y unos maleantes quisieron asaltarme y de la nada salió Candy trepada en un poste de Luz y les dio una paliza, yo por supuesto me quede como idiota al verla salir como un mono volador.

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