Capítulo 17

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Wonwoo y Mingyu hacían de todo cuando estaban juntos; desde ver películas, pasando por leer a la par, hasta simplemente proporcionarse caricias mientras no hacían o decían nada más que darse amor en esos pequeños gestos.

Sus tardes fuera de los horarios de prácticas eran así, tranquilas y casuales, mucho más ahora que tenían mucho tiempo libre al no encontrarse requeridos en las instalaciones de entrenamiento. Siempre sí, había sido una excelente idea quitarse ese peso de encima con tanta presión y cero tiempo para ellos.

Mingyu fue el primero en notar que, a través de la ventana del departamento de Wonwoo, la noche había caído.

—Ya es tarde, debo irme —le dice calmadamente sin dejar de acariciar su cabello.

El contrario, quien se hallaba con su cabeza sobre el pecho del más alto, se incorporó para verlo de frente.

Al encontrarse con los ojos de su pareja, le sonríe.

—O podrías seguir abrazándome y quedarte.

Mingyu le sonríe de vuelta y le planta un beso en la frente, incorporando su cuerpo hacia arriba para sentarse por completo, sin perder en ningún momento la vista de sus ojos del mayor.

—Me he quedado dos días aquí, ni siquiera he ido a mi casa a ver si mis plantas siguen con vida.

—Y a cambiarte de ropa, esta ya está muy usada —señala con la cabeza su playera arrugada.

—¿Usada? —alza una ceja divertida— permanece más tiempo en otra parte, menos en mí.

Mingyu sonríe por el comentario. Después de un rato de intimidad, ninguno apetecía poner las cosas en su lugar, mucho menos la ropa de la que se despojaban tiempo antes de ello.

Admirarse era un lujo que tenían mutuamente.

Divertido, Wonwoo le rodea para esconderse de nuevo en su cuello y no dejarlo ir, al menos por un rato más.

—Deberías empezar a traer tus cosas —susurra.

—Debería mudarme aquí.

—Abogo por esa idea, necesito un cocinero oficial que me regale besos cada que lo molesto al cortar los vegetales.

Wonwoo ríe por el comentario. Los dos nadadores complementaban sus habilidades, pero también fortalecían sus debilidades y se ayudaban de sobre manera, una de las tantas razones por las que su relación había perdurado ya mucho tiempo.

Wonwoo alzó su cabeza para recibir un beso del castaño, uno sin prisa, sin otras intenciones, solo cargado de mucho amor y cariño.

—Hm, decidido. Me mudaré aquí —dice Mingyu entre el beso.

—Me encantaría, pero este departamento es demasiado diminuto...

—Entonces deberíamos empezar a buscar un lugar más amplio, el mío tampoco es tan agradable para dos personas.

—En especial con esos vecinos tuyos...

—Lo sé —ríe y se aleja un poco más para ver mejor todo su rostro antes de continuar—. Conozco a alguien que podría enseñarnos algunos pisos cerca del centro, agendare una cita con él en...

—Espera, espera... ¿hablas enserio?

Mingyu le observa recomponerse en el sillón y mirarlo como si no creyera en sus palabras. Esperaba esa reacción, así que le imita y se acomoda mejor.

—Muy en serio —dice.

Era la primera vez que hablaban sobre algo tan serio como vivir en el mismo departamento. Si la idea había cruzado por sus cabezas en algún momento ninguno iba a decir nada, no eran una pareja que fantaseara con su futuro ni tratará de forzar las cosas, simplemente se disfrutaban y dejaban ser su relación como fuese que avanzara.

Nada Pasa Debajo del Agua | SVTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora