ENOUGH FOR YOU [Jacob Black• Crepusculo]

-°•'★ＣＡＰＩＴＵＬＯ １１！°•'★-

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—¿LYN? —PREGUNTÓ el muchacho con cierto tono de extrañeza.

—Hey, se que ha pasado un tiempo, pero necesitaba despejarse y tu parecías el único que tenía posibilidades de hacerme caso, —Quizás aquella había sido una frase poco egoísta, ya que habla recibido bastante atención aquellos últimos días, pero solo por la situación su madre.

—Ya sabes que cuentas conmigo para lo que sea. —Aseguró. —¿Te paso a buscar?

Mari y Embry acordaron encontrarse en la cafetería de Forks, desde allí seguramente caminarían hasta la reserva. Mari caminó sin prisa pero con, por primera vez en mucho tiempo, ilusión. Abrió su teléfono buscando una canción en su playlist.

“Smells Like Teen Spirit —Nirvana.” Sonaba a través de sus auriculares. For un momento todos se sintió como si nada hubiera cambiado, como cuando caminaba hasta el hospital con ilusión de ver a su madre, como cuando se encontraba con Jacob casi todas las semanas, cuando se reunía con cualquiera o todos los Cullen, básicamente antes de que Bella llegara.

Recordó su conversación con Emily, haciéndose una nota mental de disculparse con ella, ¿Realmente le echaba la culpa a su hermana o solo era su mente jugando con ella? Quizás si, por entrometida y celosa, o quizás la culpa era de Edward por no saber poner límites con su hermana mayor. O simplemente intentaba buscar a quien culpar cuando realmente la culpa era de ella.

Por involucrarse de más en el mundo sobrenatural, así no hubiera despertado sus poderes o hubiera explotado sin hacer daño a nadie, por imaginar cosas que no eran sobre su relación con Jacob, así no hubiera roto su propio corazón, por insistir en ser parte de la comunidad Quileute habiendo vivido más tiempo en cualquier parte de forks que en la reserva, así..

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una mano tocando su hombro, Mari soltó un ligero grito y se llevó la mano al pecho para girarse a mirar a Embry, se quitó los auriculares y golpeó su brazo. —¡Maldito imbécil, me has asustado! 

Embry rió antes de rodear la cintura de Mari, le levantó del suelo empezando a dar vueltas, la castaña no pudo evitar reír ante esto. El chico la dejó en el suelo y se dieron un abrazo en condiciones, —Cuéntame, ¿Cómo has estado?, Me enteré de lo que pasó con tu madre.

Mari negó,—no te he pedido que nos veamos para que hablemos de lo que necesito despejarme. 

Embry asintió. —Entonces vamos a pasarla bien, ¿Okey?