Los minutos parecen horas mientras estoy en el despacho con papá, a pesar del lazo sanguíneo, estoy conciente de que Edward Connelly es un hombre imponente, aterrador, arrogante, incluso soberbio, inteligente, encantador cuando quiere, es observador y calculador, me siento pequeña ante su escrutinio, sentada delante de él, su mirada fija ante la mía nerviosa.
Hace unos diez minutos estaba hundiendome en la miseria de mi triste corazón llorando en mi habitación sin molestar a nadie, ¿que paso? Llegó papá a decirme que bajara a desayunar y me encontró así, ahora estamos acá mientras me interroga para saber que me pasa.
- solo quería llorar, no era nada -que patética respuesta.
- los humanos no lloran solo por nada.
- oh, bueno yo si, soy un humano diferente.
- eso lo tengo claro -se que eso no es un insulto, él me entiende.
Entonces dejo salir un poco de verdad, un poco sobre lo que incluso me oculto y me niego a mi misma, pero vamos, es Edward Connelly, mi héroe, mi villano, mi amigo, es papá, puedo ser un poco yo mientras está él.
- yo simplemente no puedo olvidar, se que han pasado años, se que ya no vive pero fue muy... fuerte y eh, yo en realidad quiero dejar eso atrás pero a veces vuelvo a recaer y... -no es necesario decir nombres para saber que me refiero a Harry y a todo lo que me hizo.
- es entendible.
- no, yo debería olvidar, debería ser fuerte, debería ser como tú -las palabras las dije en un tono bajo, pero en el silencio del lugar se escucharon fuerte y claro.
- pero yo no quiero que seas como yo, nunca podrías serlo -lo veo indignada.
- vaya, gracias.
- no Ava, no puedes ser como yo, porque serás mejor, no solo en el ámbito profesional, sino en el personal.
- ¿Cómo puedes decir eso? ¿Yo mejor que Edward Connelly? -resoplo.
- lo serás Ava, lo sé, lo supe desde el día que te encontré ahí.
- debiste dejarme abandonada.
- no digas idioteces.
- nunca seré la misma, y yo anhelo volver a serlo.
- anhelas algo malo, la Ava que se llevo era inmadura, insolente para tu propio bien y...
- pero era una niña de trece años sumamente feliz.
- no interrumpas a la gente cuando habla-sonrio ante su regaño, él continúa-. Se que eras más feliz que ahora, eras apenas una pre adolecente, aún una niña para mí, la mayoría es feliz a esa edad, pero la Ava que volvió era más fuerte, menos accesible, más controlada, no fueron las formas correctas de cambiar, quisiera que tuvieras la felicidad y el brillo de antes, pero sigue ahí Ava, has logrado grandes cosas, eres inteligente, capaz, tienes grandes aspiraciones, unos amigos y una vida social apta para una joven de tu edad, y sobre todo, sigues aquí, ¿sabes que fue lo que me... aterró cuando te encontramos?
- ¿Que tu hija ya no era de su color de piel habitual sino un monstruo morado por los golpes? -intento bromear pero frunce los labios.
- no estabas completamente de ese color, y eso también me disgusto, eso y todo lo demás, pero la razón más grande fue que no escapaste Ava.
- no tenía forma de hacerlo-miento.
- la tenías, la puerta estaba abierta y no había nadie más, mi pequeña y valiente Ava habría huido incluso sin saber dónde estaba, pero no lo hiciste.
- tuve mis razones.
- nunca has querido compartirlas con nadie.
- y espero nunca hacerlo.
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Dinastía
RomansAva Connelly es la chica que muchas quisieran ser, su padre, Edward Connelly es el propietario de una gran industria empresarial, su madre, Mónica Harris, es una famosa chef con una cadena de restaurantes impresionantes. Ava, con 17 años, empieza a...