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Quizás esté haciendo el mismísimo contrato con el diablo, pero ya me da igual, mi vida fue tan jodida que ya no me importa como acabe, ya da igual como acabe mi cuerpo o mi alma, ahora, la oportunidad que tengo de vengar a mi clan está en frente de mis ojos, y no pienso dejarlo pasar por nada del mundo.
Después de aquel momento me permitieron poder salir del establecimiento de candidatos a fatuis, por lo que por fin pude irme de ese maldito sitio e ir a visitar a mi hogar de nuevo, tengo que por lo menos ver como está el gato, que es lo que más me preocupa a decir verdad.
Dejando de lado eso, me preparé, agarré todas mis pertenencias que estaban ordenadas en mi habitación, había traído lo suficiente e incluso sobraba lo que llevaba, pero nunca sobra algún libro por si me agarra insomnio, ¿no?
Guardé y empaqueté todo en una pequeña maleta marrón de cuero que había traído de una tienda de Inazuma hace muchos años antes de que venga a Liyue para vivir temporalmente.
La maleta estaba decorada con algunas perlas de decoración que estaban colgadas en la parte del cierre del maletín, lo que más me gustaba de este maletín era que aparte de ser cómodo de llevar era práctico.
Al acabar de guardar todos los objetos que me pertenecían suspiré un poco del cansancio, llevaba 1 semana muy larga y aunque haya pasado muy rápido sigo teniendo en cuenta el trato que hice con el sexto heraldo.
No me debo de fiar mucho de él, por lo tanto debo mantener el perfil bajo por más que llame la atención.
Ya saliendo del establecimiento me dirigí hacia la puerta de salida, algunos me miraban cosa que me incomodaba tener que ser el ojo de atención, era muy sofocante y lo notaba hasta por las espaldas.
Tragué duro e intenté mantener mi rostro con cara de poker como siempre, pero el simple hecho de ser observada por mucha gente ya me pone de los nervios.
Los fatuis me hacen como una referencia de respeto y abren la puerta de éxito, me sorprendió que lo hayan hecho porqué ni siquiera era superior a ellos.
Saliendo del lugar de repente siento como la fuerte luz del sol me da en toda la cara, por lo que cierro los ojos abruptamente.
- joder.. No veo la hora de irme de Liyue, en serio.. - susurro con desesperanza, anhelaba volver a Inazuma.
