Forced To Love Him

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—Se hace tarde y es mejor que me vaya.

Se despidió de todos, que aun se encontraban en el comedor. Definitivamente llamaría a Mina para disculparse por haberla dejado sola y no llevarla a casa cuando fue ella quien la trajo.

—Roseanne, sobre el hecho de que te vayas, ¿no crees que afectara la hermosa relación entre mi hijo y tu? Digo, puedes seguir trabajando en el restaurante y todo estaría perfecto.

—Señora, con mucho respeto, le pido que no intervenga en mis decisiones. Lo siento si sonó irrespetuoso de mi parte.

—¡Roseanne Park!

—Como dije —forzó una débil sonrisa— lo mejor es que me vaya.

Con eso decidió dejar la propiedad. ¿Porqué no entendían que era lo suficientemente grande como para tomar sus decisiones?

Encendió el motor del auto y se perdió entre las calles de los suburbios hasta el centro de la ciudad. Al ingresar a su departamento, fue directamente a su habitación y tiro sus pertenencias en su cama antes de dirigirse a la ducha.

Las gotas de agua le ayudaron a relajar su cuerpo y mente. Sabia el porque de sus reacciones. Aunque eso no la detendría, cuando se despierte en la mañana, buscará reservar un vuelo y encontrar un cómodo departamento en Seúl.

Después del baño, vistió su conjunto de pijama y se seco el cabello.

Antes de acostarse, se acercó a la camita tamaño mediana al lado de la cama—Hola, pequeñín —saludó a al pequeño cachorro de color blanco y café claro que se encontraba acostado.

Lo había adoptado hace un tiempo ya, cuando lo encontró sin hogar en una de sus salidas con Mina.

—¡Mina! —recordó antes de tomar su teléfono.

Como era casi media noche y por temor a no despertarla por si se encontraba durmiendo, decidió mandarle un mensaje para encontrase mañana en la cafetería la cual frecuentan desde sus tiempos de universidad.

Se durmió en su espaciosa y cómoda cama, perdiéndose en su profundo sueño.

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Seul, Corea del Sur

—¿En donde esta ese muchacho que tarda tanto en llegar? —preguntó el hombre que se encontraba sentado en una de las habitaciones privadas del restaurante. Junto a él se encontraba su esposa e hijos menores.

—Seguramente surgió algún inconveniente, o fue el trafico de la tarde —señaló razonablemente su esposa.

—O simplemente no quiere venir porque sabe que lo interrogaran, molestaran, y abrumaran con las mismas preguntas de siempre —encogiéndose de hombros dijo el chico de brackets.

Quien recibió un pellizco departe de su hermana no tan mayor que él.

—No hables que después se enojaran con nosotros —susurró.

Su padre que estaba por hablar, se quedó con la palabra en la boca ya que fue la señora Park quien tomo la palabra.

—¿Qué nuestras preguntas son molestas? Seungmin, niño, tú... Solo queremos lo mejor para tu hermano. Pero, ¿qué hace? No se presenta a la cita ciega o simplemente dice que no le interesa la chica.

—¿Y que quieres que haga? Simplemente no me interesan —resonó una voz seguida de un hombre joven y guapo que entraba por la habitación.

—¡Park Jimin, tu... ¿como te atreves a decirle esas cosas esa chica?!

—Solo dije la verdad —se encogió de hombros al momento en que se sentaba en el otro extremo de la mesa frente a su padre—. No me interesan sus antecedentes familiares, y tampoco me llaman la atención.

Después de pequeña conversación, la habitación queda en silencio, mientras sus padres lo miran como si hubiera dicho algo que tiene prohibido.

Mientras esperan a que la comida esté preparada, y la sirvan, Jihyo, quien había dicho que no debían hablar, rompió el silencio.

—Bueno, quería aprovechar este "maravilloso" momento —comenzó sarcásticamente—, para contarles que hemos decidido inscribirnos para la competencia de porristas que están organizando las escuelas.

Logrando su cometido de desviar la atención de su hermano mayor, su madre centra su atención en ella—¿De verdad? ¿Cuando comenzaran? ¿Necesitan un entrenador? Puedo conseguir que la mejor entrenadora de porristas sea quien los entrene.

—Sí, comenzaran las practicas dentro de dos semanas, y no, no necesitaremos un entrenador experimentado. Eso debido a que no está permitido, solo puede ser la entrenadora de la escuela y no externos.

Mientras los meseros ponían la mesa con diferentes platillos, fue turno del mayor de la habitación para hablar.

—Si es así, entonces buena suerte, solo dinos los horarios de las competiciones para ir a apoyarte.

—Por supuesto —asintió sonriente levantando el pulgar.

—De todas formas, Jimin, ¿en verdad no has pensado en conocer a una linda chica y formar una familia?

—Madre, no quiero hablar de eso.

—Eres un adulto, ah —suspiró con la mano en la frente y exclamó exageradamente— !creo que voy a morir sin siquiera conocer a mis nietos, mas aun, sin siquiera conocer a mi futura nuera y verte casado!

—Hierba mala nunca muere —declaró Seugmin.

Ganado risas departe de sus hermanos y su padre, pero una mirada indignada por parte de su madre.

—¡Park Seungmin, ¿osas a ofender a ti propia madre?! —preguntó con una mano en el pecho dramáticamente— entonces supongo que no te importaría no ir al próximo partido de beisbol...

Escuchando eso, el menor abrió los ojos en estado de shock y bajo sus utensilios—Mamá, eso... —se volteo en dirección a su hermano mayor— Hyung, deberías hacerle caso a nuestra madre. Debes salir a citas y quien sabe, quizá encuentres a la mujer perfecta para ti.

Al escuchar esto, Jimin simplemente lo miro sin emociones.

Increíblemente, su hermano lo traicionó. Por un ¡partido de beisbol!

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