¿Qué pasó? ¿Qué hice? ¿Por qué lo hice?, soy una tonta. Después del beso salí rápidamente de esa fiesta, no pudiera verlo de nuevo, estoy caminando sola y todo a mi alrededor se ve solitario, no puedo negar que me da un poco de miedo, pero mis pensamientos ahora mismo no están enfocados en eso, si no en el beso con Stefan. No fue la primera vez, pero si donde yo quería y anhelaba volver a besarlo.Soy una mujer que admite las cosas y si, si besa bien, si es guapo, pero es una mierda como persona. Al menos eso me ha demostrado hasta ahora y eso me irrita y me da mucho, pero mucho coraje.
-Pero mira Ronald a quien tenemos por aquí.- de un rato a otro dos hombres me tienen acorralada y no se que hacer.
-¿Quieren mis cosas?- digo nerviosa.
Sabia que salir sola por estas calles era un peligro y aún así lo hice, a mi me pasan las cosas por estúpida y confiada.
Un hombre alto y con un tatuaje en la frente me mira de arriba para abajo, como si quisiera comerme con la mirada. El otro tiene un poco más de estatura que el primero y se pone detrás mío.
El primer hombre se va acercando a mi, hasta quedar cara a cara. Tengo que reaccionar rápido, así que aprovecho y le doy una patada en sus partes íntimas. Intento correr pero el que estaba detrás mío me agarra muy fuertemente del pelo y me tira al suelo.
-Con que saliste brava perra.- me da una cachetada que me duele hasta el alma.
El hombre al que le di una patada, me coge del pelo y hace que lo mire fijamente.
-A mi nadie me hace lo que me hiciste tú.- me da una sonrisa malvada.- Y ahora lo vas a pagar.
Me agarra de la cintura y me sube hasta su hombro, comienzo a patalear y gritar desesperada al no poder hacer nada. Estoy aterrada y comienzo a llorar de la ansiedad que estoy sintiendo, veo como nos acercamos a un lugar apartado de la carretera, con un olor horrible.
Todo pasa muy rápido y ese hombre me tira como una funda de basura al suelo. Caigo arriba de una piedras y mi espalda recibe peor el golpe. Me retuerzo en el piso y me vuelve agarrar la cara para darme otra cachetada, no se que se hizo el otro hombre que lo acompañaba. Ahora solo le puedo rogar a Dios que me saque de esto.
-¡Ya déjame!.- lo trato de empujar y levantarme.- Maldito enfermo.
Me recuesta nuevamente y con su mano me agarra las manos y las pone encima de mi cabeza. Con la otra va bajando hasta mis pechos, comienzo a moverme para que no me toque, pero no logro nada. Me rompe la camisa y yo solo puedo llorar.
Antes de que me pudiera hacer algo escucho como alguien se acerca.
-Ronald, tienes que venir.- el otro hombre apareció como por arte de magia, pero el que me tiene acorralada no parece importarle.
-Estoy ocupado.- lo mira y se vuelve a girar.- Tranquila nena, no va a doler.
Cierro los ojos y siento que me hago chiquita. Solo puedo pensar en lo que va a pasar con mi vida. Como le voy a decir a mis padres que su hija va a estar sucia de por vida. Soy una mujer fuerte, pero quien no se va a debilitar por esto. Escucho mis sollozos y no abro los ojos.
-Es el príncipe.- escucho que le dice el hombre que entró y después de un rato no siento a nadie.
Abro los ojos y veo el espacio vacio, aprovecho a levantarme y salir. Pero el golpe me dejo adolorida, cojo fuerzas de donde sea y me levanto, miro hacia los lados buscando mi blusa, pero no está. Camino hacia la salida y veo que están hablando con alguien, no se si gritar y pedirle ayuda, pero quien me dice que no es otro de esos.
"El que no arriesga, no gana", y yo aunque sea lo tengo que intentar. Veo un tubo de fierro y voy por el. Me voy acercando lentamente y le doy un golpe fuerte al que intento violarme por la parte de atrás de su cabeza, cae con el primer golpe y el otro se gira rápidamente.
-¿Qué hiciste perra?.- se agacha a ver si su amigo está bien.
Yo estoy paralizada por saber si lo maté, eso no me debe de importar. Alzo la mirada y lo veo a él, a Stefan. Me mira confundido y no se por que, pero me lanzo a sus brazos.
Meto mi cabeza en su cuello y siento como vuelvo a vivir de nuevo.
-Sácame de aquí, por favor- le digo con las lágrimas corriendo por mis mejillas.
Se separa de mi y me agarra de la mano para que lo siga.
-¡Eres un hijo de puta!- le grita el hombre que está tirado en el suelo.
-¡Se acabó todo!- le grita Stefan enojado.
No se como llego hasta ahí, pero estoy agradecida de que haya llegado. Soy consiente de que no por mi, tal vez por asuntos personales. Pero no me dejo sola a mi suerte.
-Sube- me ordena llegando a su auto y obedezco rápidamente.
Me subo avergonzada por estar casi desnuda. Se sube y me da su abrigo, no quiero discutir así que lo acepto sin decir nada, y sin más nada conduce.
-Te puedo pedir un favor- me giro hacia el, y veo como tiene la mirada fija hacia al frente. Asiente lentamente con la cabeza y lo tomo como un si.
Me remuevo nerviosa por lo que le voy a pedir, pero no tengo otra.
-No me lleves a mi departamento.- quita la mirada del frente y me mira directamente a los ojos por unos segundos, agacho la cabeza por la tontería que acabo de decir.- Se que es raro, pero, no quiero que me vean así. Ese viejo casi me violaba. Me trato como una basura.
Me tapo la cara con las manos y comienzo a llorar, es muy espantoso pensar en eso, es lo peor que le pueden hacer a las mujeres. Y todo ¿por aué?, ¿porque la ven vulnerable?.
-¿Donde quieres que te lleve?- me seco las lágrimas y lo miro. Stefan es un chico muy duro y no es de los que saca a relucir sus sentimientos, pero sus ojos me transmiten confianza y seguridad.
-Solo se que no quiero estar sola.
-Que manera más romántica de pedirme que me quede contigo.- me regala una sonrisa llena de felicidad y complicidad.
-¿Nick Leister ahora?- sonrío y ruedo los ojos, ni en momentos serios se puede comportar.
-Prepárate para la mejor noche de tu vida- me da una última mirada y fija nuevamente su mirada al frente.
-Pues si que ha ido genial.- digo sarcásticamente por lo que me pasó hace unos minutos.
-Ya cállate que dañas todo.- nos miramos y sonreímos.
Tal vez sea la primera vez que conversamos como personas normales y no como animales. No se a donde me va a llevar pero confío en el. Se que llevamos muy poco tiempo conociéndonos, y que nuestra relación no es la de mejores amigos. Stefan no es un mal chico, a pesar de que le caigo cómo una mierda, no dudo en llevarme con el y eso hace que le tenga un poco de aprecio.
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Todo pasa por algo
RomanceSiempre dicen que todos tenemos un propósito en esta vida, y que las cosas que se presentan en esta nos hacen crecer, aprender y sobre todo a vivir más.