Las carreras

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Alana

Me miro al espejo por milésima vez, no estaba tan contenta con ir, pero eso no quiere que decir que tenga que ir fea. Voy vestida con una top negra con un short jean, una chaqueta y botas de tacón grueso, me veo bien la verdad.
Por el peinado opte por una cola alta y un maquillaje sencillo pero se hace notar.

-Alana ya deja de mirarte que estás linda, y ya vamos.- Maia está recostada en la puerta del cuarto.

Va vestida con un vestido de cuero corto, y unos tacones. Se la ve linda y muy sexy.

-Donde me pasa algo en esas carreritas, me llevas al cine con todo pagado por un mes.- salgo del cuarto dejándola ahí.

-La abeja reina salió.- Noah está avistado en el mueble, lo hemos hecho esperar cómo una hora, bueno yo.

-Ya vamos que mi novio me va a matar si no llego.

Ruedo los ojos y salimos por la puerta, después de unos minutos llegamos a las dichosas carreras.

Hay mucha gente aquí, bebiendo, bailando y peleándose. Me siento incómoda se ve que hay gente un poco peligrosa, pero aún así no pongo mi cara de asustada.

Se escucha a lo lejos una multitud, Maia me agarra del brazo y me lleva hacia allá. La gente grita como que si el mismito Dios vaya a bajar del cielo.

-A que no te imaginas quien va a correr ahora.- Maia se lleva una cerveza a la boca y yo la veo confundida.

-No me importa.

-Pues creo que eso si te va a importar.- se gira y me señala al chico que aparece en una moto.

Nunca más vuelvo a decir "el que podría pasar". Trágame tierra, pero trágame, vuelta se me apareció el Dios griego que invadió mi espacio personal. Carajo.

-Maia te lo juro que te voy a matar.- la miro con enojada.- ¿Por que no me dijiste que ese insecto iba a estar aquí?

Veo que se queda callada y la miro confundida. Me hace una seña con los ojos para que mire hacia atrás y me imagino que quiere que vea.

Me giro y lo encuentro en frente de mi.

-Pues este insecto no te dejo morir esa noche que no podías ni con tu vida.- Y ahí está, con su típica sonrisa perfecta y esos ojos preciosos.

Viene con una chaqueta de cuero negra que le hace combinación a sus zapatos y su cabello revuelto. Pero eso no lo hace ver mal, al contrario.

Alzo la cabeza para encontrarme con sus ojos. Me sobrepasa como por veinte centímetros de altura si es que no es más.

-Hola y chao.- le digo y me giro rápidamente para irme. Pero me agarra del brazo y me pega a su cuerpo. Su olor es tan delicioso que cierro los ojos.

-¿Quieres acompañarme en una carrera?.- abro los ojos de golpe, está mal de la cabeza si piensa que me voy a subir a una moto y todavía con el.

-¿Que droga consumes?.- le pregunto riéndome.

-No que muy valiente, pues ya veo que no es así.- me acerca más a su cara.

Me estoy poniendo nerviosa, creo que me va a dar un ataque de pánico.

Concéntrate Alana

-Una cosa es ser valiente y otra ser tonta para arriesgar la vida.

Me agarra el mentón y quedo a centímetros de su boca, siento su aliento y nuestras respiraciones se vuelven rápidas. Baja la mirada a mis labios y por un momento siento que me va a besar pero no.

-Si te subes a la moto conmigo y gano, hago lo que tú quieras, pero si te quedas aquí viendo cómo quedo en primer lugar, tú me das algo.- sonríe y se acerca a mi oído.- Lo que yo quiera Alana.

Mierda. Ya se lo que quiere y primero muerta antes de acostarme con el, lo miro fijamente y asiento como una niña pequeña. ¿Por que? No se, tal vez porque me gusta ser masoquista.

-¿Aceptas?.- me pregunta curioso.

-¿Eres ciego o que?, no viste que te dije que si con la cabeza.- Que bruto que es.

-Graciosa, bueno vamos.- se separa y me agarra de la muñeca para llevarme con el.

Maia se acerca rápidamente sorprendida.

-¿A donde vas?.- me pregunta.

-Pues no se, pero voy a estar bien.

Asiente y me deja ir, trato de buscar a Noah con la mirada pero no lo veo por ningún lado, donde se abra metido.

-En unos minutos empieza la carrera.- me suelta y se acerca a su moto.

-¿Por que me propusiste esto?.- le pregunto.

-Porque te crees muy valiente respondiendo y comportándote como una niña malcriada, entonces quería ver si eras así con toda situación o solo conmigo.- me rio negando con la cabeza.

-Pues para que veas que no soy ninguna cobarde.- me acerco y le apunto con un dedo el pecho.- Pero si me pasa algo, ten por seguro que mi alma te va a perseguir y atormentar toda la vida.

-Hasta tu alma la quieres tener pendiente de mi.- sonríe y se sube a la moto.- Gran detalle.

Enciende la moto y me hace una seña para que me suba.

Lo dudo un poco pero lo hago. Ahora no me puedo hacer para atrás, hice un trato y lo tengo que cumplir. Conduce hasta la línea de salida y veo como toda la gente se emociona y grita, van llegando los otros competidores supongo y veo como miran con odio a Stefan. Me está comenzando a dar mucho miedo, una persona con un odio profundo es capaz de hacer cualquier cosa, y yo no quiero pagar los errores de este hombre.

-Agárrate de mi cintura.- me pide alzándose la chaqueta.

-¿Que te digo?¿A la moda de tres metros sobre el cielo?.- le digo sonriendo, agarrandome de la parte de atrás de la moto.

-Ni siquiera se que es eso de tres metros sobre el cielo.- se gira y alza una ceja cuando ve que no me agarre de su cintura.

-¿Nunca te has visto esa película?.- no puede ser que no lo haya hecho. Es imposible.

-No pierdo tiempo en eso, y ya agárrate rápido que ya va a empezar.- por su tono de voz sospecho que está enojado, pero no le hago caso no es nadie para mandarme.

-Las películas no son una pérdida de tiempo, y ya mira al frente que no te voy a abrazar.- ruedo los ojos y giro mi cabeza hacia la gente que está a los lados.

Veo a Maia de lejos, está sonriéndome y alcanzado los pulgares, a de estar nerviosa y yo igual.

De pronto la gente hace silencio y veo como una chica alta se pone al frente de línea de salida. Supongo que es la que anuncia el inicio de la carrera. Les pregunta a los chicos si están listos y ellos asienten.

-Que empiece la carrera.- se escucha el disparo y las motos comienzan a correr.

Dios me proteja.

Todo pasa por algo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora