En el centro de las tinieblas, una pequeña luz ahuyentaba a la penumbra, su llameante existencia convocaba la calidez, al igual que las siluetas que remarcaba con su luminosidad. Geno, el esqueleto ya recurrente morador de dicha oscuridad yacía sentado en un suelo inexistente con un libro entre sus manos, contenía una silenciosa y relajada lectura a la luz de la vela, junto a él, la muerte recostada en la espalda ajena en un estado de, a juzgar por su postura, comodidad absoluta. Escuchando el teclear y el reflejar de la tenue luz proveniente de su teléfono, una atmósfera tan tranquila, tan casual, que si no actuaba en ése momento, no sería capaz de dar el paso. Incluso pudo divisar el velo que los separaba, de la verdad que ambos estaban buscando evadir.
-el tiempo se está acabando, Reaper.-
Su mirada se mantuvo en la hoja de celulosa frente a él en un punto muerto entre los negros dibujos hechos por la tinta.
Ambos sabían que ésa conversación llegaría, pero desde que su extraña relación había empezado se encargaron de ser totalmente ignorantes a ello. Era un hecho que a medida que el tiempo pasaba, que más cercanos se hacían, se encargaban de elaborar con sus propias manos un venenoso cóctel que en algún momento debían obligarse a beber.
De pronto, el sonido en el teléfono se detuvo, reaper había cesado el teclear de sus dedos. Enderezando la postura aún de espaldas a geno. El de bufanda roja jugó distraídamente con el dobladillo de la hoja entre sus manos, obligandose a continuar
–Consiguieron una forma de sacarme de aquí.–
los segundos pasaban sin respuesta alguna, nada más que el sonido del mover de los dedos de geno sobre el papel, sintió el cuerpo detrás suyo voltearse levemente, como si lo mirase de reojo, incapaz de devolver el gesto, no fué hasta que reaper notó la creciente incomodidad de su acompañante que atinó a responder. Sin moverse de su lugar, con un tono levemente alto, pertubadoramente tranquilo
– Éso es genial. Es increíble todo lo que debieron haber pasado para lograrlo.–
"Ah, Cállate imbécil ", éso era justo lo que Geno no quería escuchar, sabía que Reaper era estúpidamente amable y que no se tomaría mal la noticia, sin embargo deseaba muy en el fondo, en su lado más egoísta que intentara detenerle, ¿Qué podía hacer?, Había anhelado tanto salir de ahí que no podía echarse para atrás ahora, todo lo sacrificado y todo el esfuerzo realizado hasta ése momento. Que difícil era para él algo tan básico como borrar ése horrendo tono relajado sin rechazar al mismo tiempo su mayor deseo.
Porque estar con él y vivir una vida normal eran cosas que no podían existir juntas.
–sí, supongo... Aunque tal vez nos volvamos a ver, ya sabes, si es que de verdad termino, "cruzando del otro lado".–
Una risa amarga salió de la voz de Reaper, nerviosa en cierto punto, como si le asustara la verdad en sus palabras.
Vamos, no digas eso, yo realmente espero que puedas salir de aquí y que no nos... No nos volvamos a ver en mucho tiempo
Eran buenos deseos adornados de felicidad fingida, con un resabio de quebrado tono, encargado de delatar sin cuidado la mentira. El libro en su regazo aún servía de falsa distracción, pues todos sus sentidos estaban enfocados en el otro y en como reaccionaría después. Absolutamente incapaz de empujar la conversación a una despedida.
–¿Puedo pedir un último deseo?–
La afirmación no se hizo esperar, curioso por la naturaleza de la petición pero sin quererlo por otra, jamás se le hubiera ocurrido pedir algo, suspendido en una escena que desconocía el correr del tiempo.
–Déjame tocarte una última vez–
Tal vez así le gustaría, mantenerse con la felicidad del pronto partir de su cárcel de oscuridad, pero que ésa despedida, jamás llegara.
–no es momento para peticiones perversas.–
Quería sonar como siempre, como habitualmente era su relación aunque su voz no acompañó la habitualidad de sus palabras.
La mano de geno fué directamente sujeta por la ajena, entrelazando sus dedos, un suspiro dolido se escuchó, de origen desconocido pero de sentimiento compartido, todo se sentía tan vívido, el de la herida fue consciente de cada uno de los detalles de aquel último contacto, la presión de su espalda, el cosquilleo del plumaje en uno de sus brazos descubiertos, sus dedos acariciando sus falanges con tanta dulzura como siempre lo había hecho, un tacto que aunque no fuera frente a frente, tenía tantos sentimientos a flor de piel, Geno se vió incapacitado de hacer otra cosa, de decir otra cosa, más que sentir como su cuerpo temblaba.
Un "gracias" fué lo último que escuchó antes de que la presión bajo sus dedos se acabara, escuchó el silbar del arma, el portal siendo abierto, pero no fué capaz de darse la vuelta hasta que se cercioro que reaper ya no se encontraba en la zona de reset
Retomando el inquietante silencio del lugar, geno mantuvo la mirada en la eterna oscuridad soltando un largo suspiro, su mente, en blanco desde el momento en que su ex amante desapareció, sólo formulaba una única frase:
"Ah, por fin se largó."
Súbitamente ese lugar se sintió estúpidamente sólo, de un silencio espantoso, apretó los párpados con fuerza, evitando cualquier atisbo de pena en su mirar. resolviendo por recostarse en el frío suelo y dormir tanto como pudiese, incapaz de soportar el silencio que creía, se le había hecho fácil de sobrellevar.
48 horas duró su encierro en soledad, que para alguien sin percepción del día y la noche, era sin duda una eternidad. Pese a encontrarse en profundo ensueño, sus sentimientos lo perseguían, hasta en sus más oniricos parajes, entregándole sabores agridulces a ésos últimos dos días en la zona de reset.
No fué hasta que su flajelo fué interrumpido al fin, con su intensa luz, el blanco fué lo único que vió por unos momentos, hasta que la imagen apareció frente a su ser, contemplando expentante, la esperanza materializada. Sus amigos, su familia, como lo habían prometido, volvieron por él.
-Geno, nadie te forzará si no q--.-
-No, no sans, tengo que intentarlo, quiero hacer ésto.-
Y la cegadora luz lo cubrió completamente, hasta dar paso a un hermoso atardecer.
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Familia [Afterdeath]
Fanfiction"Por fin saldré de éste maldito lugar, la oscuridad profunda y la soledad ya no me atormentaran más" Pero Geno en realidad nunca estuvo totalmente sólo y ahora deberá dejar atrás a alguien importante, quién lo amó y veló por él durante todo ése tiem...