Capítulo 1

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-¿Qué te parece éste lugar?.-


La cafetería era llamativa y cálida, muy reconocida en el sector, dándole un aire ajetreado gracias a la importante cantidad de humanos en el interior. La mirada del esqueleto se paseó quedamente por el amplio cristal, contemplando la pequeña y colorida pecera que era el ventanal principal.


- me encanta - Resolvió, dedicándole una mirada agradecida a su compañero, ingresando al establecimiento a paso tranquilo.

-¡Nyeh! Dicen que es el mejor lugar y debo reconocer que la comida humana es buena, ¡pero por supuesto mis espaguetis jamás se compararán!.-

Y sin duda era así, aunque Geno le agradaba la comida humana, volver a sentir el indescriptible y tan familiar sabor de la comida de su hermano sería lo mejor del mundo.

Se sentaron uno frente al otro, charlando de cosas triviales y de los momentos vividos ésos últimos días, el tiempo pasó lentamente, entre conversación y conversación hasta que poco a poco la mesa empezó a llenarse de caras amigables.

-¡Chicos! ¡Llegaron más temprano de lo esperado!.-

El grupo de monstruos y humano tan reconocido ingresó al local, animando aún más la alegre junta. Una vez todos estuvieron al rededor de la mesa, se dispusieron a decidir qué comerían entre gritos, palabrotas y risas estruendosas.

-¡SANS! ¡no puedes seguir comiendo sólo ketchup del subsuelo! ¿Sabes lo difícil que es comprarlo con los precios de transporte?-

Un escamoso puño golpeó contra la mesa, haciendo bailotear los vasos y cubiertos, sobresaltando al resto de los comensales menos al susodicho.

-¿Por qué no lo haría? Es parte de mi estricta dieta, ésta figura no se mantiene tan fácil.-
-¿Por qué no pruebas el ketchup humano y lo comparas? Tal vez es igual.-

Frisk salvó a los vasos y a un pobre hombre de avanzada edad en la mesa continúa de tal escandalo, pues éste último parecía a punto de irse de paseo con la parca.

-si no les molesta, yo haré los pedidos.-

Comentó Geno, considerando que ya era momento, llevaban bastante tiempo sin pedir nada y los humanos presentes parecían tensos, lo que poco a poco empezó a incomodar a geno, no encajaban muy bien entre el mar de cabezas con pelo, ellos no eran peces para tan pequeña pecera. Se volteó a ver a sus amigos, con algo de impaciencia, esperando una respuesta mientras el resto parecía decir "¡oh cierto! Olvidé lo más importante" con la mirada.
Suspiró, traqueteando la mesa cercana, su mirada volvió al señor de la mesa contigua y las siguientes distraído, indescriptiblemente fuera de lugar...

Un camarero terminó por arruinar su primer pedido del día, justo en el esqueleto distraído de pie junto a la mesa.

- ¡Lo siento muchísimo señor!.-

Un respingo de sorpresa por parte de Geno y su camiseta nueva cubierta de batido de mango, el nervioso chico levantaba los pedazos de la copa de cristal reventados en el suelo. En menos de un segundo, sin dejar espacio para que él hablara, sus compañantes se interpusieron.

-¿Estás bien geno?.-

-¡Amigo! No debiste hacer éso, ¡Caerá en tí todo el peso de la guardia rea... Quiero decir, de la ley!.-

Los comentarios, aunque eran una mera broma, sólo lograron poner más nervioso al joven, quién intentó acercarse a limpiar la camiseta, recibiendo un brusco gesto de parte de geno, no deseaba ser tocado, incómodo por haber llamado demasiado la atención, sintiéndose juzgado.

Familia [Afterdeath] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora